Ah, las Pascuas... tiempo de reflexión, de encuentro con uno mismo, tiempo de descanso y transición.
Tiempo para pasarlo en casa, rodeado de los que nos quieren, y jugando a esconder los huevos de pascua para que los más chiquitos se devanen los sesos para encontrarlos.
Siempre fueron las Pascuas, para mí, una época de búsqueda. Búsqueda de cosas materiales, traducidas en el dichoso huevito cuando era chico, y de espirituales a medida que uno crece, aunque hablar de cosas espirituales me suena a contradicción. Lo que quiero decir es, yendo al grano, que así como las fiestas de fin de año son la etapa donde uno hace el balance general y se proyecta hacia el futuro, creo que estos días que transitamos pueden ser más que interesantes para hacer un control de gestión sobre el camino que soñamos allá en los primeros minutos del Año Nuevo; así como uno se plantea y promete qué hacer durante el año, en este finde que pasó hubiera sido bueno pensar cómo lo estabamos haciendo, o cómo nos íbamos a animar a alcanzar nuestros sueños... Se trata de buscar las respuestas a los problemas que nos planteamos hace poco más de cuatro meses; buscar dentro de nosotros mismos la fortaleza y convicción que necesitamos, y evaluarnos para entender si vamos por buen camino, ordenados, decididos, y con convicción en lo que creemos que es lo mejor para nosotros.
Sé que es lunes, que muchos estaremos más enfocados en empezar nuevamente la dieta luego de la gloriosa maratón hipercalórica a la que nos sometimos con total placer antes que en leer esta conversación de locos, pero igual le quiero preguntar, amigo Cool: Su casa, está en orden?
Jaja la casa esta en orden, sí, pero y los de adentro de la casa?
Es verdad, este momento es un checkpoint del plan anual. Pero, prefiero no invertir demasiadas
energías en ello, es que en esta época del año uno ya tiene, los de pascuas por el piso.
A ver la banda enchocolatada, qué fue lo mejor de este largo finde?
Cómo lo usaron? La casa quedó en orden?