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Un té para soñar con la India




Cuando el día es claro y dulce, la brisa es el momento adecuado para gozar de un té. Y si el lugar elegido para el viaje es la India, la opción será el chai : un té hecho con leche y agua en partes iguales con el agregado de jengibre fresco y una mezcla - masala - de especias que incluye cardamomo, canela, clavo de olor y nuez moscada. Aunque la mayoría de los indios no le pone tantos ingredientes.
En ese país lo toman desde hace cientos de años: en las calles, las casas o los bares; en un amanecer a orillas del Ganges, en Benarés; en los bazares, entre sedas de colores y dulces o en el desierto. A la hora de tomar un tren, el viajero verá que allí lo ofrecen en unas pavas gigantes y, a la hora de servirlo, toman distancia del vaso y embocan desde lejos para que quede más espumoso.
Se escuchan en la calle las voces de los niños cargando bandejas con pequeños vasos de arcilla tan frágiles que, después de tomar la fragante bebida, se rompen con sólo cerrar el puño. Gritan chai, chai, chai, chai, tea, chai, tea y lo venden por centavos. Es muy aromático y tiñe de un sabor especiado hasta lo más íntimo del paladar. Entre otras cosas, alivia el stress, alienta la relajación y ayuda en la digestión.
Según el libro de Néstor Luján Historia de la gastronomía , el país de origen del té no es China ni la India, sino el viejo valle de Assam -entre ambos países-, donde discurre el río Brahmaputra.
Según su elaboración, se clasifica en dos categorías principales: el té verde o el negro, también llamado rojo. El primero está sin fermentar, las hojas secadas simplemente al sol o en secadores especiales. En el segundo, éstas se fermentan en salas húmedas y calurosas con distintos procedimientos.

Uno de los más ricos

Entre los tes de la India se destaca el Darjeeling, de las altiplanicies del Himalaya, uno de los más ricos en la versión oscura.
El término español té deriva del dialecto chino amoy t´e (pronunciado tai ). Así, luego de la introducción del té o thee en Europa de la mano de los holandeses, el nuevo producto se denominó tee en alemán, tea en inglés y thea en lenguaje científico.
En cambio, el vocablo mandarín c´a derivó a ch´a en cantonés y pasó como cha al portugués. Chai es la palabra común para té a lo largo de Medio Oriente y Asia occidental. Si se hierven todos los ingredientes juntos la infusión posee un sabor distinto que si se hace el té primero y posteriormente se le añade la leche y las especias. El agua debe ser fresca y calentarse a 100ºC.
Para preparar un rico chai hay que tomarse unos diez minutos. Por eso, es bonito compartirlo o, en su defecto, tomar dos o tres tazas. El picor del jengibre dulcificado por la miel o el azúcar refresca todo el cuerpo.
Para aquellos que vivieron la experiencia de la India es un pasaporte a ese tiempo. Y para los que no, es una opción sin alcohol para no entristecerse en demasía y seguir soñando con el viaje.

Chai (para dos personas)

Ingredientes
  • 2 tazas de leche, 2 de agua, 3 cucharaditas de té en hebras, 1 trozo generoso de raíz de jengibre, miel o azúcar a gusto, pizca de cardamomo molido o unas 3 semillas, pizca de canela molida o una pequeña ramita.
Elaboración
  • Poner a calentar en una cacerolita el agua y la leche. Agregar el té. Pelar el jengibre, rallarlo y agregarlo a la olla. Añadir el cardamomo, la canela y el azúcar o la miel. Cuando comience a hervir, mantener a un hervor bajo durante unos minutos y revolver con cuchara de madera. Colocar la infusión obtenida en una tetera y servir inmediatamente. Se puede colar antes o después de verter en la tetera.
Silvina Beccar Varela

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por Redacción OHLALÁ!


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