

Desde el viernes último, los turistas que llegan a Buenos Aires tienen quien interceda por ellos. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires lanzó un programa de ayuda y asistencia al turista.
El propósito de esta iniciativa es que los visitantes, tanto extranjeros como del interior, tengan dónde recurrir si sufren algún problema durante la noche, el momento del día más propenso para padecer inconvenientes.
La persona que se sienta afectada se puede comunicar por el 4383-5331, entre las 21 y las 3 de la mañana, y un operador acudirá para oficiar de mediador e intentar solucionar el conflicto o dar intervención policial, en los casos que sea necesario.
También se abrió un centro de información en la Terminal de Omnibus de Retiro y se planea, en el futuro, la apertura de otras oficinas en lugares estratégicos de la ciudad, como San Telmo, Recoleta, el Aeroparque y la zona céntrica.
Alejandro Nató, defensor adjunto del pueblo de la ciudad de Buenos Aires, destacó la importancia de que la ciudad cuente con una red de ayuda al turista durante la noche. "El horario nocturno es el momento en que los visitantes están propensos a sufrir más inconvenientes porque están más desprotegidos; además, otros organismos están cerrados", explicó Nató.
Los turistas también pueden solicitar folletos con consejos en materia de seguridad y datos útiles para su estada en la ciudad.
Los impresos están disponibles en los principales hoteles y restaurantes de la ciudad, que adhieren al programa.
"El objetivo -aclaró Nató- es que se forme una red de asistencia al turista que, además de los operadores, incluya comercios y medios de transporte."
El cuento del tío
Los principales inconvenientes que sufren los visitantes están relacionados con la falta de conocimiento de la ciudad. Para los extranjeros, el problema se agrava cuando desconocen el idioma y la moneda. Por ejemplo, les dan de vuelto billetes argentinos que ya fueron sacados de circulación o les suelen aumentar, sin ninguna razón, la cuenta de consumiciones. También es común que los taxistas elijan una ruta mucho más larga que la aconsejada para llegar al destino solicitado o que sean discriminados por su origen o por sus características físicas.
Para llevar adelante este programa se capacitaron, en esta primera instancia, 30 operadores nocturnos pertenecientes a organizaciones no gubernamentales de la ciudad, que se ofrecieron en forma voluntaria.
Los elegidos tienen solvencia en el manejo con la gente y experiencia en trabajo comunitario y, además, cuentan con conocimientos de idioma extranjero.
Los operadores fueron capacitados en mediación y negociación. Cada uno colaborará tres noches al mes.
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