Aire acondicionado: limpieza de filtros y consumo para la temporada de calor

Mantener los filtros del aire acondicionado limpios no solo facilita que el aire circule correctamente, sino que también ayuda a que el equipo enfríe de manera más uniforme. Un mantenimiento regular evita que se acumulen residuos y polvo, lo que hace que el aparato funcione con menos esfuerzo y prolonga su vida útil. Además, dedicar unos minutos a esta tarea antes de que comience el uso intensivo del equipo puede ahorrar tiempo y problemas más adelante.

La frecuencia ideal para limpiar los filtros depende del uso y del entorno, pero en general conviene revisarlos al inicio de la temporada de calor y luego cada pocas semanas si el equipo funciona a diario. Realizar esta limpieza es sencillo: con unos pocos pasos básicos se pueden retirar partículas acumuladas y asegurarse de que el aire acondicionado rinda mejor sin necesidad de un servicio técnico. A continuación, te contamos cómo hacerlo paso a paso.

1. Apagar y desconectar el equipo

Antes de empezar, es fundamental apagar el aire acondicionado y desenchufarlo. Esto garantiza tu seguridad y evita cualquier accidente mientras manipulás los filtros. Además, permite que el equipo se enfríe un poco si estuvo funcionando, haciendo más fácil sacarlos.

2. Retirar los filtros

La mayoría de los equipos permite sacar los filtros con facilidad, generalmente deslizando o levantando la cubierta frontal. Una vez retirados, podés revisar el nivel de suciedad y polvo acumulado, lo que ayuda a determinar cada cuánto conviene limpiarlos.

3. Limpiar los filtros

Para la limpieza, lo más sencillo es usar agua tibia y un detergente suave. Se recomienda frotar suavemente con un cepillo de cerdas blandas para no dañar la malla. Algunos filtros también se pueden aspirar con cuidado para remover el polvo más superficial antes del lavado.

4. Secar correctamente

Después de enjuagar los filtros, es importante dejarlos secar completamente antes de volver a colocarlos en el equipo. Colocarlos húmedos puede generar malos olores o incluso afectar el funcionamiento del aire acondicionado.

5. Volver a colocar los filtros y encender el equipo

Una vez secos, volvés a colocar los filtros en su lugar y cerrás la cubierta. Al encender el equipo, vas a notar que el flujo de aire es más uniforme y que el rendimiento mejora, ayudando también a que el consumo de energía sea más eficiente.

Además de mantener los filtros limpios, podés optimizar el consumo ajustando la temperatura a un nivel cómodo y usando modos de ahorro o temporizadores si tu equipo los tiene. Evitá que las ventanas queden abiertas mientras el aire está encendido y revisá que las puertas de los ambientes se mantengan cerradas para que el frío no se pierda.

Con estos simples hábitos, no solo ahorrás energía, sino que el aire acondicionado funciona de manera más eficiente durante toda la temporada.