Auténtico viaje al exterior
Están en venta pasajes para volar al espacio por 200.000 dólares; la aventura dura dos horas y media
26 de abril de 2009
Como si los lugares del mundo que uno desea conocer fueran pocos, ahora se suma uno más a la lista, muy alejado y en estado virgen. Antes sólo reservado para la ciencia ficción o los astronautas, el espacio también recibirá turistas. El primer viaje de Virgin Galactic, la aerolínea espacial privada, propiedad del millonario inglés sir Richard Branson, se realizará en 2011, pero ya están en venta los pasajes. Y casi 300 personas, de 35 países, ya reservaron, aunque todavía ningún argentino, ni residente en el país ni en el exterior. Sólo 40 pagaron la totalidad del pasaje, que es de 200.000 dólares.
La recompensa es un vuelo en una nave-cohete que alcanza casi cuatro veces la velocidad del sonido y que permite quedarse unos minutos en el espacio para experimentar la sensación de ingravidez y ver la Tierra a la distancia.
Es verdad que cuesta tomar en serio la posibilidad de ser un viajero espacial, pero Carolyn Wincer, gerente de ventas de Virgin Galactic, ofreció una conferencia de prensa el martes último en el Park Hyatt Palacio Duhau, con todas las formalidades del caso, y explicó en detalle cómo funciona la nave y cómo será la aventura fuera de la atmósfera, lo que resultó por demás convincente.
El viaje se realizará en el transbordador SpaceShipTwo (SS2), que se está construyendo -ya está listo el 80 por ciento-, con capacidad para seis pasajeros y dos pilotos.
"No se necesita ninguna condición especial para viajar, sólo tener un buen estado físico y ser mayor de 18 años", asegura Wincer. Los pasajeros recibirán un entrenamiento de tres días antes del vuelo, que partirá del aeropuerto Spaceport, que se empezará a construir dentro de unos meses en Nuevo México.
El SS2 despega anexado a la nave nodriza WhiteKnightTwo (WK2), dos cabinas idénticas unidas por una gran ala, con la envergadura de un B747, que ya realizó las primeras pruebas de vuelo en el desierto de Mojave, en California.
Cuando WK2 llega a la altura habitual de los vuelos comerciales, el transbordador se separa, enciende los motores y, en forma vertical, comienza el ascenso.
Tarda alrededor de 90 segundos en cruzar la atmósfera y llegar a 110 kilómetros de la Tierra.
Una vez en el espacio, se apagan los motores para que los pasajeros disfruten durante cuatro minutos (sí, sólo cuatro) de la sensación de volar, por la ingravidez. Siempre dentro de la nave, por supuesto. También podrán ver a través de las grandes ventanas la curvatura de la Tierra y sacar fotos.
"Para el regreso, el SS2 adopta una forma aerodinámica, como la pelotita de badminton, con apariencia de plumas, para entrar en el ángulo justo de la atmósfera con mayor seguridad, uno de los momentos clave, y luego despliega sus alas para aterrizar; tiene un motor híbrido, que se puede apagar en cualquier momento", resume elocuentemente Wincer.
Los que crean que son datos de película deben saber que ya se hicieron tres viajes de prueba al espacio con esta misma tecnología, pero en otro transbordador, el prototipo SpaceShipOne (SS1) creado por Burt Rutan, tres veces más chico que el SS2.
En 2004 el SS1 ganó el Premio Ansari X, de diez millones de dólares, por realizar el primer viaje no gubernamental al espacio y superar los 100 kilómetros de altitud. Richard Branson se asoció con Burt Rutan y crearon Virgin Galactic.
Antes de comenzar con los vuelos comerciales, el SS2 realizará entre 30 y 50 vuelos de prueba, donde piensa sumarse Wincer.
"Queremos que todos puedan viajar. Dentro de cinco años costará 50.000 dólares, y dentro de 15 será como comprar un auto", finaliza, optimista, la representante de la aerolínea.
Por ahora, los argentinos están mirando
"Hay dos familias argentinas muy interesadas en viajar, ya tuvimos varias reuniones, aunque todavía nadie concretó", comenta Sergio Durante, presidente de Biblos Travel, el único agente espacial acreditado en el país para comercializar los viajes.
"Por ejemplo, una familia de San Isidro quiere comprar pasajes para regalarle al padre como sorpresa y además viajaría la familia completa, de cinco integrantes. Con ellos tuvimos cuatro entrevistas. Otro caso, el de un matrimonio de Barrio Parque que vino hace un año y volvimos a hablar hace unos días", explica Durante.
Los que se animan pueden reservar con un depósito del 10%. Si se arrepienten se les devuelve el dinero.