Cuarzo: qué es, para qué sirve y cómo aprovechar sus beneficios en casa

Existen culturas como la china o la hindú que llamaron al cuarzo “la piedra viva”, por su capacidad de recibir, almacenar y luego liberar la energía dependiendo de las vibraciones de la persona que la utilizaba. ¿El resultado? Se genera un traspaso de energía entre el cristal y la persona que lo utiliza.

También fue una de las piedras más apreciadas en la civilización egipcia y romana, en donde se utilizaba como amuletos y joyas preciosas. 

Actualmente, además de continuar siendo usados por su gran poder energético y en alguna joya, se utilizan para transmitir radiofrecuencias en relojes, ordenadores y celulares.

Cuarzos microcristalinos: este tipo de cuarzo tiene el tamaño de cristales microscópicos y aparecen bien compactados y se clasifican según su color como es el caso del Ágata, Ágata de fuego, Ágata azul, Calcedonia, Cornalina, Ónix, Jaspe, Ojo de Tigre, Crisoprasa, Heliotropo o el Ópalo, entre muchísimos más.

Cuarzos macrocristalinos: en general, a esta variedad, que puede alcanzar tamaños muy grandes, se la denomina con su nombre propio, es decir, con aquel que se lo conoce de manera individual. También se clasifican según su color: Prasiolita, Ametrino, Jacinto de Compostela, Cuarzo azul, Cuarzo rosa, Cuarzo ahumado, Cuarzo Titanio, Cuarzo blanco y negro, Amatista y Citrino, entre otros. 

En la entrada se recomienda usar un cuarzo blanco, ya que atrae las buenas energías.

Para relajar el cuerpo y la mente, es ideal ubicar cerca de la cama o en la mesita de luz un cuarzo azul, una amatista o cualquier otro cuarzo con propiedades relajantes para inducir la calma y el buen descanso a la hora de dormir.

Si trabajás en tu casa o simplemente tenés un espacio destinado a organizarte y hacer “números”, está especialmente recomendado el ágata o el ojo de tigre, dos tipos de cuarzo ideales para la motivación y la concentración.