Karina Gao es la emprendedora e influencer detrás de Mon Petit glouton, la cuenta a la que siguen más de 170.000 usuarios con quienes le comparte su vida diaria y en la que pregona que cocinar puede ser fácil y rápido, sin dejar de ser rico. Mirá cómo hizo para abrirse camino en el mundo de la gastronomía y las redes.
Karina tiene una historia de película. Nació en China, pero prácticamente es argentina: cuando tenía 9 años sus papás decidieron venirse para la otra punta del mundo para buscar un futuro mejor para la familia, a pesar de que no contaban con mucha información sobre el país, más allá del hecho de que era "el París de Latinoamérica" y de que había "uno a uno".
Lo consiguieron, pero a base de paciencia y, sobre todo, de mucho esfuerzo. "En un comienzo vivíamos en una habitación. Como no tenía cama dormía arriba de una cómoda que encontramos en la calle. No sabía ni una palabra de español, solamente la dirección de la casa para no perderme" cuenta Karina. Pero dicen que la vida da revancha, así que cuando finalizó su carrera universitaria (Economía empresarial en la Universidad Torcuato Di Tella), migró para Francia, donde no sólo realizó un máster gracias a una beca que le otorgaron, sino que también encontró el amor del que hoy es su marido y padre de sus dos hijos mellizos. Hasta que finalmente armó las valijas y la acompañó de vuelta al país del mate y el asado. "Después de tres años me di cuenta que Argentina era mi lugar en el mundo, entonces decidí regresar" cuenta. Corría el año 2009 cuando se puso a aprender cocina francesa para deleitar al "franchute" (como le dice ella) cocinándole platos típicos de su tierra, algo que sin saberlo iba a terminar siendo clave de su carrera profesional.
La creación de la cuenta
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La cuenta de Instagram surgió de un día para el otro, mientras hacía reposo luego del nacimiento prematuro de sus hijos y estaba tranquila en su casa cuidándolos. Como Karina es un alma inquieta, decidió compartir las recetas cotidianas que le hacía a los "mellis" en Facebook, algo que tuvo mucha aceptación entre quienes la leían. En ese momento la comida para niños era un tema que no se tocaba mucho en las redes sociales, así que fue una verdadera pionera en lo que después sería la era de los influencers.
El paso siguiente fue elegir el nombre de la cuenta, que siempre supo que sería en francés, para representar a su familia chino-franco-argentina. "Siempre me gustó la imagen de un niño al que le gusta comer, es feliz y disfruta de la vida, porque para mí, alimentarse es uno de los mayores placeres del mundo y me gusta que mis hijos lo vean de esa manera. Hoy en día no sé si la volvería a llamar así, porque es difícil de escribir. Por eso la gente me llama solamente Mon petit" comenta. Gracias a su crecimiento exponencial, Karina hoy por hoy brinda workshops de gastronomía, trabaja con distintas marcas que la convocan para generar contenido y participar de acciones, y hasta terminó escribiendo un libro que se llamó Mon petit glouton y que en breve va a tener su segunda edición. Como si eso fuera poco, participó también del reality "El gran premio de la cocina", del que salió semifinalista.
Cuando la consultamos sobre el verdadero negocio que es ser una influencer, Karina es tajante: "Para poder vivir de esto hay que ser creativa, porque no se puede vivir solo de publicidad. Hay que combinarlo con otras ventas offline, como por ejemplo workshop, ebooks, libros, venta de productos relacionados y comisiones de ventas, por ejemplo. Mientras más creativas sos, mejor te va a ir. Pero siempre sin perder el foco de la construcción de la comunidad." En cuanto a los valor que se manejan, dice que es muy relativo: "Cuánto se cobra cada posteo varía muchísimo de acuerdo al producto, a tipo de contenido que pide el cliente y al engagement de cada influencer. Mientras peor es el imagen de la marca, más dinero te ofrecen. Yo tuve que rechazar ofertas muy tentadoras de marcas de marcas que vendían productos que yo no consumiría."
Es que ahí, en sus redes sociales, "Mon Petit" muestra con total espontaneidad y sinceridad cómo es su vida diaria, la relación con su familia y por supuesto sus recetas. "El contenido varía mucho. Los posteos que más aceptación tienen entre mis seguidores son sobre comidas rápidas, es decir, los que se hacen ágilmente, como las finger foods, los alimentos que se comen con la mano. Mis Instagram stories, en cambio, son más entretenidas: ahí me abro a la comunidad y comparto mi vida, en cierto sentido con el fin de sumar amigos virtuales. Es muy importante dividir los dos contenidos: si lo que se muestra en las historias es muy parecido a lo que se exhibe en el feed, la gente pierde interés. Tienen que ser distintos para las diferentes plataformas, porque varía mucho el interés según el medio en el que se transmite" aconseja Karina.
Sus claves
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Para las que quieren abrir su propia cuenta pero aún no encuentran el coraje, el primer paso, según Karina, es animarse. "Uno tiene que entender para qué quiere tener un usuario en Instagram. El mejor criterio para generar contenido es preguntarse como consumidor qué es lo que a nosotros nos gustaría ver. Tenemos que ser nuestro propio lector y crear algo que seguiríamos. Hoy se tornó un trabajo, por ende, los objetivos cambian, pero lo importante es querer y saber qué es lo que se quiere transmitir. Hay que empezar con la prueba y el error, sin tener miedo, porque nada se pierde. Hay que tener mucha paciencia, porque el éxito que uno ve hoy vino luego de 3 años de trabajo en silencio. Nada se hace de un día para el otro" afirma con convicción.
EN NÚMEROS
- @MonPetitGlouton tiene 170.000 seguidores.
- @KarinaGao, su cuenta secundaria, tiene 49.000 seguidores.
- Da workshops presenciales todos los meses para 50 personas.
- Los workshops tienen un valor de $1200 a $2300
- Tarda 3 horas en producir cada posteo.
- Contesta más de 500 mensajes de Instagram por día.
- •Cada posteo es leído por entre 50.000 a 100.000 seguidores.
- El mejor posteo fue leído 230.000 veces.
- El primer libro vendió 4.000 ejemplares.
- Produce contenidos para 3 marcas.
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