Retiro vintage: Wanda Dobler transformó un departamento antiguo en un espacio colorido y vibrante

Oriunda de Junín (Buenos Aires), Wanda se mudó a La Plata a los 18 años para estudiar Arquitectura. Ya graduada, estaba buscando un hobby cuando pensó: qué loco que debe ser tatuar. “Lo veía muy lejano, pero me construí una máquina y empecé a tatuar frutas”. Ya instalada en Buenos Aires, trabajaba medio día en un estudio de arquitectura y en sus tiempos libres tatuaba a amigos y conocidos.

Creativa, curiosa y “muy mandada”, Wanda supo transformar su hobby en un trabajo full time: compró una camilla, alquiló un estudio y se juntó con colegas para seguir aprendiendo. Al poco tiempo, pandemia mediante, sintió la necesidad de compartir todo lo que había aprendido como autodidacta y en la práctica. “Como yo aprendí sola, al principio tatuaba con la técnica handpoke, punto por punto, que es más fácil para empezar. Entonces armé unos talleres online para personas que querían iniciarse en el mundo del tattoo”.  

Hoy, con un estudio en San Telmo, mayoría de clientas mujeres y varios cursos en su haber, se armó también un espacio en el departamento para trabajar desde allí disfrutando el verde y la luz. “La casa me queda re cómoda para tatuar”. 

A través de la fusión de los muebles que tenían Wanda y su pareja, el departamento fue encontrando su estilo. En el dormitorio dominan los tonos tierra para crear una atmósfera de descanso. Aprovechando la superficie de este ambiente, armaron un miniliving con TV, por lo que funciona como un espacio secundario para trabajar o descansar cuando en la parte delantera de la casa hay gente. “La habitación la armamos con lo que teníamos, hay una onda muy parecida que compartimos los dos. Hicimos muy buen match”. 

Elementos modernos y piezas de artistas locales le dan al departamento un clima fresco y vibrante, y conviven a la perfección con mobiliario vintage. “Me encantan los muebles viejos, que tengan una buena madera y solidez. Creo que empezó por una cuestión económica y se convirtió en una búsqueda que me divierte”. Pero también hay espacio para el diseño contemporáneo, como la silla en color verde de Posible. “Me gusta la combinación: que no sea todo vintage ni todo nuevo”.