
Las hijas: la obra dirigida por Adrián Suar que emociona con humor, dolor y ternura
En su debut como director teatral, Adrián Suar presenta "Las hijas", una comedia dramática que conmueve con humor y ternura gracias a la brillante actuación de un power trío que amamos: Soledad Villamil, Julieta Díaz y Pilar Gamboa.
22 de septiembre de 2025 • 23:19

Soledad Villamil, Julieta Díaz y Pilar Gamboa demuestran su potencia actoral en "Las hijas", en el debut como director de Adrián Suar. - Créditos: Gentileza Prensa
Hay obras que no buscan solamente gustar, sino conmover. Y también incomodar un poco por momentos. Sin dudas, Las hijas entra de lleno en ese territorio. Esta nueva pieza teatral escrita por la dramaturga y actriz Ariadna Asturzzi y dirigida por Adrián Suar es una comedia dramática que late con sensibilidad, profundidad y potencia gracias a un trío de intérpretes que se da el lujo y el permiso de atravesarlo todo: ellas son Julieta Díaz, Soledad Villamil y Pilar Gamboa. En 80 minutos, el Teatro Maipo se convierte en un espacio íntimo para hablar de lo cotidiano, lo inevitable, lo profundo: el paso del tiempo, los ajustes y lealtades del amor familiar, esas grietas hondas que aparecen cuando una madre deja de ser la misma.
Si vamos a la historia, puede resumirse en un par de líneas: es el día del cumpleaños de Elena, la mamá de Inés (Soledad Villamil), María José (Julieta Díaz) y Roberta (Pilar Gamboa). Las tres se juntan un rato antes de la llegada de su madre al festejo familiar y -entre preparativos de la celebración- se proponen charlar acerca de qué van a hacer frente al avance del Alzheimer que sufre su madre, una jueza que ha sido una mamá presente, exigente y firme. Y a partir de ahí, ellas -y también nosotros como espectadores- seremos testigos de numerosos dilemas a los que se enfrentan estas hijas: ¿la solución es un geriátrico?, ¿mamá tiene que dejar de trabajar ya mismo?, ¿quién de ellas estará disponible para cuidarla?, ¿qué va a pasar cuando Elena ya no se acuerde de ellas?
Estamos en una casa de clase media porteña, con sus ventanas, sus plantas, sus copas de vino para el festejo. Suar demuestra en este debut teatral que sabe dirigir personajes, y acá lo hace notar: maneja los tiempos con precisión dramática y un timing perfecto, permitiendo que la estructura de comedia y drama conviva, se mezcle y resurja con una potencia nueva. Las escenas se suceden, oscilan entre risas —esas que salen desde la memoria compartida, los reproches suaves que solo se permiten entre hermanos, los momentos de ternura— y lágrimas; esas lágrimas que se asoman (¡y nos asoman!) cuando las hijas comprenden que ya no tienen la madre que recordaban, que la enfermedad la transforma, que hay pérdidas invisibles tan dolorosas como las explícitas.
Un power trío de actrices que lo atraviesa todo

Soledad Villamil, Julieta Díaz y Pilar Gamboa demuestran su potencia actoral en "Las hijas", en el debut como director de Adrián Suar. - Créditos: Gentileza Prensa
¿Y qué podemos decir de este power trío de actrices? Julieta Díaz aporta una presencia terrenal: su María José es quien más siente la responsabilidad, quien más voces escucha, quien más duda. Soledad Villamil y su Inés nos ofrecen cierta elegancia en el dolor, una voz que tiembla, una supuesta autoridad de "hermana mayor" que se va quebrando cada vez más en sus propias rigideces. Y Pilar Gamboa, con su Roberta, nos pone en escena la revelación emocional, la chispa que va oscilando entre la furia contenida y la ternura más pura. El trío funciona porque se deja ver, porque se permite equivocarse, porque se permite quebrarse. Porque mientras ellas debaten, discuten y esgrimen sus argumentos, también somos nosotras quienes vamos coincidiendo, por momentos, con cada uno de sus sentires y razonamientos.
En un texto contundente, Asturzzi logra algo que no es sencillo: hablar de Alzheimer, de envejecimiento, de enfermedad sin lástima y con complejidad. No necesita golpes dramáticos exagerados: se sirve de lo mínimo, de lo doméstico, de lo que pasa adentro de una casa, entre voces que se levantan, silencio que pesa, confesiones tardías. Y Suar, debutando en el teatro con esta obra, demuestra oficio: no se recuesta en los nombres, ni en una mirada que se regodea en la nostalgia, ni tampoco en el prestigio de su elenco; dirige como quien sabe que lo que importa acá es el corazón del asunto, no el lujo ni los trucos escénicos (aunque hay algunos muy efectivos que no vamos a spoilear).
Los diálogos no solo tienen buen timing, sino que también tienen filo. A veces, la emoción pide un silencio. Otras, descomprime con carcajadas. Y lo sustancial es evidente: "Las hijas" emociona, hace reír, hace temblar. También hace pensar. Porque nos despierta el deseo de abrazar lo que uno tiene, de mirar a los padres como seres que cambian, de aceptar que somos hijas, mientras que podamos sostenernos en serlo. También es una obra sobre la hermandad; así como cuando uno maratoneaba la serie This is Us y podía advertir que esos padres habían sido bien distintos para cada uno de sus hijos, sucede lo mismo con los padres: cada hijo lo recordará como puede, a partir de sus propias experiencias, sus propias contradicciones, sus propios deseos. Y eso es un milagro.
Al salir de la sala, es imposible la indiferencia. Porque a todos alguna vez nos ha tocado o nos toca hoy estar ahí: todos somos hijos o hijas de alguien, todos hemos visto a padres y/o abuelos envejecer o sufrir enfermedades que no queremos. Y por eso la sensación es la de tener el corazón un poco más pesado, quizás la garganta anudada, pero también eso convive con unas ganas tremendas de decir lo que hace tanto no se dice. Esa es la clase de teatro que necesitamos, en definitiva: aquella que interpela, que atraviesa, que deja huella. Las hijas es una invitación a mirar nuestra propia historia con ternura feroz.
LAS HIJAS
Días y horarios: los jueves a las 20, los viernes a las 20.30, los sábados hay doble función a las 20 y a las 22, y los domingos a las 19.30.
Dirección: Teatro Maipo (Esmeralda 443, CABA).
Entradas: desde $35.000 por Plateanet.

Euge Castagnino Editora de OHLALÁ!, guionista cinematográfica especializada en cultura, cine, teatro, televisión y otros medios audiovisuales y gráficos. Es fan de las buenas historias, los libros, el buen comer y los viajes.
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