El entusiasmo masculino por cambiar los pañales dura, promedio, un par de meses. Esa es otra cosa que una debería saber antes de tener un niño. No digo que eso sea determinante, que pueda hacerte pensar en no tener hijos o que por ese motivo vayas a divorciarte. Sólo digo que hay que tenerlo en cuenta. En esos menesteres, como en los de bañarlo, buscarle la ropa que se va a poner o prepararle el bolso para salir, la vida no es "miti y miti".
Y la tendencia se repite. No somos un caso aislado. Hecha una encuesta a mi alrededor, claramente hay funciones adjudicadas a la madre, exclusivamente a la madre o, al menos en primera instancia, a la madre. La figura del hombre dándole feliz la mamadera a su hijo es sólo para la foto. En la diaria, la mamá es la mamá y el papá es el papá. No te digo que como hace 50 años, es verdad; pero sí que algunas cosas por lo visto no cambian. Ayer, sin ir más lejos, sólo hasta ayer, estábamos cenando cuando, de repente, unos tremendos sonidos nos indicaron, claramente, que nuestro hijo se había, digamos, cagado.
"Esperá que te ayudo", dijo el hombre de la casa con un ademán de no sé qué cuernos (ir a buscar un pañal, el cambiador, no sé)
Me quedé seca. Lo escuché y lo vi clarísimo. "Te ayudo???"
Así es como ven la cosa ellos.