
Lux Pascal brilla en Miss Carbón: “Esta historia me cambió por completo”
Este jueves se estrena "Miss Carbón", la nueva película de Agustina Macri. Conversamos su protagonista, la actriz chileno-estadounidense Lux Pascal, quien interpreta a Carlita Rodríguez, una mujer trans que desafió prejuicios en una mina de Río Turbio.
1 de octubre de 2025 • 10:00

Para ponerle el cuerpo a la historia de Carlita Rodríguez, Lux construyó un personaje de ficción y no trató de ser exactamente como la mujer de la vida real. - Créditos: Gentileza Miss Carbón
Su mirada sostiene ternura en todo momento, aun en los más duros. Sonríe, hace silencio e insiste con una fuerza que no irrumpe, sino que lleva. Así interpreta Lux Pascal la resistencia pacífica de una persona que cambió las reglas. Lo hace en "Miss Carbón", la película dirigida por Agustina Macri que se estrena el 2 de octubre y cuenta la historia real de “Carlita” Antonella Rodríguez una mujer trans nacida y criada en Río Turbio –Santa Cruz- que siempre quiso trabajar en la mina carbonífera, como la mayor parte de los varones de su comunidad. Su deseo y perseverancia venció prejuicios y supersticiones, al punto que abrió las puertas al resto de las mujeres hacia un espacio que les estaba vedado, en definitiva, por portación de género.

Hija de chilenos, nació en California con otro nombre y otro apellido. Desde hace algunos años se llama Lux, la identidad con la que se reconoce y Pascal en homenaje a su madre. En 2023 se graduó en Artes e Interpretación en la prestigiosa escuela neoyorquina Juilliard. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ @michaeloats
El largometraje de Macri narra sucesos llenos de discriminación, de suciedad, de violencia, de injusticia e impotencia. Y lo hace desde una perspectiva deliberadamente poética, con escenas de extrema luminosidad y belleza; especialmente desde el aporte de su protagonista.
Es la primera vez que la actriz chileno-norteamericana Lux Pascal desempeña un rol principal y no disimula la emoción que le genera. "Es una de esas historias me gustaría que nunca se borraran de la historia universal –dice y agrega-. La experiencia de Carlita es muy valiosa, muy inspiradora para muchas personas y sobre todo para muchas mujeres. Era importante que fuera contada y que sea vista por gente. Haber podido colaborar en eso, me hizo muy feliz”.

Junto con Agustina Macri trabajaron para construir la atmósfera donde suceden los hechos que hicieron historia. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ Sebastián Arguello
—¿Conociste personalmente a Carlita Rodríguez?
—Sí, la conocí un poco antes de grabar. Cuando acepté hacer la película todavía no la conocía y me intrigaba muchísimo. Encontré que era una persona que todavía mantenía su espíritu y su dulzura íntegra a pesar de haber sobrevivido a tantas cosas.
—¿Cómo influyó en tu composición del personaje la mujer real que protagoniza esa historia que efectivamente ocurrió?
—Con Agustina Macri, la directora, nos pusimos de acuerdo en que mi representación iba a estar inspirada en Carlita, pero íbamos a construir un personaje que a las dos nos pareciera apto para la historia y para la película. Es un personaje de ficción que creamos independientemente de "la persona real". Después, cuando la conocí a ella, definitivamente hubo cosas que sí tomé de su expresión y también de su mirada. Porque su mirada reflejaba mucho en cómo ella está inserta en el mundo. La mirada de una persona revela mucho de su punto de vista y de cómo es por dentro. Sin embargo, principalmente nos enfocamos en el mundo de ficción que creamos dentro de la película, a partir del guion de Keka -Erika Halvorsen-.
—¿Qué posibilidades tomaron de la ficción para contar esta historia que la realidad no les habría permitido?
—En el fondo, el guion tiene un algo como de cuento, si bien está inspirado en una historia real, no rememora cosas del pasado, sino que, al ser cine, puede darle un toque poético a la historia de Carlita. Ella misma ha dicho que la película no es como su vida real, que la vida real fue mucho más cruda. Yo tuve el privilegio de vivir su día a través del lente de la cámara y de una mirada de cine.
—¿Este enfoque de la película intenta rescatar la parte bella de una historia difícil?
—Yo creo que en parte como tributo a Carlita y como tributo a su triunfo y a su vida, es importante que podamos contar su historia desde una forma que sea atractiva de ver, ¿no? Y que sea reluciente y que la destaque a ella como la maravillosa mujer que es. Más que con belleza, diría que se cuenta desde una perspectiva inspiradora.

Las escenas de la mina se filmaron en la verdadera mina carbonífera de Río Turbio. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ Andrea Martínez
—Los exteriores de la película están filmados en la Patagonia, en el escenario real de Río Turbio, en la mina, ¡y en invierno! ¿Cómo te relacionaste con este entorno hostil?
—Bueno, yo soy chilena, conocía la Patagonia. Aunque, claro, la había conocido desde lo turístico. El lugar es superlindo y apoteósico. Entonces, fue muy interesante poder ir a un pueblo minero, con la gente que vive ahí. Fue bastante esforzado grabar en invierno, pero al ver la película siento que fue la mejor decisión porque el contraste en el paisaje es muy bello. Tan enorme...
—Mencionabas tu origen chileno, ¿cómo hiciste para disimular el acento al hablar?
—Tuve una profesora de dialecto que me ayudó un poco a encontrar una especie de español neutro con un poco del acento argentino, sobre todo de la zona; la forma de hablar en la Patagonia es un poco más similar al acento chileno.

El set de rodaje de los interiores se instaló en Bilbao, País Vasco. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ Andrea Martínez
—¿Esta es la primera vez que protagonizas una película?
—Sí, fue algo totalmente nuevo para mí. Lo disfruté muchísimo y me encanta trabajar de esta manera, en cine independiente y contando historias que calan hasta los huesos. Siento que esta película me cambió por completo, como antes y después en mi vida artística a partir de "Miss Carbón".
—¿En qué consiste esa transformación?
—Principalmente, creo que aprendí muchísimo más a escuchar a mi entorno, hubo un momento en el cual era muy importante saber pedir ayuda. En algunos momentos estaba demasiado cansada, sentía que ya había dado todo lo de mí y no sabía qué podía seguir dando, pero efectivamente podía seguir dando, solo necesitaba ayuda. El trabajo artístico se basa en la colaboración y, sobre todo, cuando se es la protagonista, aunque una quiera ser fuerte, a veces la situación te supera.

Lux Pascal aporta belleza a una película sobre una historia oscura que elige narrar desde la luminosidad. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ Andrea Martínez
—¿Cómo te tocó en lo personal hacer a esta mujer trans en una película con activismo de género?
—Yo no la veo como una película necesariamente activista. Yo no soy activista. Con Agustina hablamos de que estábamos haciendo una película, en tal caso somos parte de la historia del cine, no somos parte de la historia del activismo político. El activismo político es algo que sucede por consecuencia, pero hay gente que hace ese trabajo y que se dedica a eso. Yo solamente doy mi cuerpo como actriz a esa historia, me enfoco en eso.
—Más allá del de las distintas formas de activismo, la historia que cuenta esta película y el mensaje que da claramente tienen un determinado enfoque político y se toma partido. Y vos, la actriz que le pone el cuerpo a este personaje, sos una mujer trans. No es una película como cualquier otra que habla de un tema sin resonancia en nuestra realidad social, ni vos sos una persona ajena a la problemática general que aborda.
—Bueno, claro, yo no creo que la película esté definitivamente separada de lo político. Solamente que no me gusta que se asuma que tiene que ser así, que yo por existir como existo debo tener una postura, un punto de vista determinado por ser la persona que soy. Es solamente eso. Porque creo que ahí hay un prejuicio. Llega a ser reductivo a mi carrera y a la versatilidad que yo puedo tener como artista. Yo interpreto personajes femeninos, yo quiero contar muchísimos tipos de historia y que el activismo político que esas historias puedan tener sea diverso. Yo no estoy diciendo que esta historia no sea política, lo es profundamente. Solamente estoy diciendo que yo no me dedico al activismo político, me dedico a la interpretación.
—Muy bien, dejemos de lado el activismo, te pregunto entonces acerca de representar a una mujer trans, ¿qué te toca de lo personal ese denominador común con tu personaje? Si fueras una actriz con cinco hijos que interpreta a una madre de cinco hijos, te preguntaría lo mismo...
—No, claro. Yo solamente quería clarificarlo. ¿Sabés algo? Yo elegí hacer la historia de Carlita justamente por lo ajena que me resulta a mí como persona, no por lo que puedo llegar a tener en común, sino todo lo contrario.
—¿Cómo es eso?
—La verdad es que hay muy poco que yo tengo en común con Carlita. Podemos parecernos en algo, pero ni tanto. Yo simplemente vine a ocupar sus zapatos para esta ficción porque lo que me llamó la atención fue lo distinta que era su vida a la mía y el desafío que resultó para mí interpretarla, ¿me entiendes?
—Sí, entiendo.
—Yo creo que es mucho más potente que nosotras dos, estemos ahora hablando como dos mujeres profesionales y que podamos hablar de distintas cosas y que la gente deje de obsesionarse con la identidad transexual. Es una obsesión que a mí me hace ser autoconsciente de algo que en mi vida ya lo tengo totalmente solucionado. Yo sé que soy mujer, no necesito que alguien me diga que lo soy o que no lo soy, ¿me entiendes? Entonces quiero hablar de otras cosas. Y la gente que está interesada en protegernos y de que el mundo sea más seguro para nosotras, no tendría que ser yo ni Carlita, no somos la carne cañón para esa causa. Hay gente que sí puede hacer cambios dentro del sistema. Yo soy actriz, me dedico a otras cosas y quiero que la gente deje de obsesionarse con mi cuerpo, con cómo me veo. Algo que les ha pasado a todas las mujeres a lo largo de la historia. Quiero ser vista desde otras características de mi vida y de mi historia. Es solamente eso.

Lux Pascal junto a Paco León, quien interpreta un rol en la película; juntos protagonizan una historia de amor. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ @michaeloats
—En este caso, la temática de la película propone conversar sobre estos temas de género.
—La película habla de muchas cosas. Ella se enamora, ella encuentra su lugar en el trabajo, ella supera sus traumas familiares, ella tiene amigas, hay muchas más cosas.
—Hechos que en la historia giran en torno al hecho de ser trans.
—No estoy de acuerdo, para ti puede ser que tengan que ver con eso, a ti te puede llamar la atención eso. Para mí y para la construcción que yo hice del personaje, no. De verdad te lo digo.
—Te creo. Y me parece interesante hacer el ejercicio de repensar las escenas sin tener en cuenta que Carlita es trans. Francamente no es lo que me pasó espontáneamente como espectadora.
—Muy bien. No quiero juzgarte a ti por la manera de mirar la película, ni a nadie. Solo marcar que no es esa la única forma de mirarla.
—Quizás todavía nos falta conversar estas cosas para conseguirlo, sin dejar por eso de dejar de hablar del resto, ni obsesionarnos. Creo que amplía la mirada y si una entrevista logra sumar un punto de vista que ni yo tenía, me siento más que satisfecha...
—Me encanta lo que dices, estoy de acuerdo con eso. Bueno, yo misma abrí mi cabeza dentro de la película cuando tomé la decisión de hacer así el rol. Dije “¿cómo yo voy a contar la historia?”, “¿cómo es esta mujer que está entrando en un mundo profesional muy machista?”. Si es que lo veo desde esa perspectiva constantemente, todo hace más sentido. Pero cuando es la obsesión con que le dicen un nombre distinto, que la tratan de palabras que no podemos decir... Este tipo de discriminación es parte del mundo y es parte del sufrimiento de Carlita, efectivamente. Mi intención al menos era un poco sublimar eso y elevarlo desde un lugar más específico, menos como repetitivo. Eso me gusta. Es una historia más específica, más única. Incluso hablando con Carlita, decíamos que tenemos una historia y nos relacionamos del mundo de formas totalmente distintas. Entonces yo también puse parte de mi cosecha en la historia de Carlita, en cómo yo he vivido el mundo. Pero, si tú le haces también esta pregunta a ella, seguramente te la responde de otra manera y eso es lo lindo. Porque somos dos mujeres distintas.

Si bien ya había protagonizado cortometrajes, es la primera vez que Lux Pascal encabeza el elenco de una película y sueña con seguir trabajando en cine latinoamericano. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ Sebastián Arguello
—Decías que este protagónico te transformó en lo profesional. ¿Qué puerta te gustaría abrir ahora o aspirás a que te abra esta experiencia?
—A mí me encantaría seguir trabajando con directores argentinos, latinoamericanos. Si bien yo ahora estoy trabajando mucho en Nueva York, comencé mi carrera en Chile, entonces siempre me gusta volver a colaborar con artistas de mi territorio.
—¿Qué te aporta y qué te resta esto de ser latinoamericana allá? Porque también pasás gran parte de tu vida en Estados Unidos, ¿no?
—Tengo un poco una identidad híbrida, por así decirlo. Nací en Estados Unidos (NdeR: sus padres chilenos fueron exiliados durante la dictadura de Augusto Pinochet) pero mi forma de relacionarme, mis puntos de vista y hasta mi sentido del humor son totalmente chilenos. A pesar de que a veces sea un poco doloroso ser distinta, vivir en un país donde en el fondo la cultura estadounidense es totalmente distinta a la cultura latina, siento que es un gran poder tener una perspectiva distinta porque es un gran aporte y me hace destacar, a veces para mal y a veces para bien, pero definitivamente destaco.
—Se los ve siempre muy unidos y posan juntos en las alfombras rojas, ¿cómo es para vos compartir la profesión con tu hermano (Pedro Pascal)?
—Con Pedro somos muy aliados en todo, entre nosotros no existen los secretos y eso nos pone muy contentos a los dos. Todo el mundo está buscando a su aliado en el mundo, y yo siento que tengo a mi aliado en mi hermano. Él me hace sentir que nunca voy a estar sola, y yo espero también darle lo mismo a él. Nos vinculamos muchísimo más allá de lo profesional, pero yo creo que los dos estamos muy orgullosos y nos parece muy inspirador lo que estamos haciendo ahora profesionalmente, pero antes que nada somos familia.
—¿Algo más que quieras decir?
—Sí, ¡que me encantaría volver a la Argentina! Porque la última vez que estuve fue al final del rodaje de "Miss Carbón". Estuve en Buenos Aires y me quedé más tiempo porque, definitivamente, es de las mejores ciudades del mundo, si no la mejor ciudad en la que yo he estado. O sea, cómo se es Buenos Aires, es lo más bello que hay. Tendría que volver pronto.
—Y serás bienvenida.
—Gracias. Y lo último que me gustaría decir es que esta conversación me encantó como incluso como tuvimos ahí un pequeño debate de puntos de vista y llegamos a algo. Me encanta cuando se puede conversar y se puede aprender la una de la otra, ¿no? Porque no hay un solo punto de vista.

Lux Pascal en el set de Miss Carbón. - Créditos: Gentileza Miss Carbón/ Andrea Martínez

Carola Birgin Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UBA, ejerce el periodismo desde 1997 y trabaja en LN desde 2009. Fue Secretaria de Redacción de la revista OHLALÁ!, Editora del Suplemento Moda Belleza y hoy es editora digital del grupo de revistas.
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