EXETER.- Son las 17.30 de un tranquilo sábado en el otoño británico. Sobre la ruta A 39 que une las ciudades de Wells y Glastonbury, una fila de autos se extiende a lo largo de 300 metros en paciente espera para dejar pasar a una manada de vacas que camina cansinamente por el pavimento. No suena ninguna bocina y, mucho menos, ningún automovilista planea una maniobra riesgosa para salir del atolladero.
La escena del tránsito parece obligada a no desentonar con la quietud que se percibe en la zona rural de los condados de Wiltshire, Somerset, Gloucestershire, Devon y Cornwal, al sudoeste de Londres.
Más allá de la flema británica, no hay razones para alterarla.
Ninguna demostración es más clara para comprobar que a tres horas en auto de la gran urbe del Reino Unido es posible disponer de una cuota de relax en medio del olor a hierba fresca que sale de praderas generosas, del enigma de numerosos sitios históricos y de las playas elegidas para las escapadas de los londinenses que, además de los pubs y el five o´ clock tea, también sienten debilidad por el mar.
No por casualidad ellos reservan en el sudoeste de Inglaterra uno de los lugares predilectos para el descanso del fin de semana e incluso de las vacaciones.
Y para el extranjero, los 186 kilómetros que separan a Londres de Bath, los 190 que hay hasta Bristol, los 393 que conducen a Plymouth o los 320 que se necesitan recorrer para llegar a Exeter, bien valen la pena como un complemento válido de cualquiera la visita a Londres que se haga con tiempo.
Camino a los condados del Sudoeste aparece la primera de una larga serie de reliquias históricas que acompañará en alternancia con el verde y el mar. Son las milenarias piedras de Stonhenge, consideradas como el monumento más añejo y enigmático de las islas británicas.
Centro de una de las culturas más antiguas del mundo, estas moles de piedra atesoran la mística de 4500 años por la que los primitivos habitantes de las islas descubrieron los movimientos del sol y de la luna.
Punto equidistante
Un punto casi equidistante entre Londres, el campo y las playas es la ciudad de Bath, con hoteles y servicios como para instalarse con planes de hacer un recorrido por pueblos cercanos.
Bath es el testimonio viviente que más deslumbra en la visita por el sudoeste de Inglaterra. La recorrida obligada son los baños termales, donde todavía fluyen con el mismo vigor 1.160.000 litros diarios del agua termal que descubrieron hace 2000 años los conquistadores del Imperio Romano.
El centro de Bath es una invitación para caminar por estrechas calles peatonales que por su aspecto transportan al visitante a algún pueblito italiano con negocios ambulantes donde se pueden comprar artesanías y souvenirs.
Al lado de los baños termales como copiados de una piazza italiana está emplazada la abadía de Bath, cuya construcción gótica se inició en 1499. Bath, la ciudad que Charles Dickens no excluyó en la inspiración de sus novelas.
El edificio Royal Crescent construido en 1775, los museos del libro, de postales y estampillas, del arte y de arte asiático, junto a los parques Royal Victoria, Georgian Garden, Parade Gardens, Henrietta Park, Sydney Gardens y Alexandra Park, que dan a la ciudad un fulgurante verdor, son atracciones que alargan el paseo.
Como en Londres, los principales circuitos turísticos pueden ser recorridos en micros con techo descubierto por 11 dólares los adultos, 8,50 los estudiantes y 3,20 los niños hasta 12 años.
Desde Bath, camino a Exeter, la ciudad de Wells invita a una rápida visita para conocer una imponente catedral de estilo gótico y la fortaleza que ocuparon los obispos durante siglos, y pocos kilómetros después se encontrará Glastonbury, la tierra de las leyendas del Rey Arturo.
Al pasar por Exeter puede apreciarse la discreta combinación de sus riquezas históricas, como su catedral del siglo XVI con un centro comercial sencillo, pero activo.
Pocos kilómetros al sur de Exeter está Dartmouth, pequeña ciudad construida sobre la margen sur del río Dart.
Sus calles son serpenteantes y trepan por las elevaciones del suelo. También tiene un puerto con salida al mar que da lugar a una intensa actividad náutica. Dartmouth es uno de los más bellos lugares del sudoeste de Inglaterra.
Paseo en tren de vapor
El sur del condado de Devon es una invitación para recorrer en tren de vapor. Son apacibles pueblos en los que muchos desearían pasar sus años de jubilado.
Entre las opciones está el recorrido entre Dartmouth y Goodrington. Otra es entre Buckfasteligh y Totnes, aunque se necesita de una adecuada combinación con automóvil u ómnibus si se quieren evitar esperas incómodas. "El agua es menos fría de lo que ustedes creen", advierte ante nuestros ojos incrédulos Gloria Chiappori, una argentina que trabaja como guía de turismo desde que llegó a Londres, hace 20 años.
Las playas preferidas están entre Dartmouth y Torquay, dos ciudades en las que transcurren algunas de las célebres novelas de Agatha Christie, junto a Exmouth y Bridport, entre muchas otras ciudades balnearias.
Pero el condado de Devon, a unos 360 kilómetros al sudoeste de Londres, tiene algo más que sus generosas playas y acantilados en el Norte y el Sur. Sus dos parques nacionales: el Exmoor National Park y el Dartmoor National Park.
Son gigantescos páramos con reservas forestales y faunísticas, donde los británicos se desvelan por pasar el domingo al aire libre en busca de unas horas de sol.
En su amplia extensión es posible descubrir pequeños encantos como el Rock Inn, pub fundado en 1750 que conserva su línea arquitectónica original y guarda el encanto de una típica posada inglesa.
Es toda una invitación para detenerse a beber en la barra una cerveza o una sidra original de la zona con menos azúcar que las conocidas en la Argentina, almorzar o, si la noche llegó repentina, hospedarse por 47 dólares.
La recorrida puede completarse con una visita a Cheltenham, ciudad cabecera del condado de Gloucestershire, cercano a Oxford. La ciudad atrae por su plaza principal llena de impecables jardines y generosas arboledas.
Gloucestershire tiene su Broadway propia. Aunque jamás le sentaría bien el esplendor norteamericano, es un pacífico pueblito al norte de Cheltenham, rodeado de campos de hortalizas y cereales y pasturas para el ganado.
Sergio Dimaría
El circuito de los castillos
EXETER, Inglaterra.- En un circuito de no más de 80 kilómetros, con Exeter como referencia, es fácil encontrar cuatro castillos de los tiempos en que guerreros y espadachines arriesgaban sus vidas por bellas princesas.
Al oeste de Exeter está el castillo de Okehampton, rodeado por la belleza natural del sector norte del parque nacional de Dartmoor. Fue construido en el siglo XIV y sus ruinas se ubican en una elevación que lo hacen imponente. El costo de la entrada es de 3,50 dólares para los adultos y 1,70 para los niños.
Los otros tres están al sur de Exeter, cerca de la costa.
- Castillo de Totnes: próximo a la ciudad del mismo nombre fue construido durante el influjo de los normandos en el siglo XI, en las cercanías del río Dart. El ingreso para los adultos es de 2,50 dólares y 1,50 para los niños.
- Castillo de Berry Pomeroy: a 4 kilómetros al este de Totnes. Su construcción del siglo XVI se destaca en el valle de Gatcombe. El boleto de ingreso para adultos es de 3,20 dólares y de 1,70 para los niños.
- Castillo de Dartmouth: es quizás el más imponente de los tres por estar construido en un acantilado sobre el río Dart y toda su actividad náutica. Está en las afueras de la ciudad portuaria de Darmouth y su edificación se remonta al siglo XV. Aún se conservan valiosos cañones y armas de guerra antiguas. El ingreso para los adultos tiene un costo de 4,50 dólares y de 2 para los niños.
Servicios
EXETER.- A continuación, y como datos orientadores, se ofrece una serie de propuestas de alojamientos y restaurantes. Los precios son en dólares y el valor de las habitaciones está calculado sobre la base de una doble por persona. En el caso de los restaurantes, se incluyen las bebidas.
Alojamiento
En Bath
Habitación doble
Bath Spa Hotel, 5 estrellas: temporada alta, 542 dólares; temporada baja, 254
Combe Grove Manor, 4 estrellas: temporada alta, 424; temporada baja, 168
The Queensberry Hotel, 3 estrellas: temporada alta, 280; temporada baja, 176
Woolley Grange Hotel, 3 estrellas: temporada alta, 304; temporada baja, 158
The Cliffe Hotel, 3 estrellas: temporada alta, 168; temporada baja, 123
Georges Hotel, 2 estrellas: temporada alta, 136; temporada baja, 88
Otros, económicos, ambas temporadas, 64
Restaurantes
- Hasta 19 dólares por persona
Adventure Cafe (snacks)
Beaujolais Restaurant (cocina francesa)
Bathtub Bistrot (cocina internacional)
Caffe Martini (cocina italiana)
Burger King (fast food)
- Entre 19 y 32 dólares por persona
Bathampton Mill Beefeater (cocina internacional)
Bella pasta (cocina italiana)
Cafe Piazza (cocina italiana)
Café Rouge (cocina francesa)
Firehouse Rottisserie (cocina internacional)
- Más de 32 dólares por persona
Alfresco Restaurant (cocina internacional)
Clos du Roy (cocina francesa)
The hole in the wall (cocina británica)
The moody goose (cocina británica)