Balance. Cómo combinar emprendimiento y maternidad
27 de septiembre de 2019 • 13:17
Maternidad y emprendimiento, un maridaje que puede ser perfecto.
¿Es imposible ser emprendedora si sos mamá? ¿Cómo hacen las demás para lograrlo? Para darle respuesta a estas preguntas, invitamos a Fabiana Jafif, Relacionista Pública de profesión y creadora del blog De Madre a Madre. También es speaker sobre emprendedurismo, empoderamiento y consultora de marketing digital. Fabiana es madre de dos niñas, Olivia y Nina, quienes fueron y son el motor de todo lo que hace y su trabajo de empoderamiento hacia otras mujeres y madres.
Soy una convencida que la maternidad me trajo muchos desafíos, entre ellos el momento bisagra de mi carrera profesional. Hoy puedo decir que, gracias a ese momento que me puso a decidir qué camino seguir, puedo estar escribiéndoles esto.
Ser madre es un trabajo. Si bien vamos mejorando en el reconocimiento de esto, aún hay mucho camino para recorrer. Entre mis propósitos, está el del "empoderamiento materno". Básicamente esto significa poder decirte y acompañarte en el sentimiento de que ser madre es hermoso, pero que no tiene que ser lo único de tu vida (siempre y cuando quieras eso).
No te creas el romanticismo de que "ser emprendedora" es únicamente crear una start up, trabajar en Sillicon Valley o ganar plata.
Entonces... ¿Es posible ser mamá y emprendedora? Si me preguntas a mí, el concepto de emprender... Es levantarse de la cama todos los días. No te creas el romanticismo de que "ser emprendedora" es únicamente crear una start up, trabajar en Sillicon Valley o ganar plata. La maternidad en sí misma, es un emprendimiento y si lográs eso...¿Porqué no podrías sumar un proyecto propio a tu vida? Ya sé, vas a decirme: "No tengo tiempo". Pero yo aprendí desde la experiencia que nosotras decidimos en qué gastamos nuestro tiempo. ¿Tenes 24 hs? ¡Yo también! ¿Realmente no lo tenemos? ¿o lo estamos priorizando en otra cosa? Para no complicarnos más, te voy a dejar tres consejos que implemento y sugiero a todas las madres con las que trabajo para que dejen de usar la maternidad como excusa y empiecen a usarla como ¡MOTIVACIÓN! Hay que empezar a ganarles a lo que yo llamo los "No puedo de la maternidad":
- Organizarme.
- Delegar.
- Pedir ayuda.
Organización
Tema que afecta al 90% de los seres humanos. ¿Por qué? Porque no sabemos priorizar lo que queremos. No sabemos diferenciar lo urgente de lo importante, porque creemos que todo es importante. Si no usás todavía una agenda, ¡es hora de implementarla! Bajá día por día lo que tenés que hacer y vas a ver que vas a encontrar mucho tiempo libre que muchas veces lo pasás por alto. Aprovechá mientras tus chicos están en la escuela para hacer eso que no podrías. Si hace falta, empezar el día más temprano para adelantar lo que necesites.
La clave es tener disciplina con vos misma y preguntarte qué tan importante es que hagas lo qué tenes que hacer. Una ayuda para empezar a organizar tu tiempo es hacer dos columnas que digan:
Urgente vs. Importante.
Ahí, bajar las cosas que tenés que hacer en tu semana e ir marcando (honestamente) si es algo que tenés que hacer ya o podes hacerlo en otro momento.
Por otro lado, un poco más específico, podés ir anotando hora por hora lo que vas haciendo durante el día para que puedas entender en qué estás gastando más tu tiempo, y si hay cuestiones que podés optimizar.
Recordá que el tiempo es oro, y no es un día más, es uno menos.
Delegar
¡Cómo nos cuesta delegar! Para poder trabajar en la organización, tenemos que aprender a hacerlo. Si otra persona puede hacer eso que tenés que hacer, vas a lograr más tiempo para tus cosas. Preguntate: ¿hace falta que siempre seas vos la que lo hace? ¿Podés capacitar a alguien para que se ocupe?
Para emprender un negocio también hay que APRENDER a delegar. Y lo más importante para empezar a delegar tareas de tu rol de madre o de tu trabajo es confiar.
Para qué estés tranquila, podés capacitar esa persona para que lleve adelante tu tarea. Puede ser difícil al principio y te puede resultar incómoda la situación, pero tenemos que entender que no podemos estar en todo y, para seguir adelante con nuestros proyectos, o bien empezar uno nuevo, hay que aprender a desapegarse de tareas que creemos que nosotras somos las únicas que podemos llevarlas a cabo. Empezá por tu pareja y con cosas básicas: ¿cuántas veces le dijiste que no haga algo porque te parece no lo hace bien? Ninguna de nosotras tuvimos manual de instrucciones (yo sigo sin tenerlo), así que con paciencia le podés explicar como estaría bueno que lo haga y vas a ver que vas agradecer no tener que ser vos la que lo haga todo el tiempo. Principalmente porque te habrás quejado alguna vez de siempre "hacer todo sola". Entonces ¡cambiá la queja por acción! Delegá en otros lo que vos no podés o no tenés ganas de hacer.
Pedir ayuda
Creemos que debemos estar en todo y que si pedimos ayuda no estamos cumpliendo el "rol" al 100%. Pedir que alguien te cuide a los chicos mientras vas a una reunión ¡no está mal! No sos menos madre por eso y es fundamental entender que somos seres humanos. Esto se relaciona mucho con aprender a delegar, porque, en cierto punto, pedir ayuda es saber delegar, pero principalmente asumir nuestras debilidades y que somos HUMANAS ¡y no podemos hacer todo! Es verdad, las mujeres tenemos el don del multitasking, pero aún así, querida madre, demostrar que somos irrompibles, que todo lo podemos, es solo engañarnos a nosotras mismas (y a nuestros hijos). Estar sobrepasada no va ayudar en nada a tu día a día. Creeme que eso contribuye a la mala energía, a peleas y discusiones en el entorno familiar, y al mal humor innecesario.
Te sugiero que, para empezar, si sentís que no podés contar con nadie, lo hables con tu pareja o con las personas que forman parte de tu circulo familiar y dividan responsabilidades equitativamente. Trabajar eso que sentís, te va ayudar a liberar esa inseguirdad que provoca el sentimiento de que pedirle una mano a alguien te convierte en "mala madre".
Como para ir cerrando, les quiero transmitir tranquilidad: yo tampoco tengo un manual de instrucciones (ya tengo dos hijas y no vino con ninguna de las dos). Hago lo mejor que puedo, para conciliar mi vida de madre y lo laboral.
Se puede, ¡de verdad que si! Lo importante es el lugar que le querés dar a eso y, como creo que la maternidad empuja, hoy quiero empujarte a que te animes a seguir adelante con tus sueños y proyectos. Que te quites el síndrome de mala madre de encima, porque no lo sos. Animate a al “sí, puedo” y a poner en tu agenda lo que querés para tu vida.Porque, como digo siempre, el secreto está en la ganas.