Buscar e imponer lugares es todo un pasatiempo en Nueva York
29 de agosto de 2015
Cerró Pastis. La noticia es de hace dos años, y que recién me haya enterado ahora es prueba de hace cuánto que no iba a la gran brasserie por excelencia del Meatpacking District. Sin embargo, la noticia fue un golpe de nostalgia. Llegué a Manhattan poco después del ataque a las Torres Gemelas, y la zona alrededor de ese restaurante, con lo que quedaban de sus prostitutas, travestis, bares de motoqueros y emblemáticos frigoríficos estaba en plena ebullición. Había una atmósfera de mostrar descaradamente que a pesar de todo no podrían con Nueva York, que seguía la noche, el ruido, la diversión (y la inversión), la beautiful people y las colas en la nieve esperando mesa en el lugar de moda. Poco tiempo atrás, se había inaugurado el Highline, el parque elevado que cambió la fisonomía de la zona e introdujo el verde en una zona árida e industrial, y las boutiques de alto vuelo y galerías de arte se multiplicaban. Por supuesto que mis amigos que estaban desde antes recordaban que el verdadero precursor del glam en el Meatpacking fue el restaurante belga Florent y que antes estaba el bolichito español Riomar. Pero Pastis era donde desde Madonna, Linda Evangelista, Bruce Willis y Monica Lewinsky comían sus papas fritas. Si eso no cambia a un barrio, nada puede hacerlo.
Muchas veces los barrios son víctimas de su propio éxito. Después de todo, no hay nada que sea menos moda que la penúltima moda. Una vez que la gente que fue punta de lanza se mudó a otras zonas, en la tradición de Nueva York los lugares cancheros pasan a ser invadidos por los "B&T", o como se llama despectivamente a los "bridge and tunnel", o sea, los que entran a la isla por túneles y puentes porque -horror- no viven en Manhattan (el término es anterior a que Brooklyn se volviera tan cool).
El Meatpacking ya está lejos de ser lo último o de mantener restos de su origen peligroso y alternativo, pero se supo convertir en uno de los paseos imperdibles de la ciudad y en una zona aspiracional para las familias residentes.
En Nueva York parecería que cada esquina decrépita y olvidada de pronto se convierte en cool y luego se aburguesa. Ya no es sólo Manhattan, sino puntos de Brooklyn y de Queens. Las historias de "gentrificación" como llaman a este fenómeno los urbanistas no son siempre exitosas como en el Meatpacking, y hay mucho escrito sobre cómo la ciudad está perdiendo alma para convertirse en un centro de entretenimiento para millonarios. Algo de cierto hay, y la importancia de la Landmarks Society para proteger edificios o zonas históricas es fundamental. Pero sigue siendo la ciudad más dinámica del planeta, el cambio está en su esencia y detectar cuál será el próximo y más osado lugar es un pasatiempo en la Gran Manzana.
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