

LEIDEN, Holanda (The New York Times).- Entre dos estrechos brazos del Rin, de dimensiones ideales para caminantes, Leiden es algo más que una pequeña y bonita ciudad inconfundiblemente holandesa, de barrios tranquilos, casas con tejados reflejándose en los canales y un mercado al aire libre donde se vende arenque del Mar del Norte y queso Gouda. Su ventana al mundo es más amplia de lo que sugerirían sus 117.000 habitantes.
La Universidad data de 1575. Casi desde entonces la ciudad ha atraído a algunas de las mentes más brillantes de Europa y, hoy día, del mundo. Sus 11.000 estudiantes colman los cafés, oscuros y humosos, e impiden que el ambiente se torne demasiado anticuado.
Tal vez por su tradición académica y su papel histórico de encrucijada del comercio internacional, Leiden es una ciudad de museos: hay una docena, de todo tamaño y tema, desde la antigüedad clásica hasta la historia de la medicina y los molinos. En toda Holanda, sólo Amsterdam los supera en variedad, pero su población es siete veces mayor.
También abundan los lugares históricos. Aquí nació Rembrandt; la imprenta y la medicina tuvieron aquí uno de sus primeros centros; también se plantaron los primeros tulipanes introducidos en Holanda; se refugiaron, en el siglo XVIII, los Padres Peregrinos que luego habrían de partir hacia el Nuevo Mundo desde Plymouth (Inglaterra).
Los orígenes de la Universidad y la ulterior fama de Leiden se sitúan en el asedio español de 1574, durante la rebelión protestante contra la férrea dominación de la España católica. Según una creencia popular, Guillermo de Orange obsequió la Universidad a Leiden en premio por su exitosa resistencia pero, al parecer, no fue así. Los Países Bajos protestantes necesitaban una universidad propia y eligieron a Leiden por la sencilla razón de que habíase sacudido tempranamente del yugo español.
El principal edificio ceremonial de la Universidad, el Academiegebouw (Academia), ocupa un antiguo convento dominicano sobre el Rapenburg. A las espaldas de ese edificio está el Hortus Botanicus (Jardín Botánico) de la Universidad. El Hortus fue la puerta de entrada a Europa del Norte de especies americanas (tomate, papa, tabaco, maíz) y del tulipán, originario de Turquía y plantado por primera vez en Holanda en 1594.
Un gran oasis
Por los siglos, el jardín de Clusius creció hasta convertirse en un gran oasis poblado por miles de especies del mundo entero y, desde hace poco, cuenta con un nuevo jardín de invierno. Sus amplios invernaderos están rodeados de altísimos helechos arbóreos y hasta es posible examinar una planta carnívora de Borneo y las diminutas boas de plumas color cereza de una euforbia de Nueva Guinea.
El Museo Nacional de Antigüedades es el principal museo arqueológico del país, famoso por sus colecciones de piezas egipcias, griegas clásicas y romanas. Aunque estaba en refacción, pudimos visitar una pequeña muestra sobre el gusto de los antiguos egipcios por la cerveza y atisbar la sala más impresionante: un patio cubierto lleno de estatuas gigantescas y un templo a Isis, completo, salvado de las aguas de la represa de Asuán.
La zona céntrica es un buen lugar para pasear y hacer paradas para curiosear en algún comercio o edificio histórico o, simplemente, admirar una ventana florida o los murales con poemas.
Camino a la estación, vale visitar el Valk, un molino del siglo XVIII, restaurado y reciclado como Museo Municipal del Molino. Un siglo atrás, había en Holanda 10.000 molinos; sólo quedan unos 950.
Echamos un vistazo a los paneles informativos. Subimos ruidosamente la escalera, pasamos junto a las enormes muelas de piedra y salimos a la plataforma. Las gigantescas aspas giraban sobre las cabezas de los turistas. Desde alli se puede gozar de la vista de Leiden y recibir de frente el refrescante viento del Mar del Norte. Un lugar que puede hacer perder el tren a cualquiera.
Datos útiles
Cómo llegar: el pasaje aéreo, ida y vuelta, desde Buenos Aires a Amsterdam cuesta cerca de 1100 dólares, con tasas e impuestos incluidos.
Alojamiento: una habitación doble en un hotel tres estrellas vale entre 65 y 98 dólares; en uno de cuatro, entre 140 y 155.
Comidas: Camino Real (Doelensteeg 8; 514-9069): buena cocina, literalmente universal; almuerzo individual, vino o cerveza incluidos, 11 dólares; cena de tres platos por 24 dólares. Abre a diario.
Más información: Oficina de Turismo: Stationsweg 2D; (31-900) 222-2333. Folletos con itinerarios de paseos a bajo precio. Paseo histórico general, explicado con auriculares: 6,50 dólares.
En Internet:
Ciencia y azulejos
El Museo de Historia de la Ciencia y la Medicina, conocido como Museo Boerhaave, ocupa un edificio remozado en el que Hermamn Boerhaave (1668-1738), un innovador de la medicina clínica, fundó uno de los primeros hospitales-escuela del mundo.
Su colección abarca desde exquisitos microscopios de metal pulido hasta viejos letreros de farmacias de Amsterdam.
El Museo Municipal de Lakenhal, en el antiguo Gremio de Pañeros (1640), expone su colección de azulejos holandeses, mobiliario doméstico y pinturas, incluida una de las primeras de Rembrandt: Tema histórico no identificado (1625).
Rembrandt inició sus estudios de pintura en Leiden, pero alcanzó la celebridad en Amsterdam, donde se radicó en 1631. Su casa natal ya no existe; en cambio, se conserva la calle de su infancia, Weddensteeg, y la Escuela Latina de Lokhorstraat, a la que asistió.
Recomendaciones
Visitas: casi todos los museos y el Hortus Botanicus aceptan el pase Museumjaarkart, de admisión gratuita por 1 año a más de 400 museos en toda Holanda. Precios: mayores, 20 dólares; estudiantes, hasta los 24 años, 11. Consulte a su agente de viajes o la Oficina Holandesa de Turismo.
- Hortus Botanicus (73 Rapenburg; 527-7249): de marzo a octubre, abre a diario, de 10 a 18; el resto del año, de 10 a 16, y cierra los sábados. Recreación del jardín de Clusius: días hábiles solamente. Entrada: 3,50 dólares; niños, 1,75.
- Museo Nacional de Antigüedades (Rapenburg 28; 516-2162): parcialmente abierto hasta mayo del 2001, por reformas. Horarios, de martes a viernes, de 10 a 18; sábados y domingos, de 12 a 17. La entrada cuesta 3 dólares; los menores de 6 a 18 años pagan 2,60.
- Museo Boerhaave (Lange St. Agnietenstraat 10; 521-4224): de martes a sábados, de 10 a 17, y los domingos, de 12 a 17. Entrada: 2,20 dólares.
Christopher Hall
(Traduc. de Zoraida J. Valcárcel)
(Traduc. de Zoraida J. Valcárcel)
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