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Viaje en canoa por el Amazonas




Estaba dando vueltas por Ecuador hasta que Jesús Torres subió a Internet: Estoy buscando tripulantes para viajar en canoa hasta Manaus. Yo le escribí automáticamente el 15 de mayo de 2013.
Desde ese momento el viaje tomó otro rumbo. Fui a pedal desde Cuenca adonde Jesús estaba armando la canoa en Misahualli.
Después de un mes haciendo campamento, trabajando con la canoa, yendo a Tena para comprar los materiales y peleando con los monos del lugar -porque se metían en nuestro campamento y nos robaban las cosas-, y sumándose Rodrigo de la Argentina y Daphne de Francia, ya teníamos lista a Laurita (el nombre fue elegido por Jesús).
Partimos desde Misahualli el 13 de junio a bordo con Jesús, Rodrigo, Daphne y Daniel, quien fue el que nos enseñó nuestro primeros pasos en el agua.
El río era rápido y se escuchaban las piedras rodar en la parte de abajo. Era todo nuevo. Cualquier ruido te ponía en alerta, el agua entraba en la canoa por los recovecos, éramos muchos en la canoa. La sensación en ese momento era de felicidad y también de intriga respecto de la aventura en que nos estábamos metiendo sin ser demasiado conscientes.
San Pedro fue el primer destino donde nos dejó Daniel. Él nos dijo cómo seguir la corriente, cómo tomar las curvas y de qué árboles podíamos obtener comida y leña para el fuego.
La gente se nos acercó de inmediato cuando llegamos a la costa y compartimos unos mates mientras armábamos campamento. Los niños del lugar nos comentaron que había una fiesta de compadrazgo en la comunidad esa noche. Fuimos, bailamos, tomamos mucha chicha de yuca y cerveza que nos invitaban, y un chico no paraba de decirnos que estaba estudiando para guía de turismo.
Envíe sus relatos de viaje, fotos, consultas, sugerencias y búsquedas de compañeros de ruta al Suplemento Turismo, diario la nacion, vía e-mail a LNturismo@lanacion.com.ar. Para una óptima recepción y publicación del material, los textos deben ser de unos 3000 caracteres y las fotos, de hasta 3 MB
Al otro día salimos y cambiamos de puestos de remar porque todos estábamos muy ansiosos por hacerlo y sólo podían remar dos. Hicimos parada en la playa de piedras para cebar mate, porque adentro de la canoa no se podía prender fuego.
Seguimos viaje hasta que nos sorprendió una tormenta y tuvimos que parar inesperadamente en el monte. Hicimos campamento, esperamos que pase la tormenta, comimos, hicimos un fuego en la playa que nos dejaba ver una cantidad de estrellas impresionantes en el cielo y nos fuimos a dormir. Al otro día llegamos a Coca, una ciudad grande, nuestra primera meta. Cuando pasamos por la prefectura de Coca quisimos hablar para legalizar nuestra situación de tránsito por el río y nos dijeron ¿tienen motor? Le respondimos que no y nos dijo uno en vos baja no pasa nada.
Acá conocimos a Henry, quien nos invitó a dormir en la casa de su prima. Nos quedamos unos días; conocimos mucha gente agradable, comimos chontaduro (que es el gusano que crece en la palma de la chonta cuando se corta). Rodrigo se quedó en Coca y Henry siguió viaje con nosotros.
Salimos temprano, remando río abajo; se veía de lejos uno de los últimos volcanes que íbamos a ver en mucho tiempo. Jesús intentaba pescar y practicaba tiro al blanco con su gomera mientras no remaba, Daphne leía un libro y disfrutaba del paisaje, Henry tenía una sonrisa dibujada de oreja a oreja y yo disfrutaba de la comodidad de la canoa y veía los árboles pasar.
Ese día nos dejamos llevar por la hermosa luna llena que nos dejó hipnotizados y seguimos viajando aun de noche. Las cosas se complicaron cuando nos comenzamos a quedar en los bancos de arena y chocábamos con más de un tronco, porque no sabíamos navegar de noche. Pudimos salir empujando la canoa y caminando con ella al lado.
Al otro día llegamos a la comunidad Pilchi, a la casa de José Alvarado, el tío de Henry. Allí nos quedamos un largo tiempo conociendo más la selva y la comunidad porque nos acogieron muy bien. Hicimos un taller de dibujo y artesanía con los chicos de la escuela en el territorio de la comunidad Kichwa Añangu, en el parque nacional Yasuni. Construimos una balsa con la que íbamos a hacer un tramo del viaje, con la ayuda de José, quien nos supo dirigir. Nunca voy a olvidar sus palabras: "Hacer una balsa es muy fácil".
Por Facundo Rodríguez
Estuve en...

Visita al castillo de los sueños

Lo vi en algún lado y durante años tuve la foto del castillo de Bodiam pegada en la puerta de mi placard, observándola e imaginándome con estar ahí tal cual pregona la tan conocida ley de atracción. En 2012, inmersa en un viaje para nada estructurado que implicó un largo recorrido por Inglaterra, finalmente llegué. Estando en Londres elegí pasar unos días en Eastbourne, una ciudad balnearia al sur de Inglaterra que no conocía y de la que guardo los mejores paisajes.
Las ganas hicieron que investigando los recorridos de colectivos de línea llegue a Hastings primero, otra ciudad frente al mar, y desde allí tome un segundo colectivo que me dejó en medio de la campiña inglesa, literalmente en la puerta del castillo. Fue hora y media con las mejores vistas de mar y campo. Forma parte del patrimonio y herencia inglesa protegida por la National Trust.
El ingreso al predio está muy bien pensado ya que hay que caminar en medio de senderos campestres, donde también hay una zona de recreación para pasar el día y todos los servicios necesarios. Hay un pequeño museo y gift shop para interiorizarse sobre la historia del lugar y comprar la entrada, de valor muy razonable. "Diseñado para impresionar". Así dejaba su estampa en 1385 sir Edward Dallingridge, su creador y quien logró su fortuna luchando en Francia. El objetivo era demostrar su poder, previa autorización del rey Ricardo II.
Exteriormente es soñado, un castillo en medio de un lago, y en su interior está en muy buenas condiciones, y cuenta con videos informativos para grandes y chicos. Desde la parte superior se puede ver la tan clamada campiña inglesa con sus cercos y cottages, casas típicas de la Edad Media.
Vale la pena el recorrido y ver el atardecer en tan precioso lugar. Hermoso viaje, hermosa experiencia.
Romina Trusch

Compañeros de ruta

Europa
Buscamos compañeras/os de viaje para visitar Viena, Budapest, Praga, con ganas de recorrer y buena onda. Salida en agosto. Somos una pareja de jóvenes jubilados de algo más de 70 años. Ricardo. rialco23@gmail.com

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