Hay tres partes del cuerpo que toda mujer, sea modelo o no, creo que debe cuidar al máximo para sentirse bien y estar siempre linda. Piel, pelo y uñas. Fundamental. Y es imposible notar verdaderos resultados de un día para el otro, porque se trata de un trabajo constante, de un hábito como puede ser lavarse y cuidarse los dientes.
Forma parte de mi trabajo y de mi vida mantener estas tres partes siempre impecables. A pedido del público, je, voy a limitarme sólo a contarles lo que hago para mantener estas tres partes de mi cuerpo fuertes y siempre espléndidas.
Pelo
Le doy mucha prioridad porque con tantos y tan diferentes tipos de trabajos que hago, especialmente cuando me tiñen, suelen dejármelo seco y un poco dañado. En mi agenda siempre está incluido un baño de crema intensivo semanal, que cuenta con distintos tipos de aceites. Después de estos líquidos, me ponen una crema durante cuarenta minutos bajo una lámpara de calor para que el pelo absorba todo el producto y vuelva a recobrar su vitalidad.
Además, todos los días me hidrato las puntas y siempre me pongo en todo el pelo un producto especial antes de secármelo con secador, que por lo general trato de evitar o espero a que el pelo esté bastante seco antes de usarlo, sólo para emprolijar. Mi cepillo para peinarme es fundamental e inseparable: tiene unas cerdas especialmente diseñadas para que el pelo no se estropee, sobre todo al terminar un largo día de shootings. Y en el medio de todos estos cuidados básicos, también uso productos que le den brillo, aunque como algunos tienen un olor fuerte después uso otro producto que le saca cualquier aroma al pelo sin maltratarlo, of course.
En cuanto a cortes, me recortan las puntas todos los meses y tres veces al mes me hacen masajes en la cabeza para estimular el crecimiento. También tomo unas vitaminas recetadas por mi médico para el crecimiento sano y fuerte, muy buenas también para nutrir la piel y las uñas.
Piel
En este tema, hay dos puntos que vale aclarar: por un lado, ¡tengo veintidós años! Así que todo lo que tiene que ver con las arrugas y el envejecimiento de la piel lo hago como una medida de prevención, pero no es una obsesión, no focalizo en eso. Y segundo, que mi mamá tiene una piel envidiable y todos mis hermanos nacimos con una buena piel.
Pero como no todo es genética y en los shows y campañas me maquillan con productos de todo tipo, uso diferentes cremas hidratantes. Una, por ejemplo, muy interesante, necesita de un proceso previo antes de usarse: hay que frotar un poquito entre las palmas de la mano para lograr un calor intenso. Después hay que apoyar las manos en toda la cara lo que ayuda a la piel a absorberla y dejarla relajada como la de un bebé. Es regeneradora instantánea de cualquier tejido dañado y está hecha con extractos de peces. Existe hace cuarenta años, es fantástica.
Además, me hacen muchas limpiezas para cuidar mucho la capa más superficial de la piel y quitar todas las adherencias del ambiente que van metiéndose en los poros, sobre todo con tanto make up al trabajar.
Del sol me protejo todo el año. Mas allá de mi profesión (para los grandes diseñadores no es estético el bronceado), me gusta cuidarme con mucha protección. Hace unos años no era tan consciente, me iba de vacaciones con amigas y volvía súper quemada. Ahora sólo un poquito, porque también tiene su gracia y creo que es sinónimo de alegría.
En este ámbito de cuidado, y en cuanto al cuidado del cuerpo en general, estoy empezando a probar unas cremas, exfoliantes y aceites orientales hechos a base de alimentos, como carnes, verduras, frutas, menta y semillas. Uno de estos productos es una máscara de arroz para nutrir sanamente la piel (viene con fecha de vencimiento, un pote dura sólo un año). Otro es de caviar, para relajarla y energizarla, especialmente después de un día de mucha exposición, ideal para el contorno de los ojos: hay una para la parte de las ojeras y otra para los párpados. La que me encanta es una máscara con forma de anteojos hecha con zapallo y brócoli que desprende todas las vitaminas que necesita la piel. Una delicia.
Uñas
Para que sean muy resistentes, uso un aceite de almendras. Pero la realidad es que las llevo siempre cortas, así que no tengo problemas de quiebres. Eso sí: me hacen las manos muy seguido y son poquísimas las veces que llevo las uñas sin esmalte. También uso cremas para cutículas y quitaesmalte si acetona.
Otros hábitos que me vienen muy bien para estas tres partes son: tomar muchísima agua todos los días (aunque sea pleno invierno y no me den tantas ganas) y comer muchas proteínas.
Son cuidados que fui incorporando como parte de mi trabajo, pero al final del día debo reconocer que todos ellos, además de ser estéticamente positivos (y de llevar su tiempo y dedicación), me hace sentir muy bien.
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