Modo pausa: 5 claves para un arranque de año a tu propio ritmo

Hacé una pausa. Respirá. Bajá un cambio. De la manera que sea, date la oportunidad de frenar aunque sea por un rato lo que estés haciendo y simplemente no hagas nada. Cortá con algo de la rutina que venís sosteniendo.  

Cambiar algo de lo que estás haciendo todos los días, aunque sea chiquito o te parezca insignificante, puede ser una manera de tomar aire fresco y renovarse. Justo lo que necesitás.

No reemplaces eso que hacías de manera rutinaria por otra rutina similar, aunque te parezca mejor o más efectiva. Van a aparecer un montón de cosas por hacer, generalmente traídas del mundo de los “pendientes”, pero tomate esta pausa como un tiempo tuyo, personal, que no tenga relación alguna con hacer cosas conocidas, habituales ni tareas que a simple vista vas a reconocer como “necesarias”, pero que te llevan a estresarte más.

Este espacio nuevo (como el año) te representa a VOS. Ya sea que puedas tomarte apenas unos minutos o unas horas por día, no dejes que esa "hoja en blanco" se llene con cualquier garabato. Es tu oportunidad de elegir con qué la querés llenar. ¿Cuál es ese momento que nunca te regalás y deseás? Pensá en algo que sea valioso para vos, de verdad.

El silencio es como el vacío, como la nada misma, como la hoja en blanco. Al principio cuesta sostenerlo, provoca un shock y uno tiende a llenarlo de cosas porque no se lo puede bancar. Nos enseñaron a ser productivas, eficientes y llenar los espacios para seguir produciendo cada vez más. Pero estos momentos pueden ser tu oportunidad.

Quedate en el silencio y respirá. Atravesá ese primer momento incómodo, que pareciera que no te lleva a ningún lugar. 

Escuchá a tu alma, tu cuerpo, tus conversaciones y dejate llevar. Permitirte SENTIR. Solo eso. Fijate qué aparece, sin juzgarlo. Lo que sea que aparezca no está ni bien ni mal. Simplemente, es lo que hay. El peor enemigo de tu sentir es tu propio juicio acerca de eso, el que lo invalida y no le da lugar. Así que no pretendas resolverlo, ni actuar al respecto. No hace falta hacer nada más. Así como llega una emoción o un sentimiento, si uno le da espacio y lugar, así como aparece se desarrolla y se va. La síntesis llegará después. Ya habrá tiempo de analizar, ponerle cabeza y evaluar. Ahora es tiempo, simplemente, de hacerle lugar. Darle espacio a esas emociones puras, así como vienen, es una manera de drenarlas para que se puedan reconocer e integrar.

Cuando te hagas el espacio del silencio, sin hacer nada, seguramente van a aparecer un montón de conversaciones, imágenes, ideas, opiniones, y miles de etcéteras. Todas ellas necesitan ser liberadas de tu propio enrosque mental. Poné intención solo en eso. Dejalas irse, volar. Permití que tu mente, tu cuerpo y tu alma drenen todo lo que venían arrastrando del año anterior, del último mes.

Venimos de diciembre, un mes que suele ser agitado, de reuniones sociales, de estar “para afuera” y a veces, muy poco “para adentro”. Sin tiempo para darle a lo que sentimos, y eso se cuela inevitablemente entre los quehaceres de la vida, pero de manera deformada y si no lo entendemos, si no le encontramos explicación, generalmente no le damos lugar. Así que, a todas esas opiniones, conversaciones o ideas, dejalas atrás. No te quedes enganchada con nada ni nadie. Hacé el ejercicio de liberarte de todo lo que quieras, como si fuera ropa vieja que tenés en el placard y estás pensando en regalar. Simplemente, observalas, revisalas, agradecé y soltá.

Darle lugar al silencio, a tu sentir, a lo que aparezca, es darte lugar a vos misma. Entonces aprovechalo también para crear lo que quieras crear. Puede ser lo que quieras: un sueño, una idea, una forma de ser que quieras cambiar, un hobby, un nuevo hábito, un regalo pendiente que te quieras dar.

Una hoja en blanco es una invitación a ponerle los colores que quieras a tu vida. A escribir la historia que necesitás empezar, con los trazos finos o gruesos que quieras darle. Preguntarte algunas cosas tal vez te pueda ayudar a escribir en esas hojas lo que, de verdad, deseás:

              1. ¿Qué quiero dejar atrás?

               2. ¿Qué quiero seguir sosteniendo?

               3. ¿Qué es “lo nuevo” que quiero crear?  

Este año nuevo tiene muchas hojas en blanco para vos. Que no son más que oportunidades para escribir lo que quieras y regalarte el permiso, cada día, de volver a empezar.

 

Experta Consultada.

Valeria Romero. Psicóloga y coach. (@guionando)