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Vacaciones: ¿cómo controlar los horarios de sueño de los chicos?

Los púberes y adolescentes son quienes se ven más afectados por el cambio de rutina durante el verano. En esta nota, algunos consejos para garantizar que tengan un correcto descanso.


Vacaciones: qué pasa con el sueño de los chicos.

Vacaciones: qué pasa con el sueño de los chicos. - Créditos: Getty



Llega el verano y las rutinas que sostenemos a rajatabla en la época escolar se transforman. Los días estivales son más largos; surgen invitaciones de día o de noche; algunos se suelen levantar más tarde; están las horas de juegos en el agua; tardes largas en la plaza y, obvio, más horas frente a las pantallas.  

De la mano de esto vienen las alteraciones en las rutinas de sueño. Charlamos con María Elena Mazzola, Jefa de la Unidad del Medicina de Sueño de FLENI, que nos detalla cómo puede impactar las vacaciones en esto y nos da algunos consejos para ayudar a nuestros hijos a lograr un correcto descanso. 

- ¿Las vacaciones impactan en los horarios de sueño de los niños?

- Sí, se relaja el cumplimiento de las rutinas establecidas durante el año, entre ellas, los hábitos alimentarios, tiempo de exposición a las pantallas y, por supuesto, los horarios del sueño, entre otros. El aumento del tiempo libre de los niños y adolescentes durante esta época tiende a desorganizarlos: los momentos de esparcimiento y de descanso se adaptan a los horarios de los mayores y, como consecuencia, el total de horas para dormir se reduce. Es importante tener en cuenta que un sueño de buena calidad y suficiente es fundamental para la salud física y emocional de niños y adolescentes.

Es importante recordar que existen consecuencias por falta de un buen descanso:

  • Se señalan alteraciones emocionales y psicológicas

  • Dificultad para concentrarse

  • Falta de energía

  • Frecuentes explosiones de ira e incluso, en casos graves, estados de ansiedad y de tristeza.

Dormir bien es tan importante como comer, jugar o asearse. Es por eso debemos seguir manteniendo hábitos lo más cercanos posibles a los pautados durante el curso escolar.

- ¿Cuáles son las edades que se ven más condicionadas por esto?

- Los más afectados por los cambios en las rutinas horarias durante las vacaciones son los púberes y los adolescentes. A pesar de que cada persona es única, en general, se recomiendan entre 10 y 13 horas de sueño entre los 3 a 5 años (que pueden estar repartidas a lo largo del día); entre 9 y 11 horas de sueño para los niños de escolaridad primaria y entre 8 y 10 horas para los adolescentes.

Es importante tener en cuenta que un sueño de buena calidad y suficiente es fundamental para la salud física y emocional de niños y adolescentes.

- ¿Qué estrategias podemos poner en práctica para que niños y jóvenes descansen y no se altere la calidad de su sueño?

- Algunas rutinas pueden facilitar la conciliación y el mantenimiento del sueño durante la noche. Desde la Unidad de Medicina de Fleni aconsejamos mantener las rutinas más o menos estables a lo largo de los siete días de la semana. A pesar de existir una mayor flexibilidad horaria en verano, siguen existiendo normas que hay que cumplir.

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    Los horarios para acostarse y despertar no deben variar en más de dos horas durante el fin de semana en comparación con los días de la semana, tanto en época escolar como en vacaciones.

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    Durante el día debemos promover la actividad física, limitar el uso de las pantallas y tratar de no utilizarlas a partir de dos horas antes de la conciliación del sueño.  

    Según la Sociedad Argentina de Pediatría, las pantallas no deben utilizarse en menores de dos años. En niños mayores de 2 años se puede proponer una hora diaria hasta un máximo de dos horas, de contenido adecuado y supervisado por un adulto. Nunca antes de ir a dormir (hasta dos horas antes), ya que la luz en la frecuencia azul que emiten los dispositivos digitales (similar a la del sol) tiene efectos sobre la secreción de la melatonina (hormona del sueño) activando el cerebro.  

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    Se recomienda el uso de filtros en los dispositivos, preferentemente sustituirlos por un libros de papel, realizar ejercicios de relajación, colocar luces cálidas en las habitaciones y con posibilidades de ser reguladas.

  4. 4

    A partir de las 17, descender la iluminación de la casa y evitar los estimulantes.

Aplicando estos buenos hábitos de sueño de manera regular y constante, sin dejar de adaptarlos a las características propias del verano, fomentaremos una buena noche de sueño para nuestros hijos.

Experta consultada: María Elena Mazzola, MN 61165, Jefa de la Unidad del Medicina de Sueño de FLENI.

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