Vinilos en el dormitorio: ideas para renovar tu espacio con un recurso simple y canchero

Si no tenés cabecero o querés renovar el que ya tenés, podés usar un vinilo que funcione como punto focal. Los diseños geométricos, en semicírculos, arcos o rectángulos alargados, simulan la presencia de un respaldo y aportan un aire moderno y minimalista.

Los vinilos botánicos son tendencia: hojas, ramas o flores que se despliegan sobre la pared principal del dormitorio logran un efecto fresco y relajante. Funcionan muy bien en tonos verdes, tierra o pasteles, y podés combinarlos con textiles de lino o algodón para reforzar la atmósfera natural.

Otra opción es elegir frases o palabras que tengan un significado personal. Pueden ir sobre la cama, en un lateral de la pared o incluso en el placard. Mensajes cortos y simples como “Respirá”, “Amor” o “Buen día” aportan calidez y generan un clima íntimo.

En los cuartos de chicos, los vinilos son aliados indiscutidos: se colocan fácil y se cambian a medida que crecen. Podés armar un cielo estrellado sobre el techo, un arcoíris en la pared principal o personajes divertidos que acompañen el juego. También existen vinilos de pizarra que permiten dibujar y escribir.

No hace falta cubrir una pared entera. A veces, pequeños vinilos distribuidos en forma de patrón (puntos, triángulos, corazones) logran un efecto dinámico sin sobrecargar el espacio. Son ideales para quienes buscan un cambio sutil pero con impacto.

• Elegí vinilos removibles de buena calidad para poder cambiarlos sin dañar la pintura.
   
• Aplicalos sobre superficies lisas y limpias para que adhieran bien.
   
• Para alargar su vida útil, pasá un paño seco cada tanto y evitá la humedad directa.