Bronceado saludable: 6 claves para tener color durante el verano sin exponerte al sol

Los productos más modernos combinan dihidroxiacetona (DHA) —un derivado de la caña de azúcar— con eritrulosa, un ingrediente que ayuda a lograr un tono más parejo y duradero.
La DHA reacciona con los aminoácidos de la superficie de la piel, generando un color que aparece gradualmente y se intensifica con cada aplicación. No es un tinte ni pigmento: es una reacción superficial, por eso no daña ni penetra profundamente.

1. Exfoliá antes

Es el paso más importante. Eliminá células muertas para que la aplicación sea uniforme. Prestá atención especial a codos, rodillas y tobillos.

2. Hidratá 

Una piel bien humectada recibe mejor el autobronceante y evita que se formen manchas o sectores más oscuros.

3. Aplicalo en movimientos circulares

Siempre sobre piel limpia y seca. Usá guantes o una manopla para distribuirlo mejor y evitar que las manos queden teñidas.

4. Evitá cejas y contorno de ojos

Son zonas sensibles donde el producto suele acumularse.

5. Dale tiempo a que asiente

Lo ideal es esperar entre tres y cinco días antes de reaplicar, para evaluar el tono y ajustar la intensidad.

6. Mantené la rutina

El bronceado artificial se va con la descamación natural de la piel. Para prolongarlo, hidratá a diario y exfoliá suavemente cada semana.

El mercado hoy ofrece opciones para todos los bolsillos, tipos de piel y preferencias.

• Para piel sensible: buscá fórmulas hipoalergénicas.

• Para quienes quieren algo más natural: hay líneas con ingredientes de origen vegetal.

• Para novatas: las versiones graduales son mejores porque permiten controlar el tono.

• Para eventos: aplicalo dos días antes para que el color se termine de asentar.

Muchas personas prefieren usar autobronceante en el cuerpo y complementar el rostro con bases o polvos tonalizadores para lograr un acabado más natural.