
La casa-taller de una artista en Olivos: un hogar lleno de color, diseño e inspiración creativa
Un recorrido por la casa-taller de María Sivak, un espacio vibrante donde el arte, el color y el diseño se mezclan con la vida cotidiana para crear un hogar tan creativo como inspirador.
Producción: Pepita
28 de noviembre de 2025 • 10:13

Un recorrido por la casa-taller de María Sivak, un espacio vibrante donde el arte, el color y el diseño se mezclan con la vida cotidiana para crear un hogar tan creativo como inspirador. - Créditos: Cecilia Longar
Vivió en plena ciudad y también lejos de ella. Y en esta casa de Olivos encontró el punto medio —y perfecto, para ellos—: un lugar que respira barrio, pero también movimiento. María Sivak (@mariasivak) es artista y creadora de Raw Murales (@raw.murales), un emprendimiento de empapelados que nació mientras armaba este nuevo refugio que hoy explota de arte en paredes y alma. La casa necesitó un año de obra para ponerse a punto: “Yo estaba en un proceso emotivo y buscaba una casa para transformar —cuenta María—, y el cambio aún me emociona”.
Hoy, cada ambiente traduce esa necesidad de transformación y de materializar emociones a través de sus diseños y pinceladas. Ella define su estilo como maximalista y un poco kitsch, porque la abundancia se expresa en cada rincón y la creatividad no se limita. Sus cuadros mezclan fotos, pinturas, collages y más. Y así es su casa: un espejo de esa mirada que vuelve lo artístico cotidiano. En la apertura, María en su taller, que vibra con el despliegue de sus diseños: “El empapelado se llama Abundancia —comparte—. Para que abunden la buena energía, los colores, la vegetación y la prosperidad”.

En su modo board hay fotos de ayer y de hoy, regalitos creativos de sus hijas y una imagen que, para ella, es pura inspiración: el antes de su taller. - Créditos: Cecilia Longar

En este rincón espacios de guardado para los materiales que dan vida a su proceso creativo; además, su obra protegida. - Créditos: Cecilia Longar
Espacios conectados

La obra estuvo a cargo del Estudio Ferrari Arquitectura (@estudioferrariarq). El espejo del comedor, que amplía y regala lindos reflejos, fue una sugerencia acertada del arquitecto. - Créditos: Cecilia Longar

Detalles que enamoran de la casa de María Sivak. - Créditos: Cecilia Longar

El interiorismo de la cocina lo hizo la arquitecta Milagros Cornejo (@milagroscornejoarq). Sobre la barra, florero (@casa.cinco) con arreglo de la florista Karina Sainz (@karinasainzramosdenovia). - Créditos: Cecilia Longar
“La espacialidad nos define un montón”, dice María. Necesitaban espacios amplios y conectados, y esta casa se los dio. En la planta baja, la distribución es cómoda y fluida: un pasillo recibidor conduce hacia el sector social, al estudio de su marido Giuliano, que es diseñador gráfico y músico, y más allá a su taller. “Su lugar, que da al frente, tiene un jardincito y recibe el sol de la mañana —cuenta María—. El mío da al jardín y es más grande, porque necesito espacio”.
Lo interesante es que, previo a la obra, ahí estaba la cocina y ahora, en ese lugar, se alimenta el arte. Así, cada uno tiene su bunker, porque los dos trabajan desde casa y manejan sus tiempos. Como dato de color: María y Giuliano se conocieron en el colegio, fueron novios a los 12 años y se reencontraron a los veintipico; hoy son papás de Lupe, Celeste y Margarita, y de sus perros Shera y Brandon. En la otra página, con ellos en la cocina integrada. El plan del finde: escaparse los tres al río. “Con el tiempo me di cuenta de que los perros me sacan a pasear a mí, más que yo a ellos”, reflexiona.
Puntos de encuentro

El living, lugar de encuentro; detrás el verde. - Créditos: Cecilia Longar

En el living, además de su arte, obras de Marcos López (su mentor), Ornella Pocetti, Alejandro Pasquale y Maica González. “Me parecía bueno sumar otras miradas”, dice. - Créditos: Cecilia Longar

Sobre la pared del comedor, óleos de Ornella Pocetti, una de sus artistas preferidas. “Soy fan de ella”, afirma. - Créditos: Cecilia Longar
El sector social mira y conecta con el jardín, como otra de las sugerencias del arquitecto Daniel Ferrari, que dirigió la obra. Con la refacción se logró una división de ambientes bien fluida: cocina integrada con barra, comedor y, detrás de dos columnas estructurales, el living que reúne a la familia. “Las columnas me molestaban un montón, pero les encontré la vuelta colgándoles plantas —cuenta María—. Ahora siento que están integradas y te acobijan”.
El plan de estas noches: sillón y La Voz Argentina: “Los cinco somos muy fanáticos”. También en esta página, un rincón de la galería con un living externo, que vistió con almohadones de colores (@antoniadecoracion) e individuales de Raw Murales. “Usamos un montón la galería, no tanto la parrilla, porque soy vegetariana”, cuenta María, que se define como una “fundamentalista de lo saludable”. En esta casa también reciben: para el cumple de Giuliano hicieron karaoke; para el suyo, una fiesta con pizzas y DJ; y, en 2022, celebraron su civil junto a sus hijas. “La casa se llena de gente y eso, también, nos encanta”, cuenta.
Los cuartos

Datito extra de amor: “Le hice una foto a Celeste sobre el sillón y, después, la agregué durmiendo sobre la llama”, cuenta María. - Créditos: Cecilia Longar

Los cuartos - Créditos: Cecilia Longar

Como toque original de diseño, María puso las camas en L: “Sin que estén paralelas, están juntas y comparten”. - Créditos: Cecilia Longar
Escalera arriba están los cuartos. El suyo tiene como protagonista una de sus últimas creaciones, que colgó sobre una pared de azul contrastante. La obra se llama Vademecum, que en latín significa “Anda conmigo”. La creó después de un viaje reciente a Jujuy que la marcó. “Hicimos una caminata con llamas y perros que las arriaban —recuerda—, y fue una experiencia natural que amé”. El cuadro sobre la cama simboliza el camino de vida juntos y los sueños, representados en la chiquita soñadora que está recostada sobre la llama (¡su hija Celeste!).
Sobre la cama de Lupe, colgó un cuadro personalizado de Raw Murales: “Le puse su nombre y una frase de Karol G, que elegimos juntas: Mañana será bonito”, cuenta. En la página siguiente, el cuarto compartido de Celeste y Margarita, con empapelado Rainbow y una alfombra vinílica, ambos de su emprendimiento. “Hice varias pruebas, incluso con diseños selváticos, pero me gustó que el color llame la atención”, explica.
El toilette 100% arty

En este baño que explota de diseño, María eligió el empapelado Edén de su marca. - Créditos: Cecilia Longar
En este espacio apostó al concepto del “vale todo”. Como dice ella, el espacio te abraza, lleno de información. Tiene un empapelado amarillo con monos, pájaros y mucha vegetación; una cortina llena de flores; y una alfombra con un tigre. “¡No le falta nada!”, se ríe. Y es que el toilette permite esas licencias, para jugar y animarse a más. “Soy lo contrario al minimalismo —asegura María—. Me sale naturalmente”.
Además, le encantan los animales y siempre busca sumarlos a sus diseños: “Me gustan los rasgos honestos y salvajes de los animales y siento que aprendemos mucho de ellos”. En sus pinturas, las metáforas entre el animal y la mujer son casi un símbolo de aprendizaje y fuerza. “Tengo una colección de animalitos y les digo a mis hijas que son juguetes, pero que ¡son míos!”, dice en broma. Así también muestra su gusto por lo lúdico y lo inesperado: en cada rincón de su casa, el arte sorprende.

En este baño que explota de diseño, María eligió el empapelado Edén de su marca. - Créditos: Cecilia Longar
Emociones tangibles
María se mueve entre dos mundos: el de artista y el de diseñadora de Raw Murales, pero en ambos respira arte. Para ella, la pintura es “onírica, emotiva e inexplicable”, una manera de dar forma a lo que siente, sin palabras. En los murales encontró una veta más decorativa, una forma de ser parte de otros refugios desde un nivel más accesible.
Son diseños digitales que buscan convertirse en escenografías que cuentan historias: “Cuando un mural se instala —explica—, esa fantasía cobra vida”. María trabajó con el prestigioso fotógrafo Marcos López y esa experiencia marcó su mirada y estilo: “Lo amo, porque me emociona su arte, su estética pop y su forma de ser: él pone todo, no deja lugar a suposiciones, lo dice de manera literal”, asegura. Hoy sus obras y empapelados están cargados de información, con colores que la conmueven y recursos que van más allá de lo imaginable, como Vademecum, que mezcla norte y sur, porque detrás de la llama pintó una montaña y a un esquiador.
Su última serie, Sobre nuestros corazones, explora el sentir en tres dimensiones: la sensación, que es corporal; el sentimiento, que es cognitivo; y la emoción, su preferida, que es visceral e inevitable, porque atraviesa y transforma. Su intención es materializar ese sentir, incluso —o, sobre todo— en los momentos más simples y cotidianos de la vida. Siempre con su manera curiosa de mirar el mundo.
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