Me quedo viendo el rescate de los mineros, obvio, y cuando me quiero dormir la cabeza me funciona obsesivamente como un hamster corriendo en su ruedita. Pienso, pienso, pienso. ¿Por qué será que a la noche todo se ve más retorcido, no? Hoy a la mañana desaparecieron mis dudas de ayer y ya ni siquiera puedo acordarme bien qué me tenía tan preocupada.
Viernes. Cumpleaños. Medito festejo. El Chico se enteró recién ayer porque por alguna razón no le había contado. Todavía no me decido muy bien qué hacer pero pienso que podría armar algo esa misma noche, tal vez en la casa de mis viejos para poder mezclar grupos y juntar a los que anden en zona. Sí; con esta desorganización no voy a poder calcular ni los choripanes. Llamaría a una birthday planner, que invite, compre, cocine y tome todas las decisiones. Pero bueno, claro, no va a poder ser. Ahora mismo arranco con la lista.