
Publicado por Silvio.
Hay una situación recurrente en nuestra convivencia. Empieza más o menos así:
- Yo estoy un poco molesto de ir por la casa viendo sus cosas tiradas por todos lados y sabiendo que la situación sólo irá empeorando en los próximos 5 días, pero no le digo nada porque evito la confrontación, y sé que no me va a llevar a ningún lado (una de las diferencias más sustanciales que tenemos).
- En ese contexto, busco algo que necesito (pongámosle, un papel que dejé en un estante de la biblioteca hace unos días, mis llaves del auto, un remedio) y no lo puedo encontrar.
- Intento buscarlo, y en el interín voy encontrando de todo menos lo que busco (si busco el papel, encuentro las llaves, el remedio, y hasta cosas que ya no buscaba pero venía necesitando, como por ejemplo el alicate).
- Indignado, pero también arrastrando otras indignaciones que canalizo en esta indignación, voy hacia Silvia y, con un tono bordeando el límite, digo "estoy podrido, en esta casa no se encuentra nunca nada!"
- Ella me mira, respira, deja lo que estaba haciendo y, en su accionar más "maternal" en nuestra pareja, me dice "¿que buscás, mi amor?"
- Yo: "estoy buscando el papelito ese que dejé el otro día ahí, con el teléfono de tal persona, y estoy podrido de nunca encontrar nada en esta casa!"
- Ella se levanta, me deja solo en la habitación, y desde el living escucho que a los 20 segundos grita "¡acá está!"
No sé cómo lo hace. Supongo que está acostumbrada a vivir en el caos y que en ese contexto es capaz de moverse perfectamente. Quizás primero me esconde las cosas para que luego yo vaya a ella y así poder encontrarlas. Quizás tiene una capacidad olfativa superior.
Yo, sigo sin encontrar nada y frecuentemente humillado.
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