Quedó embarazada diez años después de la menopausia

Su historia puede ser la de cientos de mujeres alrededor del mundo. Cuando Myrian y Hernán terminaron de construir su casa y juntaron algo de ahorros, creyeron que finalmente era el momento de cumplir un sueño postergado: tener un hijo juntos. Pero la consulta médica los golpeó duro. “Si estás pensando en tener un hijo, te acordaste tarde: ahora es imposible”, les dijo la doctora, con una mezcla de desdén y sentencia definitiva. 

Myrian había atravesado una menopausia precoz, un retiro anticipado de su ciclo menstrual que suele llegar alrededor de los 50 años, no a los 37. Si bien, ella ya había sido mamá un tiempo antes no había sucedido como ella lo había soñado. A los 18 años, Myrian ya había vivido el vértigo de la maternidad joven y sola. Su primer embarazo no fue buscado, y mucho menos fácil. Vivía con su abuela, pero ante la noticia, decidió irse y enfrentar la vida con su pareja del momento, el padre de sus hijos, en una casa minúscula donde compartían espacio con siete personas. Allí nació Lucas Emanuel, su primogénito.

Un tiempo más tarde llegó su segundo hijo. La pareja trabajaba duro, ella en la verdulería y él en la carnicería, pero el maltrato y la falta de apoyo la llevaron a separarse. Así fue que para subsistir trabajó limpiando y cuidando chicos.

Durante todos esos años, un amor siguió latente en el corazón de Myrian. Se trataba del hijo de los dueños de la panadería donde ella había trabajado y por quien había sentido un amor imposible desde los 15 años. Ese amor terminó floreciendo en los años más duros, con idas y vueltas, hasta que, después de una década, decidieron vivir juntos.

Cuando llegó el plan y el sueño de tener un hijo propio fue el momento en el que ella se chocó con la cruda realidad: no podía tener hijos luego de haber vivido la menopausia, o por lo menos era lo que parecía. Hasta que un día, una charla casual cambió todo. Una conocida les contó que estaba haciendo un tratamiento de fertilidad, y eso les dio una luz de esperanza.

De la mano de la ovodonación Miryan y su pareja pudieron cumplir el sueño de ser padres. Hoy, con 47 años, Myrian sostiene en brazos a Valentín, el bebé que llegó después de la menopausia, el hijo que les ganó a los prejuicios y al destino.