
Keila Barral Masri, la emprendedora que convirtió una odisea médica en la solución de datos de salud más innovadora de América Latina
La historia de Keila Barral Masri, la emprendedora argentina que creó Cromodata tras una odisea médica y hoy impulsa el primer hub de datos clínicos de América Latina.
10 de diciembre de 2025 • 11:11

Keila Barral Masri, la emprendedora que convirtió una odisea médica en la solución de datos de salud más innovadora de América Latina. Con su perro Harry en la foto. - Créditos: Prensa
Durante siete años, Keila Barral Masri recorrió consultorios, estudios y especialistas sin lograr un diagnóstico claro para las convulsiones que afectaban su vida diaria. Tenía acceso a los mejores centros médicos, pero le faltaba algo esencial: que sus datos pudieran “conversar” entre sí.
“Era como ver pedacitos de una foto, pero no una foto completa”, contó en una entrevista con Carla Quiroga para LA NACION, al recordar un camino que la dejó con epilepsia refractaria y migrañas crónicas, pero también con una convicción profunda: nadie debería atravesar un sistema fragmentado sin información integrada.
Hoy, esa experiencia personal se convirtió en el motor de Cromodata, la startup que cofundó junto a Matías Karlsson y Juan Pablo Merea y que ya es el primer marketplace de datos clínicos desidentificados de América Latina. Una herramienta que conecta hospitales, laboratorios, farmacéuticas y compañías de tecnología para democratizar el acceso seguro a datos de calidad, impulsar investigaciones y entrenar modelos de IA con información real de la región.
De paciente sin respuestas a líder de innovación

Keila Barral Masri, junto a Matías Karlsson y Juan Pablo Merea fundaron la startup Cromodata. - Créditos: Prensa
Keila relata que su diagnóstico tardío no solo fue una experiencia dolorosa, sino reveladora. Durante años acumuló resultados, estudios y relatos clínicos que nunca se integraron. Según datos mencionados en LA NACIÓN, el 30% de la población de Latinoamérica demora entre 5 y 10 años en obtener un diagnóstico, un problema que ella vivió en carne propia.
“Fue mi motor para transformar algo que marcó mi vida en una solución que puede mejorar la vida de un montón de personas”, explica.

Harry es un perro que había sido abandonado y que hoy es su compañero inseparable - Créditos: Prensa
Esa convicción la llevó a crear Cromodata, que en apenas nueve meses alcanzó números inéditos en la región:
- 47 hospitales asociados
- 19 millones de imágenes médicas integradas
- Un modelo validado que mejora la interoperabilidad y reduce el sesgo en IA aplicada a salud
Su trabajo fue reconocido a nivel nacional: Keila ganó el Programa WE 2025 de Endeavor Argentina, que impulsa a mujeres fundadoras. “Me ayudó muchísimo a construir la narrativa de mi pitch y presentar la empresa. Ahora, poder formar parte de las mentorías de la comunidad Endeavor me parece alucinante”, destaca.
Innovación con impacto: cómo funciona Cromodata
La plataforma centraliza datos clínicos anonimizados, estandarizados y seguros. Su objetivo es resolver uno de los grandes problemas de la salud en la región: la fragmentación. Para Keila, la interoperabilidad es clave para que los pacientes no dependan de estudios aislados ni diagnósticos desconectados.
Además, la empresa trabaja para que los modelos de IA en salud se entrenen con información latinoamericana, algo indispensable para reducir sesgos y desarrollar soluciones más representativas.
Instalada en el Parque de la Innovación, Cromodata también forma parte del +54Lab, un coworking científico que reúne startups de impacto. “Es el centro neurálgico donde hoy suceden las mejores cosas en innovación y ciencia dentro de la ciudad”, afirma Keila.
Harry, el perro de alerta médica que transformó su día a día
En medio de su recorrido personal, apareció Harry, un perro que había sido abandonado y que hoy es su compañero inseparable. Gracias a su capacidad para detectar cambios químicos en el olor de Keila antes de una convulsión, puede anticipar ataques, avisarle y ayudar a evitar lesiones. “Él es una parte mía, estamos 24 horas juntos. Es mi familia y mi mejor amigo”, contó en LA NACIÓN.
La conexión es tan profunda que Harry viaja con ella a todas partes, incluido Silicon Valley, donde Keila fue seleccionada para el programa de escalamiento intensivo de Draper University. Allí, tendrá la oportunidad de conectar con inversores, ampliar alianzas con centros de investigación y representar el talento argentino en la meca global de la tecnología.
Un futuro posible: datos que salvan tiempo, recursos y vidas
Con solo 34 años, Keila lidera una empresa que está cambiando la manera en que se gestionan los datos de salud en la región. Su visión combina tecnología, propósito y experiencia real: lograr que ninguna persona vuelva a transitar un sistema sin información integrada.
“Los datos de salud pasan por muchas manos, y necesitamos generar confianza para que lleguen a los lugares donde la ciencia los necesita”, sostiene.
En Cromodata ya trabajan para que esa transformación sea una realidad regional: sistemas que dialogan, pacientes representados en las innovaciones y diagnósticos más rápidos y precisos.
Keila Barral Masri es parte de una nueva generación de fundadoras que no solo crean empresas, sino que rediseñan futuros. Y su historia demuestra que, a veces, las soluciones más revolucionarias nacen de las experiencias más difíciles.
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