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Desde Rusia con amor




Hola Cari!
Me encantó el post del lunes. Tu mamá se está convirtiendo en mi escritora favorita. Quiero leer más y más! Cómo logra con su relato transportarte a esos escenarios es increíble. También vos logras hacer lo mismo, y despertás sensaciones en cualquiera que te lee. Se nota que corre en las venas. Corre como la sangre, y como los sentimientos y el amor. Cuánto cuesta soltarse uno mismo y tirarse en un salto de Fe a los brazos de otra persona. Da miedo, asusta. Mucho. Pero si no nos diera miedo, seguramente no sería tan lindo ni disfrutaríamos igual con otra persona. Hay que darle nomas, entregarse y si te machucan un poco, reagruparse y volver. Prueba y error. Hasta que pasa a ser prueba y éxito. ¿A qué si?
La canción de hoy es una que me gusta muchísimo, y es de la trilogía de Jason Bourne, que son películas que me fascinan. Y en una de esas la letra algo dice que nos sirva:
Hoy voy a seguir contando algunas de las aventuras que viví cuando viaje al otro lado del mundo. Esta vez es el turno de Rusia y cosas divertidas que me pasaron en el frio país de Putin.

Me acuerdo que llegué a Moscú desde Londres a eso de las 4 y pico de la mañana en un gélido día de Enero. Nevaba como si fuera el fin del mundo, y recuerdo que hacía dos o 3 días en otro aeropuerto ruso había ocurrido un accidente con un avión por las condiciones climáticas (básicamente cuando aterrizaban, la aeronave perdió agarre en la pista, el piloto no pudo controlarla y se dieron un palo de aquellos). Mientras descendíamos veía todo blanco y más blanco que se me venía hacia la ventana del avión que se convertía ya en algo hipnótico. La pericia del piloto hizo que el avión ni se sacudiera ni patinara ni nada raro en la pista. Aterrizamos como en un colchón de plumas. En migraciones ya empezó la diversión: sus caras serias pasaron a sorpresa cuando vieron mi pasaporte made in Río de la Plata. Me preguntaban en un inglés rústico si necesitaba visa para ingresar o no. Les cuento que no, que Putin y CFK son amigos y que no hace falta tener visa. Vuelven a su cara de seriedad, llaman por teléfono y confirman en fácil 3 palabras que lo que les dije es cierto y puedo entrar.

Cuando voy a retirar las valijas, había varios carteles que recomendaban no tomar taxi ahí dentro del aeropuerto. Yo tenía un chofer esperándome asi que no había drama. Cuando salí a la sala de arribos había millones de carteles escritos en cirílico (las letras esas raras que nos hacen acordar a la USSR) y muchos "hombres de negro". No, no eran los de la aduana para extraterrestres donde trabaja Will Smith, sino taxistas. Pantalón negro, zapatos negros, campera de cuero negra. Cara de boxeadores retirados. Cuadraban perfecto con la descripción que me había mandado el hotel sobre cómo se veía la gente de la famosa mafia rusa. Para que! El chofer no lo encontraba, no lo veía por ningún lado y viene uno de estos tipos y me dice "taxi?". Le respondo que no, pero el tipo insiste en el tema del taxi y empieza a llamar a varios más. Termino con 5 tipos y un viejo petiso con el mismo look, que según ellos era el "manager" tratando de hacerles entender que no hablaba ruso, y que no quería taxi. Ah, y que aguante Ivan Drago, como para quedar bien con ellos ja ja (Ivan Drago era el boxeador rival y malo en Rocky IV). Después de varios minutos nos entendimos y nos despedimos. Hasta uno tiró un "Vamos Messi". Finalmente llegó el chofer, que solo hablaba ruso y lo único que atinó a decir en más de una hora de viaje desde el aeropuerto hasta el hotel fue "enter" señalando el vehículo. Al menos la radio estaba buena y pasaban varios temas de Phil Collins ja ja.

El hotel era una maravilla, y Elena, María y Anastasia le ponían toda la onda en la recepción. Siempre divinas, siempre atentas, y con ganas de explicar todo. Me hubiera casado con cualquiera de las 3 la verdad. Sobre todo con Anastasia, que era con quien me había comunicado por mail previo a viajar. Asi que el hotel era un chiche, pero el único problema que tenía era que la calefacción era IN-FER-NAL. Juro que te cocinabas adentro, era asfixiante y no había manera de apagarla. Igual no me iba a dar por vencido, asi que primero probé con varias perillas que encontré en la pieza. Nada. Probé avisando a recepción. Las chicas no estaban. Estaba Vladimir. Vlad no hablaba en inglés. Maldito sea. Entonces dije "la corto desde adentro y que la fumen". Asi que logré identificar el radiador y lo quise apagar. Y adivina qué? Termine con la perrilla del radiador en la mano ja ja. Lo malo fue que la calefacción nunca se apagó, por lo que opté directamente con dormir con la ventana abierta y chau picho. Solo así se podía sobrevivir en esa pieza je je. ¿Te pasó alguna vez algo similar?
Es también divertidísimo como si no hablas el idioma del lugar, tenés que hacer todo con señas o mencionando la moneda del lugar. Es un gran ejercicio de ingenio el que tenés que hacer para que los demás te puedan entender y a su vez, ellos también tienen que simplificar muchas cosas para que uno agarre la mano de que es lo que te están respondiendo. Pero es tan divertido, que con un poco de maña podes llegar a cualquier lado haciendo solo señas. Yo fui desde el hotel hasta la plaza roja caminando y en subte sin decir una sola palabra más que "Kremlin", y tanto la gente del hotel, como la señora que vendía los boletos de subte, y como los policías no tenían drama en seguirte el juego de las señas y explicarte como llegar al lugar donde querés ir. Y como todo tiene que ver con todo, podes ver algo de como es el amor y los afectos entre los rusos. Tal vez no los veas tomándose de las manos o a dos jóvenes besándose en el medio de la plaza roja mientras la nieve cae alrededor de ellos. Pero si podes ver en los ojos los sentimientos que profesan por sus parejas: es una mirada dulce, de admiración, respeto y cariño. Se comen literalmente con los ojos. Y en pequeños gestos también, como el de una madre acomodándole el gorrito a su hija, el de un padre subiéndole el cierre de la campera a sus dos hijos y ajustando las bufandas de ambos. El amor está ahí, solo hay que mirar un poco. ¿Qué opinas vos de estos gestos?

Un beso tamaño Moscú Cari!
Muaaaack

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