'Gym bro': este es el estereotipo de hombre del que huyen muchas mujeres

El término “Gym bro” se utiliza para describir a aquellos hombres que pasan gran parte de su vida diaria dedicada al gimnasio y a su estilo de vida saludable. Asumen con mucha responsabilidad el entrenamiento físico y establecen objetivos de acondicionamiento para mejorar su apariencia personal.

Este tipo de personas no sólo se preocupa por su estética, sino que además se concentra en mejorar su fuerza muscular y resistencia. En cada sesión de entrenamiento busca superar sus límites. Para cumplir con sus objetivos, mantiene una gran disciplina alimentaria, sobre todo abundante en proteínas que ayudan a reparar y desarrollar los músculos.

La conversación se volvió aún más interesante cuando Chris Alvino, dating coach y defensor de la nueva masculinidad, contó su propia experiencia. “Durante años salí con modelos y deportistas, y siempre me sentí inseguro por no estar tan en forma como ellas”, escribió. Pero cuando se animó a preguntar por qué elegían estar con él, la respuesta fue unánime: “Porque no sos como los gym bros”.

“Los gym bros juzgan todo. Primero a ellos mismos, y después a sus parejas”, explica Alvino. “Para muchas mujeres, eso es un red flag emocional. No quieren que su pareja les cuente cuántas calorías tiene un helado. Quieren alguien que les haga sentir seguras, no evaluadas”.

Para muchas mujeres, el deseo se activa con otras cosas. Según la psicóloga Marta de Prado, “buscamos seguridad emocional, inteligencia emocional, compartir una perspectiva de futuro. El cuerpo es solo una parte mínima de la atracción”.

Incluso Mary Harrington, autora del libro Feminism Against Progress, analizó las fotos de Olly Murs desde una perspectiva más profunda. Mientras los hombres evaluaban físicos, muchas mujeres reaccionaron a la escena. En la foto “antes”, Murs está distendido, natural. En la “después”, tenso, posando, midiéndose. “No actúa; aparece”, escribió Harrington. Y eso, para muchas, no es sexy.

Para Agustina Orsi Dabrowski, psicóloga y sexóloga, el asunto no es blanco o negro. “No creo que las mujeres busquen hombres poco atractivos. Pero sí buscan algo más que eso”, explica. “Quizás aprendimos a mirar más allá de lo físico. Y muchas mujeres se conectan más con su deseo cuando se sienten emocionalmente seguras. No es que no nos guste un cuerpo trabajado; es que no queremos que eso sea lo único que tenga para ofrecer”.

Y así, entre selfies de gimnasio, posteos con antes y después, y discursos virales sobre salud (y seducción), muchas mujeres eligen salir del molde. No quieren más al gym bro. Quieren al tipo que come helado sin culpa, que escucha, que acompaña. Que no hace flexiones en cada conversación.
 

En los últimos días un video generó polémica. Jpelirrojo, un influencer español, se puso a hacer pesas en la sala de postparto mientras su pareja acababa de parir y desató un gran rechazo. El video —que pretendía ser inspirador para los fanáticos del gimnasio— terminó convertido en meme y fue duramente criticado en las redes sociales. 

Con su EP PAPOTA (lanzado el 6 de marzo de 2025), CA7RIEL y Paco Amoroso no solo vinieron a romperla en lo musical, sino también a dejar un palito en la estética del éxito. Su single principal, “#TETAS”, resume con ironía esta crítica al culto al cuerpo en la era digital: “Mira mi cuerpo, siente mi botox, ni siquiera necesito filtro en fotos”.

En este tema se intersectan citas jugadas como glow up, vibe check, y hashtag, retratando ese personaje construido: siempre mejor, siempre “high tech” y completamente artificial. La estética y el contenido de la canción revelan una mirada consciente: ellos, que estuvieron en el ojo viral gracias a Tiny Desk, ahora devuelven la mirada con humor, sin dejar de exponer lo ridículo de un éxito fabricado.

Además, el EP va acompañado de un cortometraje—dirigido por Martín Piroyansky—que retrata el absurdo de la industria. En él, un productor llamado Gymbaland (homenaje evidente a Timbaland) ofrece convertirlos en estrellas a cambio de filtros, músculo y letra prefabricada. Pero los chicos se rebelan, eligen autenticidad y dicen “no” al molde.