
Vacaciones soñadas a bordo del Rhapsody
Todo lo que un crucerista debe saber antes de zarpar con destino al relax más puro, la diversión y las noches con swing
4 de enero de 2002

RIO DE JANEIRO.- Genti del Rhapsody ¡Ultimo llamado para embarcar! Anuncia por un altavoz uno de los tripulantes de un crucero de la naviera italiana Mediterranean Shipping Cruises, que une las playas y ciudades más bellas de Brasil. Esta escena transcurre en Porto Seguro, y vuelve a repetirse en Salvador de Bahía, Arraial do Cabo y, por último, Buzios, desde donde vuelve al punto de partida, Río de Janeiro.
Ante los llamados, los pasajeros de este crucero de 20.000 toneladas y 174 metros de largo, que navega durante 7 días por estas cálidas aguas, muchas veces hacen oídos sordos porque las playas son una invitación para quedarse hasta el atardecer bajo una palmera, con música brasileña de fondo, saboreando jugos tropicales y la infaltable caipirinha. Pero esos pasajeros, insaciables, son los que a bordo también se adueñan de la pileta y jacuzzis hasta última hora, cuando cae el sol y la costa que se deja atrás se transforma en una silueta bañada por tonos anaranjados.
A algunos de los que eligen por primera vez este tipo de vacaciones les cuesta convertirse en un crucerista, o como se dice en una expresión más coloquial, encontrarle la onda, pero pronto descubren la fórmula. La consigna es visitar lugares soñados y coronarlos con cenas de primer nivel a bordo, asistir a espectáculos, principalmente musicales, con el mismo nivel de producción que un teatro, probar suerte en el casino, quedarse hasta última hora en la discoteca, que permite también bailar bajo las estrellas mientras el barco va dibujando una gran estela, que funciona como imán para los enamorados y los que recién se conocen.
Se disfruta de todo un poco, pero al máximo, y de a poco se descubren pequeñas cosas que un crucerista no puede dejar de perder. Como contemplar el amanecer en altamar (las fichas informativas del barco brindan el horario exacto) o cuando al despertar, entre las sábanas, se advierte por la ventana que el barco está anclado frente a la playa que se va a visitar. El efecto sorpresa es un fuerte condimento durante el viaje.
En el Rhapsody, que zarpó desde Génova y retorna con pasajeros el 2 de marzo, las ventajas son muchas: hay entretenimiento y actividades organizadas a toda hora. Imposible aburrirse. La gastronomía es variada y la atención personalizada; hasta el capitán Giovanni Massa se ocupa de que los pasajeros estén conformes. Por otra parte, así como no hay que pensar en los planes del día, porque todo está resuelto, tampoco hay que preocuparse por el dinero, ya que todo se carga en la cuenta y se puede pagar con tarjeta de crédito. Lo mismo sucede con el equipaje, otro alivio para los cruceristas porque no hay que armar ni desarmar valijas mientras se visitan varios destinos.
El Rhapsody tiene un valor agregado, más allá de los escenarios y los lujos a bordo. Es la diversión, que no da tregua. Teniendo en cuenta que la tripulación es italiana, y los pasajeros, en su mayoría, argentinos y brasileños, lo habitual es que se saquen chispas durante concursos, clases de baile y propuestas que el equipo de animación dispara en todo momento. Durante la cena, los que celebran su cumpleaños, aniversario o bodas son agasajados con una torta, música y el acompañamiento de los comensales que se acoplan haciendo remolino con la servilleta.
La discoteca 8 Bells Disco es otro punto de reunión con sabor latino. Primero tocan bandas en vivo y después comienzan a sonar los temas del verano hasta pasada la medianoche. El grupo de animación brasileño marca las coreografías para que nadie se quede sentado. Incluso las señoras mayores, que viajan con sus amigas, se ponen los brillos y se anotan en todas las actividades: clases de baile, fiesta del carnaval. Tal es el caso de Terezinha, que fue nombrada la reina del carnaval y paseó con su corona y bastón de mando sobre los hombros de un animador por la cubierta de la piscina. El día dedicado al carnaval es uno de los más divertidos. Cada pasajero debe diseñar su propio disfraz. Vale todo, hasta las sábanas, toallas y frutas de la habitación. Pero habrá que esperar hasta la noche para ver el show de creatividad.
El público del Rhapsody no tiene restricciones de edad. Desde los más chicos hasta los jóvenes, solteros, casados y gente mayor encuentran espacios y formas de pasarla bien todo el tiempo. Sin embargo, todos se mezclan a la hora de los festejos.
Datos útiles
Salidas
En temporada baja: 26 de enero, 2, 16 y 23 de febrero de 2002. Temporada alta: 5, 12 y 19 de enero. Crucero de carnaval: 9 de febrero.
Tarifas
En temporada baja: habitaciones desde 700. En alta: desde 780. Hay una promoción en los cruceros del 5 de enero al 23 de febrero, en la que el segundo y tercer pasajero (adulto y menor), en habitación triple, viajan gratis. También viaja gratis un segundo pasajero, en doble.
Aéreos a Río de Janeiro
En temporada baja: adultos US$ 250 y menores US$ 140. En alta US$ 300 y 180, respectivamente. Carnaval, 250 y 140. No incluye tasas aéreas, US$ 96.
Más información
Mediterranean Shipping Cruises. Paraguay 515, 3º piso (1057); 4312-2478. Fax: 4312-2859. E-mail: info@crucerosmsc-arg.com
http://www.crucerosmsc-arg.com
http://www.crucerosmsc-arg.com
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