Sonríe y toma un trago de agua mientras posa para las fotos al final de una carrera. No usa reloj, no tiene preparador físico, ni sigue un plan de entrenamiento como lo hace la gran mayoría de los corredores de largas distancias. Dice que sus amigos la llaman "la cabra Billy" porque ama correr en las montañas, que simplemente aprendió a escuchar a su cuerpo y que sigue lo que le gusta llamar un entrenamiento intuitivo donde las sensaciones del momento guían el esfuerzo al que se va a someter.
Pero ella simplemente sonríe. Acaba de correr 80k entre senderos de sierra, pasos de agua, bosques, montañas y viñedos hasta llegar al pueblo peatonal en La Cumbrecita, provincia de Córdoba en 9 horas y 45 minutos. Es la única mujer que figura entre entre los diez primeros que el pasado domingo también completaron The North Face Endurance Challenge, una prueba que este año convocó a más de 2.800 corredores de diferentes niveles y procedencias. Llegó tercera y cumplió el desafío en 9 horas y 45 minutos.
Tiene 34 años, es enfermera de cuidados intensivos pediátricos en Truckee, California, en los Estados Unidos donde también creció y se formó, casi sin darse cuenta, como atleta. Reconoce que su gran inspiración fue una vecina suya, madre a tiempo completo: Laura Deslauriers, mejor conocida como Laura Vaughn entre la comunidad de ultra runners (los que corren distancias mayores o iguales a 50k en formato non-stop). "Es mi mayor ejemplo y una verdadera pionera en esta disciplina. Tuve la suerte de crecer junto a ella. Fui la primera niñera de sus hijos y ella fue mi primer modelo de mujer fuerte que me transmitió un estilo de vida en contacto con la naturaleza. Recuerdo que cuando era chica no entendía cómo Laura podía correr 160k como si fueran simplemente 5k. Fue también quien me acompañó en mi primer carrera de Western States y lo hizo al año siguiente aún cuando estaba finalizando su quimioterapia. Siempre fuerte como las uñas, siempre generosa, siempre alentando a las mujeres a ir por más, es un ejemplo de cómo uno puede aferrarse a su pasión y convertirlo en un sueño hecho realidad".
GENÉTICA Y ALGO MÁS
Rory Bosio contagia energía y amor por lo que hace. La genética, una figura esbelta con unas piernas largas que se roban todas las miradas y una alimentación basada en frutas, verduras y alimentos no procesados la acompañan en su aventura. Correr es parte de su vida: la ayudó a superar momentos de depresión profunda y a ser paciente y enfrentar los días difíciles con otra mirada. "Suelo tener turnos largos de unas doce horas en mi trabajo y a veces el día se puede poner complicado. Trabajar con chicos es mucho más fácil que hacerlo con adultos. Ellos son inocentes, simpáticos y mucho más resilientes que nosotros. De alguna manera, creo que me siento identificada con ese espíritu. ¿Qué hago cuando las cosas se ponen feas? Pienso que si puedo correr 100k, también puedo superar cualquier dificultad. Correr me mantiene en mi eje, me permite tener pensamientos más claros y optimistas y enfocarme mucho mejor en mis tareas diarias".
Inquieta y curiosa, Rory complementa su entrenamiento con la práctica del yoga porque asegura que le permite sobrellevar mentalmente los desafíos que plantean las ultra-distancias. "Mi mente puede irse hacia zonas de negatividad e inseguridad durante las carreras de 80 o 160k. Es muy fácil enfocarse en el sufrimiento y el dolor que experimentás durante los momentos difíciles de una ultra. Roces, ampollas, calambres, y el agotamiento fìsico liso y llano son los obstáculos más comunes durante cualquier carrera de resistencia. El yoga me enseñó a enfocar mi mente y concentrarme en mi respiración. ¡Y esto me saca de esa meseta de angustia! Puedo hacer que fluya el placer de correr y no los sentimientos negativos. Ahí me enfoco en la parte más maravillosa de este deporte: la gente increíble que podés conocer, los escenarios naturales, y la satisfacción de haber corrido más en un día de lo que la mayoría de la gente hace en un mes", dice contenta.
Créditos: Federico Cabello
Entre 2013 y 2014 fue ganadora en su categoría y en forma consecutiva del Ultra Trail de Mont Blanc, una de las carreras màs importantes dentro del circuito de las largas distancias. Se trata de una ultramaratón de montaña que tiene lugar una vez al año en los Alpes, atravesando Francia, Italia y Suiza con una distancia de unos 170 km y que registra solamente el 9,5% de participación femenina. "A muchos hombres no les parece simpático que una mujer les gane pero ese es su problema. Creo que nosotras tenemos una enorme ventaja y es que estamos física y mentalmente preparadas para enfrentar enormes desafíos. Sin ir más lejos, todo lo que implica el embarazo, el trabajo de parto y dar a un luz a tu hijo es una experiencia sin equivalente donde la templanza y la fortaleza son protagonistas.
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