
Semana de Haute Couture en París, la gran fiesta de la alta moda parisina que nadie se quiere (ni puede) perder: las tendencias copan estas pasarelas de la mano de los mejores. Todo es bueno, es la cima. Como tantas veces lo dije, después o detrás de estos diseñadores no hay nada. Son quienes inventan y reinventan la moda cada temporada.
Y para mí mañana es una fecha muy especial: cumplo 32 desfiles junto a mi caro amigo Jean Paul Gaultier. Mi apuro por volver de México era este: fittings y preparaciones para un gran desfile, al que siempre vivo como si fuera el primero porque Gaultier no deja de sorprenderme. Y nos hicimos muy cercanos, llegamos a una confianza tal, que me gratifica enormemente porque él es muy generoso, al punto de que si me gusta un traje me lo da para pasar. Me sigue enseñando de moda y ahora que estoy a full con el francés me ayuda a captar otros detalles.
Mi carrera se basa tanto en el adelanto, en el futuro, que siento que casi nunca puedo contar en detalle lo que estoy viviendo, todo es una sorpresa y una promesa. Por eso no puedo adelantarles lo que será esta colección; las modelos hacemos una suerte de pacto de silencio con el diseñador y la marca. Estamos tan metidas en la cocina de estos trajes increíbles que al salir de un fitting es muy factible que algún periodista quiera saber qué vimos ahí adentro. Hoy, con los blogs y un mundo tan de la imagen, es cantado que una foto pueda filtrarse por Instagram como si nada. Pero esto, viniendo de una modelo, no es lo más profesional, no está bien visto.
Generalmente, las modelos también tenemos que prepararnos para dos desfiles del mismo diseñador: primero uno que es para prensa y después otro que es para clientes. Misma paga por hacer los dos, mismas modelos y misma puesta en escena, pero quizás nervios diferentes. El ojo del periodista puede ser tan sagaz que una (y mucho más el diseñador) camina con pie de plomo para no fallar.
Ayer empecé mi carrera de actuación , día intenso como pocos, estoy tan feliz... y al salir corrí a la Maison Gaultier, en donde se hará el desfile. Y en el camino pensé que hoy tengo más nervios por memorizarme bien un guión que para desfilar, pero la adrenalida de un Couture siempre está si bien todo está tan programado que el clima es más relajado que en el Prêt-à-Porter. Lo mismo pasa en la calle: se sabe que algo con la moda está pasando, hay más modelos que lo habitual, pero no es la locura de una semana de la moda. Todo es quizás un poco más selecto, mínimamente más selecto, pero más de nicho al fin.


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