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Cancún

Favorita de los argentinos, la ciudad mexicana cumple 40 años en plena forma, recuperada del devastador huracán Wilma y lista para reclamar su reinado caribeño




CANCUN.- No hay mal que por bien no venga . En unos días en estas playas mexicanas de arenas blancas y mar increíblemente turquesa, este refrán, que hasta podría sonar como un consuelo, lo escuché repetidas veces entre hoteleros, guías y lugareños como una verdad absoluta.
El mal, por supuesto, fue el huracán Wilma, que azotó la zona hace cinco años, pero todavía se recuerda como si hubiera pasado ayer.
El bien está a la vista. Cancún se transformó completamente después de esos vientos de más de tres días que no dejaron ni una palmera ni un poste de luz en pie y destruyeron el 80 por ciento de la zona turística, sin provocar ni una víctima. (Cada hotel tiene asignado un refugio en la ciudad, en caso de huracanes.)
Ahora todo luce completamente nuevo, desde las carreteras hasta las playas, y las palmeras, obviamente.
Los hoteles, muchos con heridas de muerte, aprovecharon para hacer obras de reciclado, mejoras y ampliaciones que tenían postergadas, además de reparar los daños.
Pero había quedado pendiente la reconstrucción de las playas, gastadas hasta la roca por la fuerza del viento.
Ahora sí, por fin, el presidente Felipe Calderón inauguró con toda la pompa las nuevas arenas, con una inversión de 71 millones de dólares en 10 kilómetros del litoral, entre Punta Cancún y Punta Nizuc.
"Hay áreas que nunca tuvieron las playas como ahora, que llegan hasta 40 metros de ancho", cuenta Erika Mitzunaga, gerente de Relaciones Públicas de la Oficina de Visitantes y Convenciones de Cancún.
La arena sigue siendo blanca y suave, como siempre uno sueña que son las playas caribeñas. Un curiosidad: misteriosamente no se calienta a pesar de los más de 30°C con el sol del mediodía.
Para fijar la arena, que se extrajo de La Ollita, una zona de Cozumel, se construyeron estructuras de apoyo que garantizan el actual tamaño. Todavía quedó un escalón de 50 centímetros para bajar al mar, que aseguran se desgastará solo hasta quedar plano.

Ver Cancún en un mapa más grande

Cantó los 40

Cancún recibe más de tres millones de visitantes por año, tiene una población estable de 800 mil habitantes, pero es uno de los destinos más jóvenes del país.
Nació hace 40 años como un proyecto de banqueros con la ambiciosa idea de ganar dinero con un destino turístico internacional, situado estratégicamente a apenas un par de horas de Miami.
Cancún era una zona desierta, con ciénagas, rodeada de manglares, selva virgen y playas inexploradas.
Y rápidamente se convirtió en el máximo generador de divisas del país: el 50 por ciento de los ingresos por turismo lo aportan Cancún y la Riviera Maya.
Es el destino del Caribe preferido por los argentinos; cada año llegan 27.000 visitantes aproximadamente, aunque en 2009 fueron menos por la gripe N1H1, que vació las playas.
Hay dos Cancún: la ciudad, donde viven los que trabajan en turismo, la mayoría provenientes de otras ciudades del país (casi no acceden los visitantes), y la zona hotelera, con la forma de un siete, que es una larga línea de casi 30 kilómetros bañada por el mar de un lado y una laguna del otro. A lo largo del camino se suceden los hoteles (hay más de 160) y suman tantas estrellas como el mismísimo cielo; restaurantes de comida internacional y local; bares; paseos de compras, y boliches.
Mucha seguridad y buenos medios de transporte público para pasear sin riesgos.
Todo ciento por ciento turístico, prácticamente sin rasgos de mexicanidad. Para llevarse un poco más que un buen bronceado y varios margaritas hay que dejar la vida all inclusive, aunque económicamente sea más costoso.
La península de Yucatán, tierra de mayas, cuenta con más de 2000 sitios arqueológicos. Los más visitados, Chichen Itzá y Tulum, todavía conservan grandes pirámides para ver.
Los que prefieran un contacto con el mundo maya sin tanto viaje pueden recorrer al sitio arqueológico El Rey, en plena zona hotelera. Allí Carlos Muñoz, el guía, relata la historia: "Este es el único vestigio maya en la ciudad. El lugar data de 1260 a.C. y se llama así porque se encontró una tumba de un rey con 7000 objetos". No hay pirámides, sólo unas construcciones más bajas, que alguna vez estuvieron pintadas en rojo y azul, y hoy blancas y deterioradas, que son refugio de amistosas y muy fotogénicas iguanas.
También la región es famosa por la los cenotes, ríos subterráneos entre cavernas, islas poco exploradas y sitios para bucear. Uno de los mejores lugares es el parque Xcaret, a 60 km, pasando Playa del Carmen.
Otra novedad para aquellos a los que les gusta transitar por las profundidades es la construcción de un gran museo submarino con más de 400 figuras en tamaño humano. Por ahora hay apenas tres, pero para diciembre esperan que se coloquen todas en un gran corredor entre Isla Mujeres y Punta Cancún. La idea es desviar a los buceadores de los arrecifes de coral naturales hacia estas esculturas que crearán hábitats artificiales.
Porque debajo de ese mar turquesa hay otro mundo para descubrir, tan colorido como el de la superficie.

La isla de las aves

En este micromundo creado para el descanso y el placer también hay lugares tan naturales donde la mano del hombre casi no intervino.
Isla Contoy, declarado parque nacional, es uno de esos sitios donde reina la naturaleza a sus anchas, y la preservación es el mandamiento número uno.
"La isla está deshabitada, hay un faro, un museo y sólo se aceptan 200 visitantes por día", cuenta durante la navegación Juan José Cadena, un biólogo ya retirado que vivió durante 9 años en Contoy y que regresa para oficiar de guía.
El trayecto es largo, casi dos horas de viaje en la cubierta de La Niña, una carabela construida a imagen y semejanza de la Colón, pero con música pegadiza y todas las cervezas que uno quiera. La propuesta es recorrer la isla, comer a bordo y luego lanzarse con el snorkel a descubrir la flora y fauna submarina.
Al llegar, un muelle vacío, sin vendedores, ni puestos de artesanías, ni comercios dan un poco de respiro al consumismo de Cancún.
Aquí el plan es salir en busca de aves: "Es área protegida por la cantidad de aves que llegan para anidar, más de 170 especies. Aquí encuentran mucho plancton (su alimento) que trae una corriente fría, además, casi no hay predadores naturales, porque no hay mamíferos en la isla", explica Cadena, mientras subimos al faro para una vista panorámica.
Desde arriba todo se ve verde, con muchas palmeras, manglares y más allá el abrazo turquesa del mar.
En el cielo, bandadas de aves planean sin prisa. "Son fragatas, unas aves piratas que le roban la comida a otras porque no pueden mojarse", dice el biólogo.
Después del paseo, el almuerzo a bordo: un dorado a las brazas, con ensaladas, preparado por el capitán, un poco de descanso y tiempo para hacer snorkel por un arrecife de coral o nadar en la playa con una mantarraya de lo más pacífica porque le sacaron el aguijón. Otra vez al barco, de regreso a una realidad no tan natural.

Danza con delfines

Picasso me dio un largo y dulce beso en la boca... y me morí de amor. Grande, atlético y con la piel reluciente, es el macho alfa, el codiciado por todas. Pero lo nuestro duró lo que un suspiro, enseguida se sumergió en el mar moviendo su gran aleta caudal y se fue.
Nadar con delfines es una experiencia emocionante, de esas aventuras que se recordarán siempre. Más que nadar es jugar, tocarlos, besarlos y hasta hacer acrobacias que desde afuera del agua parecen difíciles, pero que una vez adentro todo corre por cuenta de los delfines. Uno simplemente adopta la posición indicada por el entrenador y mágicamente nadamos a toda velocidad agarrados de la aleta dorsal del delfín o emergemos del agua en forma vertical (foot push) con espíritu triunfante.
En este caso la visita fue a Dolphin Discovery, en Isla Mujeres, pero hay muchas alternativas para un encuentro cercano con delfines en Cancún, desde acuarios hasta lugares más grandes como este, donde se nada en un sector del mar cerrado.
Todo comienza con un video explicativo, unas lecciones prácticas y el infaltable chaleco salvavidas. No se necesita ser un nadador experto, ni tener un estado físico óptimo.
Ni bien pusimos un pie en el agua Picasso, Daniela y el pequeño Daniel vinieron a darnos la bienvenida con saltos y monerías, mucho más propias de un perrito faldero que de un cetáceo. Todo bajo las órdenes de Max, el entrenador y proveedor de comida, porque después de obedecer vienen en busca de la recompensa. "Ellos hacen todo si uno está en la posición indicada, son muy inteligentes y dóciles, no hay peligros", explica Max.
Cuando se va el temor de los primeros minutos, uno espera ansioso el momento de darles un beso, acunarlos como a un bebé, agarrarlos, hacer las pruebas de nadar agarrado de las aletas y emerger del agua. Todo con una sonrisa para la foto.
El sonido agudo que emiten, casi como un silbido acompañará durante toda la visita.
El dolfinario cuenta con todo los servicios para pasar el día: vestuarios, restaurante y playa para tomar sol. También ofrecen interactuar con otros animales, como manatíes y lobos marinos.
Los barcos hasta Isla Discovery salen de El Embarcadero en Playa Linda, en el Boulevard Kukulcán km 4,5, a las 9 y a las 12. El viaje de 40 minutos es gratis si se nada con delfines. Tarifas: entre 89 y 169 dólares, según el programa elegido (con más o menos pruebas).
Los que buscan más aventura, pueden combinar la salida con una visita a Garrafón, otro parque en Isla Mujeres para hacer tirolesa sobre el mar.

DATOS UTILES

Cómo llegar

  • Desde Buenos Aires, con escala en Ciudad de México. Por ejemplo, Mexicana ofrece 10 frecuencias semanales, con tarifas promocionales desde US$ 1000.

Traslados

  • Para trasladarse por la zona hotelera lo mejor es el ómnibus, barato y con servicio las 24 horas.

    Omnibus por la zona hotelera: US$ 0,60. Del aeropuerto al centro US$ 3,50.

Alojamiento

  • En la zona hotelera hay 160 hoteles, la mayoría de cinco estrellas y muchos con sistema all inclusive.
  • Por ejemplo, Westin, de Starwood tiene dos propiedades en la zona hotelera. El Westin Resort & Spa cobra 169 dólares por una habitación doble. Paquete: la cuarta noche, gratis y 200 dólares de crédito en alimentos y bebidas. www.westin.com/cancun
  • El Westin Lagunamar es un apart, con cocina equipada, muy conveniente para familias. El mismo paquete, desde 209 dólares la noche. www.westin.com/lagunamar

Excursiones

  • Cozumel. Desde Cancún tomar el ómnibus a Playa del Carmen y el ferry. Ida y vuelta: 24 dólares.
  • Isla Mujeres. El cruce a isla mujeres cuesta 6 dólares. Se pueden alquilar carritos de golf para recorrer la isla por 42 dólares todo el día.
  • Isla Contoy. El viaje con almuerzo incluido cuesta 80 dólares. Salidas martes, jueves y domingo, desde Hacienda del Mar, Puerto Juárez. www.kolumbustours.com
  • Chichén Itza. La excursión al sitio arqueológico dura alrededor de 12 horas. Incluye almuerzo. Tarifa US$ 55.
  • Xcaret. El parque ecoarqueológico, que fue centro de ceremonias mayas, está 55 km al sur de Cancún. Entrada: 100 dólares con actividades incluidas como navegación por ríos subterráneos y comidas. www.xcaret.com.mx

Noche

  • En el pequeño centro de Punta Cancún se concentra buena parte de la movida, con Dady´o Night Club y Coco Bongo. Entrada, 50 dólares, con canilla libre.

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por Redacción OHLALÁ!


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