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Recorrido: los 10 lugares preferidos de Buenos Aires del equipo de Ohlalá!

Salimos a la calle para mostrarte cuáles son nuestros lugares preferidos. ¿Te sumás?




Diez años, diez lugares: con esa idea en la cabeza, para este recorrido especial pensamos, debatimos y seleccionamos cuáles son algunos de nuestros lugares favoritos de Buenos Aires. Pero el objetivo no era solo mostrarte un poco de lo que hacemos (o elegimos hacer) fuera de la redacción, sino también pasarte esos datitos que nos llegaron de boca de una amiga o esos descubrimientos propios: desde una verdulería de culto que es la favorita del barrio hasta un hidden bar escondido en un pasaje palermitano o un local que vende jabones artesanales por peso. Seguinos en este recorrido tan personal como variado.

FUNDACIÓN PROA

Centro de arte. Por Jade Sívori, fotógrafa.

Descubrí PROA en la inauguración de la exposición de Louise Bourgeois: fue lindísimo porque era de noche y desde la terraza podíamos ver los reflejos de las luces de La Boca en el río. Si bien no voy seguido, siempre confío en la curaduría del lugar para sus exposiciones. Hace poquito fui a ver la obra de Ai Weiwei, que es un artista conceptual chino alucinante. Eso sí: la elijo para los fines de semana porque te lleva bastante tiempo recorrerla.
Lo mejor: la arquitectura del espacio y, en especial, el sector de la librería.
El dato: la terraza es fascinante. Después de ver una muestra, nada mejor que disfrutar de una porción de torta y un café mirando al río.
Dónde: av. Don Pedro de Mendoza 1929, La Boca.

LO DE NACHO

Pizzería. Por Belén Ardila, diseñadora.

Desde que mi novio, Emi, me dijo: “Vamos a ir a un lugar que te va a encantar”, se convirtió en mi restó favorito del mundo. Soy fan de la pizza y Lo de Nacho me gusta porque es cero pretencioso, la comida es muy rica y el clima, relajado. Desde que empezamos a salir con Emi, ir a pasear al río es nuestra cita preferida y creo que ese ambiente de naturaleza y casas bajas le da un plus a la pizzería.
Lo mejor: todas las pizzas son muy ricas, hechas a la piedra y crocantes. ¡Y los nachos también! La porción es súper abundante y viene con guacamole.
El dato: lo mejor es ir bien temprano porque no se puede reservar y siempre hay mucha gente esperando. Solo aceptan efectivo.
Dónde: Roque Sáenz Peña 1061, Bajo de San Isidro.

BIKE & COFFEE

Cafetería – Restaurante. Por Soledad Pérez Mendoza, diseñadora.

Este lugar lo encontré en una de mis caminatas por el barrio, cuando me mudé a Olivos. Muy luminoso y cálido, con ventanas de estilo francés, queda justo en la estación Borges del Tren de la Costa y es especial para ir a tomar el té con una amiga en las mesitas de afuera que están sobre el andén del tren. También es ideal para esas mañanas grises de fin de semana, cuando tenés ganas de salir a desayunar o comer un rico brunch.
Lo mejor: la carta es breve pero de calidad y tiene precios súper razonables.
El dato: es un buen lugar para alejarse del ruido de la ciudad, para llevarse la compu y trabajar o simplemente para relajarse un rato.
Dónde: Ricardo Gutiérrez 911, Olivos.

LO DEL TANO

Verdulería. Por Carmen Güiraldes, editora.

El Tano De Simone llegó hace años de Calabria. Vivió en Caballito y fue dueño de una empresa que proveía de verduras precortadas a restaurantes y supermercados. Cuando dejó ese trabajo, puso esta verdulería. De afuera, se la distingue por los frisos vegetales que adornan la vereda. Pero hay que comprar algo para entender por qué la incluimos en esta lista: en lo del Tano, el melón es rocío, las ciruelas parecen manzanas dulces y jugosas y el tomate tiene gusto a tomate.
Lo mejor: entre cliente y cliente, el Tano te enseña a cocinar: te cuenta cómo pelar las bamias, esa chaucha turca, o te comparte su receta de berenjenas a la parmigiana.
El dato: todo es rico y no es caro.
Dónde: Mariscal Antonio José de Sucre 1920, Belgrano.

ÉPOCA BELLA

Tienda de ramos generales. Por Inés Pujana, redactora.

Este lugar lo descubrí hace varios años caminando por Palermo: entré de casualidad y me quedé maravillada con su estética de almacén de pueblo, bien vintage, y por el hecho de que todo lo que venden es artesanal y producido por ellos. Desde ese momento, cada vez que salgo a dar una vuelta por el barrio con amigas o con mi mamá, termino en el local y me llevo jabones artesanales de distintas esencias y aromas. También me copan las sales de baño.
Lo mejor: los jabones se cortan en el momento en el tamaño que vos quieras. Además, la tienda tiene una impronta muy green, porque se pueden comprar los productos por peso, sin empaques innecesarios.
El dato: también venden productos regionales, como cestas tejidas del norte argentino, divinas para decorar y poner dentro lo que una quiera.
Dónde: Nicaragua 4700, Palermo.

LOS NEGOCIOS DE LA CALLE JUJUY

Bazares. Por Ana Pagani, jefa de Arte.

Cuando dejé la casa de mi vieja y me fui a vivir con mi novio, tuve que equipar de cero mi nuevo hogar. Por suerte, descubrí estos bazares clásicos, en Jujuy y San Juan, en los que podés encontrar de todo: desde los básicos más imprescindibles hasta utensilios profesionales, de esos que nadie sabe muy bien para qué sirven.
Lo mejor: la porcelana blanca, que combina con todo y dura siglos. Hay mil variedades de modelos para armar tu juego a medida. Y lo bueno es que hay productos para todos los bolsillos.
El dato: es una fila de bazares, uno al lado del otro, pero el mejor es uno que se llama “Novedades”, que también tiene sucursales en otros barrios.
Dónde: Jujuy y San Juan.

TINA & CO.

Market y café. Por Virginia Gandola, editora de moda.

Está ubicado en pleno Barrio Chino. Me gusta ir a este lugar porque hay muchos productos que no encuentro en otros lados. Siempre trato de ir en la semana, tipo 7 de la tarde, cuando salgo de la redacción, que es el horario en que menos gente hay. Acá consigo productos como aceites de ajonjolí y de maní: para la ensalada, nada más rico que la mezcla de estos dos aceites con limón. También compro tofu cocido y sazonado para comer como snack, variedades de arroces o algún tipo de pan o galleta integral. Mi preferido: el pan alemán de centeno.
Lo mejor: en el tercer piso tienen un deli con un montón de cosas ricas para tomar el té.
El dato: tratá de evitar ir los sábados o domingos porque se llena de gente.
Dónde: Mendoza 1678, Barrio Chino.

BARRIO PARQUE COORNELIO SAAVEDRA

Parque. Por Romina Salusso, redactora.

Mi suegra vive cerca y es nuestra parada fija de los domingos por la tarde, después del almuerzo familiar. Con mucho verde, es un lugar divino en el que podés estar en contacto con la naturaleza: es bien amplio, tiene árboles de antaño, un laguito con patos, senderos y una calesita antigua muy cuidada para los más chicos. En otoño, cuando caen las hojas de los árboles, el paisaje es muy pintoresco.
Lo mejor: es ideal para pasar un día al aire libre en familia y también está bueno para ir con mascotas, para las que hay un área especial.
El dato: tiene un sector rodeado de árboles de mora. Si vas en diciembre, llevá un recipiente, porque vas a poder recolectar una buena cantidad; un plan divertido también para hacer con los chicos.
Dónde: a pocos metros de la av. General Paz, entre la autopista y la calle Crisólogo Larralde.

FII FUN HOUSE

Cafetería con espacio de juegos. Por Candelaria Palacios, editora.

A Fiii me lo recomendaron un par de amigas que tienen hijos chiquitos y, como a mí, les pasa que no encuentran muchas alternativas para salir a comer con ellos. Este lugar tiene una propuesta 100% pensada para los chicos. Tiene una deco espectacular, de estilo nórdico, con mesas bien luminosas, en las que los asientos son hamacas (para grandes y chicos). Tiene un espacio de juegos estilo Montessori, con juguetes limpios, lindos y bien didácticos. Es clave ir temprano, porque se llena.
Lo mejor: tienen un menú infantil rico y sano... ¡que también tienta a los grandes!
El dato: hacen talleres especiales (generalmente de manualidades) para entretener a los chicos mientras los grandes comen y charlan. Los publican en su Facebook.
Dónde: Migueletes 681, Las Cañitas.

ANASAGASTI

Bar a puertas cerradas. Por Eugenia Castagnino, editora.

Hace tres meses me mudé a la vuelta y, cada vez que pasaba por la puerta de esa casona, custodiada por un cuervo negro en la fachada, veía gente que tocaba el timbre y entraba. Me daba intriga saber qué había ahí, hasta que supe que era un bar a puertas cerradas. ¡Qué felicidad saber que tenía una buena barra de cócteles a la vuelta de mi casa! Lo elijo para las “noches de cita” con Emi, mi novio, porque tiene un lindo clima, íntimo, relajado, con unos sillones increíbles para sentarte y charlar (¡o chapar!) hasta altas horas de la noche.
Lo mejor: su coctelería. En la nueva carta te podés encontrar con tragos originales como uno con mezcal y un toque de sabor ahumado que viene en una vasija, decorado con flores.
El dato: abren los domingos; un buen plan a modo de antilunes.
Dónde: pasaje Anasagasti 2067 (Palermo).
#takeoverdelectoras. Participaron en los videos y fotos de esta nota: María Walpen. 33 años. Realizadora audiovisual. Agustina Malva. 30 años. Fotógrafa.

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