Buen día, ¿cómo están? El fin de semana estuve en cama por la gripe, así que recién hoy salgo para venir a trabajar. Es raro que me enferme, pero siempre uno o dos resfríos al año tengo, que me obligan a darme una panzada de series en Cuevana (me vi los 4 primeros capítulos de la nueva temporada de Two and a Half Men, ¡con Ashton!) y me dormí viendo la última de Woody, Medianoche en París (con el bonito de Owen Wilson), y me bajé (no les miento) más de 10 litros de agua en los dos días, y empecé a leer un libro que ya les contaré en otro post. Además, aproveché a ponerme al día con los mails cuando la modorra gripal me lo permitió, y quise compartir con ustedes un mail especial que me llegó, lo mandó una lectora del blog que pedía ayuda.
Le respondí diciéndole escribiría de esto on line para sumar otras visiones, y le pareció bien, entonces aquí estamos. Les transcribo un extracto de su mail, obviamente borrando cualquier tipo de detalle que podría deschavarla.
Mail:
"Estoy de novia hace 6 años, primera relación para ambos. Ahora vivimos juntos fuera del país, donde estamos trabajando. Es la relación "perfecta" a los ojos de todo el mundo (cada dos por tres el "¿cuando se casan?"). Su familia literalmente es mi segunda familia o casi que comparte el podio con la mía.
Pero hoy me encuentro en un mar de dudas que primero, me costo MUCHO aceptar (y qué bien me vino tu post acerca de no reprimir, sino aceptar...), pero lo acepté, y ahora estoy lidiando con ello. (...), viendo qué QUIERO hacer y no qué DEBO (como hice en casi toda mi relación), estoy atenta a lo que mi corazón diga... por mas cursi que suene.
Descubro que no estoy enamorada como lo estaba antes ni siento la misma atracción. A esto quiero sumarle que apareció otro hombre que es bastante simpático conmigo, mi jefe. Yo tengo 23 y él 31, está casado, es la persona más linda que vi, por dentro y por fuera, amable, súper lindo. Realmente me está complicando la existencia (aunque muchas veces lo agradezco, me renovó un poco, me hace sentir más vital, linda...)"
Termina el mail diciéndome que no espera que yo le haga de psicóloga, simplemente escuchar alguna palabra que la ayude.
Entonces, me detuve: ¡tremenda responsabilidad! ¡Qué honor!, que una persona se tome el trabajo de escribirme a mí, una desconocida, para saber lo que pienso.
Mi respuesta:
Primero, quiero agradecerte públicamente por la confianza y la sinceridad con la que escribiste tu mail, que encima firmaste con nombre y apellido. Acá va mi respuesta, que espero que pueda servirnos a todos:
¡Tenés aún tantas posibilidades de equivocarte y volver a elegir! Lo primero que me sale decirte es no lo vivas lo que te pasa como un "todo o nada", esta experiencia de confusión también pasará. Recuerdo que una persona muy sabia una vez me dijo: "siempre elegimos entre lo malo y lo peor, porque lo que verdaderamente es perfecto para nosotros es lo que está sucediendo en este preciso momento". La pregunta es: ¿qué tenés para aprender de esta situación?, ¿qué habilidades te saca a la luz? Las crisis te obligan a salirte del piloto automático y pensar: ¿qué me hace feliz?
Date tiempo, no te apures a tomar ninguna decisión, mi psico favorita una vez me dijo eso: "no lo decidas ya, tenés tiempo", y así es, al mes era otra mujer, con otra perspectiva. Cuando estamos angustiados, todo se ve borroso y es imposible saber qué hacer. Entonces, tomate un rato para estar con vos, empezá clases de yoga, por ejemplo. Si te sentís muy angustiada también podés pedir una ayuda más especializada. Pero hasta que vos no estés armada, será difícil entender qué te pasa, qué sentís, y vendrán agentes externos (como el jefe) que embarren todavía más el terreno. La clave es ponerse en primer lugar estas próximas semanas. Encontrá espacios para compartir con tu pareja y ver qué te pasa con él. No te apures.
¿Qué piensan?, ¿alguna vivió algo así?, ¿qué otras herramientas podemos aportarle?
¡Linda semana!