Newsletter
Newsletter

Diarios de viaje 2.0, o la evolución de lo pintoresco




"Es el tipo de belleza que se vería bien en una pintura." Así definió William Gilpin, en su libro Essays on Prints, de 1768, el término pintoresco, que formaba parte del vocabulario de la época y se aplicaba básicamente a la descripción de un paisaje. Lo pintoresco surgía en esos tiempos como género estético, en el Reino Unido, vinculado con el movimiento romántico. Se reconoce como origen del término el vocablo italiano pittoresco, que podría definirse como similar a la pintura o a la manera del pintor. Su aplicación es la de expresar una propiedad de los paisajes u objetos que, por su belleza o singularidad, son dignos de ser representados en una obra de arte.
Un siglo más tarde, lo pintoresco aparecía como lugar común en la voz de hombres y mujeres con aires de poetas. Jonathan Harker, por ejemplo, el incauto joven abogado que va en busca de Drácula en la novela de Bram Stoker (de 1897), encontraba pintorescos campesinos, atuendos y personajes durante todo el recorrido hasta el castillo del conde, según su diario de viaje.
Justamente a fines del siglo XIX comenzó a extenderse el concepto de viaje pintoresco. Así se conocía al tipo de álbum con ilustraciones propias del viajero, que buscaba plasmar en sus hojas -a punta de lápiz o pincel- imágenes o sensaciones de una travesía. Generalmente, estos cuadernos eran realizados por científicos, periodistas y exploradores.
En la era digital, cuando todo parece digno de ser fotografiado, las imágenes se difunden a través de blogs y redes sociales. Una travesía por tierras lejanas queda plasmada en álbumes virtuales o diarios de viaje que, por supuesto, han evolucionado.
En busca de datos para la edición de fotosafaris del número anterior, encontramos una serie de programas en Internet conocidos como GPS journey diaries (diarios de viaje GPS). Funcionan en teléfonos celulares de última generación -Android o iPhone-, que tienen cámara incorporada y GPS. Su función es ofrecer un soporte digital y simpático para las anotaciones y fotos de un viaje: el pequeño teclado funciona como pluma y las imágenes registradas se ordenan automáticamente sobre mapas de cada lugar.
Su interfaz es muy amigable y suele simular mapas antiguos, aunque actualizados con precisión satelital. Sobre los mapas de cada sitio visitado se van a localizar luego las fotos y notas, pinchadas sobre el punto donde fueron tomadas, con la fecha y hora exactas.
Uno de estos programas es GeoDiary, para teléfonos con el sistema operativo de Google. Como buen cuaderno que se precie de diario tiene también un candado: la información privada o embarazosa se puede proteger con una contraseña. Se descarga gratis de Internet y el resultado se puede enviar por Twitter o a Facebook.
El software Trip Journal es parecido, pero se integra con Google Earth. Parece una bitácora de cuentos de piratas y se puede usar en ambos sistemas operativos. TravelDiary, en cambio, es sólo para iPhone y permite incluir mensajes de voz junto con las fotos.
Resulta por lo menos simpático imaginarse a los antiguos cronistas y exploradores tomando notas en sus teléfonos celulares. Joseph Conrad, Julio Verne, Saint-Exupéry... Ni hablar de Marco Polo o personajes como Robinson Crusoe, o el mismísimo Jonathan Harker. Sólo con verlo con su iPhone el conde se lo comería de un bocado. Cualquiera de esas imágenes sería también un elogio de lo pintoresco.
Publicado por Martín Wain / 20 de febrero de 2011 / 1.45 A.M.

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo

Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo


por Redacción OHLALÁ!


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP