Cómo guardar la mitad de la palta sin que se ponga fea

Antes de pensar en cómo guardarla, conviene elegir una palta en el punto justo. Lo ideal es que esté madura pero firme. Si cede levemente al presionarla con los dedos, está lista para comer. Si está muy blanda, es probable que se oxide más rápido y cueste conservarla.

Un método fácil y muy efectivo: colocar la mitad de la palta (con carozo, si es posible) en un recipiente con agua fría, con la parte cortada hacia abajo. Luego, llevarla a la heladera. Así se limita el contacto con el oxígeno y se mantiene verde por al menos un par de días.

El limón es un gran aliado para frenar la oxidación. El ácido cítrico actúa como antioxidante natural. Solo hay que rociar unas gotas sobre la superficie expuesta o frotarla suavemente con una rodaja de limón antes de guardarla.

¿No vas a usar la mitad de la palta en el momento? Una buena opción es aprovecharla para preparar guacamole. Los ingredientes como el limón, el tomate y la cebolla ayudan a conservarla mejor. Guardá la mezcla en un recipiente hermético, cubrí la superficie con film en contacto directo y tapá bien antes de refrigerar.

Otro método simple: colocar la palta en un recipiente hermético o en una bolsa tipo Ziploc. Cuanto menos aire quede adentro, mejor. Si dejás el carozo en la mitad que vas a guardar, mejor todavía: ayuda a conservar su textura y color.