Adiós a los ambientes neutros: vuelve el color en paredes y muebles este invierno 2025

Durante años, los tonos neutros dominaron la decoración, pero este invierno 2025 es momento de apostar por la personalidad que aportan los colores en paredes y muebles. Desde cálidos marrones hasta profundos verdes, estas tonalidades inyectan vida y energía al hogar.

Incorporar color no implica sacrificar la armonía ni la sensación de confort. Al elegir tonos adecuados y combinarlos con equilibrio, los ambientes adquieren carácter y se vuelven más acogedores. De esta manera, cada espacio puede transformarse por completo, creando atmósferas dinámicas y estimulantes, perfectas para afrontar los días fríos con entusiasmo y buen ánimo.

A continuación, te mostramos cómo integrar estas tonalidades con estilo y balance, para renovar tus ambientes sin perder esa calidez que hace que tu casa se sienta verdaderamente acogedora.

Si querés sumarte a las últimas tendencias, hay cuatro colores estrella que no pueden faltar en la decoración de esta temporada. El verde esmeralda y otros verdes profundos se destacan por su sofisticación y elegancia, aportando un toque chispeante y fresco a cualquier ambiente.

Por su parte, los tonos terracota y terracota profundo son una apuesta segura para sumar calidez y crear espacios acogedores, sin caer en la saturación.

Para quienes buscan un estilo más dramático y refinado, el azul petróleo y el rojo bordó son ideales. Estos colores intensos y elegantes agregan carácter a paredes y muebles, sin perder la armonía que requiere un hogar cálido y confortable durante el invierno.

Incorporar cualquiera de estas tonalidades puede transformar tus espacios y darles una personalidad única que acompañe la energía de la temporada.

Elegir el tono ideal para cada espacio puede parecer un desafío, pero la clave está en buscar un equilibrio que combine personalidad con armonía. Si te animás a usar un color vibrante en las paredes, lo ideal es balancearlo con muebles neutros que aporten calma visual, o viceversa. Antes de pintar, probá con muestras pequeñas en diferentes zonas de tu casa, ya que la luz natural y artificial puede modificar mucho cómo se ve el color real. Otra opción para ir sumando color sin grandes cambios es empezar con tonos suaves y sumar pinceladas de acento a través de textiles, accesorios o detalles puntuales.

Cada ambiente tiene su forma particular de recibir color. En el living, por ejemplo, pintar una pared focal o incluso las vigas puede realzar el espacio sin sobrecargarlo. En el dormitorio, muebles en colores cálidos combinados con paredes claras aportan comodidad y estilo. Para la cocina o el comedor, pintar sillas o alacenas es una forma simple y efectiva de incorporar color sin hacer reformas grandes. Además, si buscás crear un ambiente íntimo, los tonos cálidos son la mejor opción, mientras que los tonos fríos aportan modernidad. Sumarle plantas y objetos naturales potenciará la sensación de vida y calidez en cualquier rincón.