Me confirman el viaje. En un mes y medio tenemos reuniones en New York lo que significa un mes y medio de locura previa, deadlines, Gran jefe sacado, una cadena interminable de conference calls, mails que van y vienen, encuentros (y encontronazos) internos y para alivianar las cosas: mi mudanza. Ya me canso de antemano pero voy a tratar de tomarme unos días de vacaciones después del trabajo antes de pegar la vuelta.
Anoche lo acompañé a Pedro a tratar de conseguir un grupo electrógeno chico para mandar a sus primos en el sur, están sin energía hace días y de lo más preocupados por la situación. La temporada invernal no se ve nada bien y dado que la mayoría vive del turismo ya hay muchos que perdieron sus trabajos para estos meses venideros. Todavía no lo conseguió pero hay un amigo que parece tiene uno que no usa. Habrá que seguir buscando. Siempre me impresiona lo rápido que responde alguna gente a los pedidos de ayuda; me conmueve.
Me quedé pensando ayer en el reciclaje de viejos amantes, llamar o no llamar a "la lista". Lo que me funcionó antes, creo que ya ni me interesa, el famoso "booty call" hoy no me motiva. El sexo tendrá que llegarme en nuevo formato, veremos cuál.
Hoy es un día mezclado, esos en que el ánimo te cambia de un segundo al otro. La lluvia me trae una especie de extrañitis que no sé si es real o una excusa para darme un poco de manija. Por supuesto, no opero en consecuencia.