Mi amigo Jerome que vive hace años en Buenos Aires con su novia perfecta, una francesita más bonita que Amélie, me dice que su íntimo amigo (local) que trabaja en una agencia (bastante más grande que la mía) estaba entrevistando gente para formar no sé qué grupo para no sé qué proyecto.
Jerome es artista, colgadísimo la mayoría del tiempo y bastante impreciso en sus explicaciones.
-Pego me pagueció super interesanté, Sophie. Te hago contactó con el, ¿okay?
Ante la mera posibilidad de encarar un proceso así como el de cambiar de laburo me entra el pánico, el vértigo absoluto, la inseguridad y me congelo, tanto que Jerome se da cuenta y se ríe como loco.
-Muette.
-¿Eh?
-Te quedaste muda, speechless, Sophie. Muette.
Y sí, tanto que le dije que sí, que me haga el contacto que después veo y que no hablemos más del tema que si no no duermo.
-Cobagde. La vida es cambio pegmanente...
-Sí, Jerome, soy una cobarde. Total.