Me abandonó justo cuando más lo necesitaba. No le importó nada. No le importé. Quizás yo nunca le serví para nada y él se cansó de estar siempre al pie del cañón. Quizás fue eso. El daba más que yo en la relación. Lo cierto es que me las tengo que arreglar sola ahora. Ser valiente, y entender que no todo es para siempre, que todo tienen un final y a veces no es culpa nuestra, sucede y ya.
Hoy a la mañana dejó de funcionar mi viejo secador de pelo.
Hacía 11 grados y tuve frío en la cabeza...