Unir arte y gastronomía con naturaleza y vino es una ecuación perfecta. En Mendoza, esto se plasmó en Kilka, emprendimiento impulsado por Bodegas Salentein.
Se trata de una imponente estructura alzada en medio de la precordillera de los Andes, a 110 kilómetros de la capital mendocina y a más de 1100 m de altura, en Tunuyán, Alto Valle de Uco.
El nuevo espacio, pensado para encuentros y actividades desarrolladas alrededor del arte y el vino, es una planta de más de 5700 metros cuadrados rodeada de cultura argentina y holandesa, que invita a reunirse, relajarse y admirar lo expuesto y la naturaleza.
Los amplios ventanales y galerías del edificio conectan el espectacular diseño del interior con el preciado paisaje montañoso, que se levanta inmutable abrazando el nuevo predio de las Bodegas Salentein.
Desde su ingreso, Killka, que significa acceso o entrada en lengua indígena andina, sorprende al visitante con obras de arte dispuestas a los costados del camino de entrada; a continuación, un enorme patio central permite divisar en perspectiva, más allá de la edificación, la bodega.
El complejo cuenta, además, con una sala de arte permanente en la que se presenta la Colección Killka, y otra, la Galería Kilka, de exposiciones itinerantes. Se suman a estos recintos, un auditorio, una sala de usos múltiples, un wine-shop y un restaurante para 80 cubiertos que ofrece una propuesta gastronómica basada mayormente en productos de la zona y de la Patagonia..
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