

En el norte de Suecia, cruzando el Círculo Polar Artico se encuentran maravillosos paisajes cubiertos por una nieve tan blanca que nunca debe haber sido pisada por el hombre.
Desde Estocolmo se puede llegar a la ciudad de Kiruna con un tren nocturno que atraviesa todo el norte de Suecia, o más rápido y no mucho más caro con un vuelo directo. Es la ciudad más septentrional del país, famosa principalmente por el Hotel de Hielo (Ice Hotel), pero con imponentes parques naturales cercanos.
Nos alojamos en un pequeño albergue acogedor y bien calefaccionado para poder olvidar los -20°C que mostraba por las noches el termómetro en la puerta de entrada.
La obligada visita al Ice Hotel es un espectáculo aparte. A 18 km de Kiruna, en Jukkasjärvi, se levanta cada año esta imponente obra de 5500 m2 con bloques de hielo extraídos del río local. Varias habitaciones decoradas por artistas que tallan sus obras en hielo, un bar donde lo clásico es un vodka en un vaso congelado y una iglesia en la cual se celebran bautismos y casamientos son construidos en diciembre y permanecen en pie antes de derretirse por el calor que llega en abril.
Los huéspedes duermen en camas de hielo tapizadas por gruesas pieles de reno y en bolsas de dormir para disfrutar de los -5°C que tiene el interior del hotel, bien calentito comparado con el exterior.
Otro de los atractivos del norte de Suecia es, sin duda, la posibilidad de ver la aurora boreal (northern lights-luces del norte). Este fenómeno único es una experiencia conmovedora. Con motos de nieve y ropa adecuada nos adentramos en las heladas planicies alejadas de la ciudad, donde rodeados por un profundo silencio y oscuridad logramos ver en el cielo el movimiento clásico de luces blancas y verdes que conforman la aurora boreal.
Más al Norte visitamos el Parque Nacional Abisko y la cercana aldea de 180 habitantes. Impactantes vistas, senderos bien señalizados para motos de hielo o trineos de perros husky. Cuenta con cabañas donde pernoctar si se quiere recorrer los 450 km del sendero Kungsleden (ruta del rey).
La cultura indígena escandinava está representada por los sami que llevan miles de años viviendo en estas tierras. Sus antiguas tradiciones y lengua se mantienen, y es posible compartir parte de su música y arte en esta región del mundo.
Sin duda es un viaje apasionante, al otro lado del globo. Es importante llevar ropa apta para el frío extremo y recordar también -y valga como advertencia- que Escandinavia es la región más cara del mundo.
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