5 plantas con hermosas flores que aguantan las heladas

Coloridas, delicadas y perfectas para el frío, las flores del pensamiento se destacan por su variedad cromática: desde violetas profundos hasta amarillos vibrantes, pasando por blancos, naranjas y bicolores. Sus hojas, de forma ovalada o acorazonada, completan el combo estético. Prefieren lugares con buena luz, pero protegidos del sol directo, y agradecen un riego regular, sin exceso.

Es una de las reinas del invierno: sus flores, grandes y vistosas, pueden ser blancas, rosadas, rojas o violetas. Sus hojas verdes, brillantes y oscuras, son perennes, lo que significa que aportan verdor todo el año. Le gusta la luz indirecta y un suelo húmedo pero bien drenado. A cambio, florece en los meses más fríos y se vuelve un espectáculo natural.

Esta planta es sinónimo de elegancia invernal. Las variedades resistentes como Cyclamen hederifolium o C. coum soportan heladas fuertes (hasta –20 °C) y regalan flores invertidas en tonos rosa, blanco, púrpura o malva. Se cultivan en semi-sombra, con riegos moderados y evitando mojar las hojas. Son perfectas para macetas y jardineras.

Aunque no es una hortensia tradicional, se ganó ese apodo por sus flores en tonos rosados, rojos o púrpuras, que brotan incluso con temperaturas bajas. Es de fácil mantenimiento: necesita riego moderado, buena tierra y sombra parcial. En zonas con heladas intensas, conviene proteger su base con compost o mantillo para asegurar su desarrollo.

Simbolizan la esperanza y el renacer, y no es casual: los narcisos florecen al final del invierno, cuando el clima empieza a suavizarse. Sus flores, generalmente amarillas o blancas, aparecen como pequeños soles que iluminan cualquier rincón. Requieren buena luz, un sustrato drenado y riegos espaciados. Una vez plantados, vuelven a florecer año tras año sin necesidad de trasplante.

No importa si tenés un jardín amplio o una pequeña maceta en el balcón. Estas plantas pueden convivir en distintos formatos y mezclarse para crear una composición colorida y resistente. Alterná alturas, colores y texturas. Usá sustratos nutritivos y protegé las raíces con mantillo o corteza. Y sobre todo, disfrutá de ver florecer lo inesperado en los días fríos.