EL CAIRO.- Hay que admitirlo: la primera impresión que produce El Cairo no es la mejor. Con sus sistemas colapsados, su altísima polución, sus edificios sin terminar, sus calles caóticas y desbordadas, su tránsito incesante, frenético y vertiginoso, y su agobiante densidad poblacional puede abrumar a cualquiera. De hecho, cuesta bastante entrarle porque la capital egipcia encierra todo eso y más: es un pequeño mundo en el que conviven a diario más de 20 millones de personas en una superficie que cada vez queda más chica y que se extiende más hacia el desierto.
Pero una vez que uno se deja seducir por sus costumbres, sus contrastes culturales, su mezcla arquitectónica, la amabilidad de su gente y su riquísima y vastísima historia (¿existe algún lugar en el mundo que tenga tanta tradición como Egipto?), también es difícil desprenderse de ella.
Y 48 horas son pocas, quizá muy pocas, para comprender esta fenomenal madre de ciudades, pero existen algunos puntos imperdibles que sirven al menos para adentrarse un poco en su espíritu y esencia.
DIA 1
A las 7: Comienzo a toda orquesta
Cualquier adjetivo que se les adjudique tal vez quede chico a esa proeza del ingenio humano que son las pirámides de Giza. Erigidas hace casi 4000 años, Keops, Kefrén y Micerinos supieron ser una de las siete maravillas del mundo antiguo y siguen cautivando con ese eterno aire de misterio y esa magnificencia que deja pasmado a quien tenga la fortuna de contemplarlas. En el mismo predio, y a unos 15 minutos de caminata, se levanta la legendaria esfinge, tanto o más famosa que las tres pirámides. Al plató de Giza (como se conoce al predio que se encuentra a unos 20 kilómetros del centro de El Cairo) es bueno llegar bien temprano, cuando el sol y el calor todavía no castigan sin piedad en esta parte del mundo ni cuando han comenzado a llegar las decenas de contingentes turísticos que invaden cada rincón del predio. Para disfrutar la visita, bastan unas tres o cuatro horas. Luego de recorrerlas es bueno continuar por las tumbas de los nobles que rodean la zona y dirigirse después al lugar donde se expone la nave de los muertos y terminar la visita por la esfinge. La entrada cuesta 11 dólares, y si se quiere visitar el interior de la pirámide de Keops se debe abonar un adicional de casi 18 dólares.
13: Almuerzo céntrico y rápido
Midan Tahrir es al centro de El Cairo lo que Corrientes y 9 de Julio son al de Buenos Aires: una especie de punto neurálgico en que se puede apreciar de primera mano el vértigo y la convulsión de esta ciudad. Desperdigados en los alrededores de esa tan peculiar rotonda hay decenas de pequeños bares y restaurantes típicos y no tanto, en los que se puede comer muy buena comida local al paso con precios para todos los bolsillos, como para reponer energías y seguir con el recorrido.
14: Visita al pasado
El Museo de Antigüedades Egipcias (o Museo Egipcio, como todo el mundo lo llama) no sólo es el más importante del mundo sobre el tema en cuanto a riqueza y variedad, sino que es uno de los que cuenta con mayor cantidad de piezas en exhibición. Se calcula que la exposición permanente tiene unas 120.000 obras y que hay otras 60.000 que permanecen en los depósitos, y que se van poniendo a la vista del público temporalmente. Desordenado, poco iluminado, con escasa o nula información en muchos casos posee, sin embargo, un encanto al que es difícil resistirse. Imperdibles, la sala de Tutankamón, que conserva todo el tesoro rescatado de la tumba del joven faraón, y la sala de las momias. El costo del ticket es de unos US$ 5 y para ver las momias se debe abonar un adicional de 10.
18.30: El centro, a un paso
Sin duda, la parte más accidentalizada de El Cairo, un paseo por el Downtown permite conocer cómo fue evolucionando la ciudad desde la época de los mamelucos hasta la actualidad. Con una mezcla de estilos arquitectónicos de lo más variada, en la que conviven las tradiciones orientales con el refinamiento francés de principios de siglo pasado y la modernidad de los edificios vidriados, las calles ofrecen un panorama vertiginoso a cualquier hora, pero en especial al atardecer.
21: Cena con estilo
Si lo que se busca es degustar una buena comida tradicional egipcia, el restaurante y café Khan El-Khalili es el lugar. Considerado por muchos como el mejor establecimiento de El Cairo, la variedad de la carta es absolutamente tentadora y cuenta con un servicio de excelente nivel. Como atractivos adicionales posee una decoración típicamente oriental, pero adaptada al gusto occidental, y se dice que era el lugar favorito del premio Nobel de Literatura Naguib Mahfouz. Se encuentra en El-Badistan 5 y conviene hacer reservas.
DIA 2
A las 7: Desayuno a bordo
Nada mejor que comenzar bien temprano con un paseo a bordo de una de las tradicionales falúas, esos extravagantes veleros con vela latina que aún surcan el Nilo por decenas, y que son todo un espectáculo a la hora de ver cómo son conducidos por sus tripulantes.
Los barcos parten de ambas márgenes del río cerca de la zona hotelera, y primero remontan el río gracias a los predominantes vientos del Sur y luego vuelven arrastrados por la corriente que se dirige hacia el Norte. En su paso se puede contemplar la zona más moderna de la ciudad así como la isla de Rodas, y sirve para tomar una noción de las dimensiones y el ritmo de la ciudad.
9.30: Tradición cristiana
Al sudeste de la ciudad, y en medio del denominado Cairo Viejo, se encuentra el Barrio Copto. En apenas un puñado de manzanas se apiña la mayor parte de la tradición cristiana ortodoxa de la ciudad. Levantado en la zona en la que siglos antes se asentaban los esclavos y prisioneros sumerios (de ahí que se la conozca, también, con el nombre de La Babilonia Egipcia) fue luego tomada por los primeros cristianos que se fueron trasladando al lugar por la seguridad que ofrecían sus murallas. Hoy, de aquel pasado queda poco, pero en sus tranquilas calles todavía es posible descubrir restos de las murallas (se conservan tramos de muro y dos torres circulares). En sus calles se desparrama casi una docena de iglesias (entre ellas, la llamada iglesia Suspendida y el monasterio de San Jorge) y quizá su máxima atracción: el Museo Copto. Abierto hasta las 17, conserva una de las más grandes colecciones de arte copto del mundo que fueron reunidas durante décadas. Posee un jardín en el que se puede almorzar.
14: Vuelta musulmana
La visita a la ciudadela de Salah al-Din (Saladito) permite interiorizarse en muchos aspectos de la cultura musulmana. No sólo porque conserva varios de los principales monumentos religiosos de El Cairo, sino porque ahí se suelen reunir a diario centenares de personas a la hora de la oración. Construida entre los siglos XII y XIII, la ciudadela protege en su interior museos, colegios y varios templos, entre ellos el más impactante de Egipto: la mezquita de Mohammed Ali. Como se encuentran en la parte más alta de la ciudad, desde su mirador se tiene una vista excepcional de El Cairo.
16.30: Té y compras
Tumultuoso, ruidoso, intensamente vivo, el bazar Khan El-Khalili es uno de los centros de la actividad comercial de El Cairo. Fundado en 1382 por el comerciante que le dio el nombre, en sus estrechas y laberínticas callejuelas se suceden centenares de puestos que ofrecen desde especias y sedas finas hasta joyas, artesanías, muebles, joyería y más, todo en medio de un intenso ir y venir de una marea humana que no para de negociar. Funciona de lunes a sábado hasta las 24, aproximadamente, y vale la pena deambular por sus puestos para conocer las costumbres y el modo de vida de los locales. También vale la pena sentarse a una de las mesas de El-Fizhawy, bar más antiguo de la ciudad, y disfrutar de un té con menta o un café con cardamomo mientras se fuma shisha (tabaco perfumado que se consume en las pipas de agua).
20: Despedida a todas luces
Para ir cerrando este rápido e intenso recorrido por la capital egipcia, nada mejor que hacerlo donde comenzó: en el plató de Giza, pero esta vez disfrutando del espectáculo de luz y sonido. Se trata de un show en el que se cuenta cómo fue la construcción de las pirámides y la esfinge, y se hace un breve recorrido por la historia del antiguo Egipto. El costo de los tickets es de US$ 15 y hay que hacer reservas directamente en la conserjería de los hoteles (conviene averiguar el horario en que se hace en español).
22.30: Sabores del Lejano Oriente
Para descansar un poco de la comida típica local, nada mejor que los restaurantes Bird Cage. Ubicado en el segundo piso del hotel Semiramis Intercontinental, no sólo posee una vista inmejorable del Nilo y el lado oeste de la ciudad, sino que ofrece una buena selección de platos internacionales. Y aunque suene un poco extravagante, sus fuertes son las cocinas thai y japonesa (el sushi es altamente recomendable). Está abierto hasta las 24 y conviene consultar por reservas ( www.intercontinental.com ).
Por Diego Cúneo
Enviado especial
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El regateo, una tradición
En Egipto, como en la mayoría de los países musulmanes y también en los orientales, el regateo es una cuestión cultural que tiene milenios y que se sigue practicando a diario para todo tipo de transacciones. Por eso no debe extrañar que, sacando los locales que se encuentran dentro de algunos centros comerciales de nivel internacional, los precios no existan ni estén marcados en la mercadería, y si existen sean una mera formalidad. Prueba de esto es que hasta los mismos clientes locales negocian cada compra con energía y fervor, por lo que no debe tomarse el sobreprecio como una cuestión personal o un intento de abuso o estafa, sino como parte de una negociación que puede llevar varios minutos. Aunque lo mejor es comprar asesorado por alguna persona local de confianza, se considera como un buen precio pagar un 40% de la cifra propuesta por el vendedor.
Seguridad
Tanto El Cairo como las demás grandes ciudades egipcias son bastante seguras, y aunque pueda parecer extraño debido al aspecto de muchas zonas, se puede caminar por las noches con total tranquilidad con equipos fotográficos o de video a la vista.
Propinas incómodas
Otra costumbre bastante arraigada (y desagradable, por cierto) es el pedido de propinas tanto por parte de muchos personajes locales como de la llamada policía turística. Con la excusa de ofrecerse para sacar fotos, posar junto al viajero o mostrarle el mejor ángulo para una toma, luego vendrá el acoso en busca de sacar algún dólar. Por eso, si se quiere evitar cualquier acercamiento de este tipo, lo mejor es rehusarse al ofrecimiento de entrada.
Calor sofocante
En algunas regiones y en especial en los meses de verano, el calor puede llegar a ser sofocante. De hecho, la zona de Abu Simbel tiene fama de ser una de las más calurosas del planeta, con temperaturas que en julio pueden alcanzar nada menos que los ¡57°C! Por eso, siempre es recomendable llevar ropa clara y liviana, y buena provisión de agua.
En taxi, mejor
Con excepción del subte, que funciona con buena frecuencia, el resto del transporte público en El Cairo se asemeja mucho al tránsito de la ciudad: caótico y lento. Lo mejor es moverse en taxis, que son bastante baratos y abundan en todas las calles. Al respecto, existen dos tipos de servicios: los que pertenecen a grandes empresas, que son amarillos, y los privados (por cierto, los más abundantes), pintados de negro y blanco que resultan mucho más económicos, pero que tienen menos comodidades y servicios (la mayoría son autos muy viejos, muchos no tienen aire acondicionado y los choferes apenas si hablan pocas palabras en inglés). En este caso es conveniente indicar el lugar de destino y negociar la tarifa fija antes.
Visa
Los argentinos que viajan a Egipto deben tener visa. Esta se puede tramitar tanto en el consulado egipcio en Buenos Aires o directamente en el aeropuerto internacional de El Cairo. De hecho, hacerlo en el lugar resulta más económico, ya que se abonan 15 dólares contra los 35 que cuesta sacarla en nuestro país. En el aeropuerto hay una ventanilla especial y el trámite es muy sencillo, aunque demora unos minutos ya que la mayoría de los viajeros llega sin visado. Claro que esa visa es limitada y no admite múltiples entradas.
Datos útiles
Cómo llegar
- No hay vuelos directos de Buenos Aires a El Cairo. Una buena forma de llegar es hacerlo vía París por Air France. El costo del ticket parte en los US$ 1454 con impuestos incluidos
Dónde dormir
- Como toda gran ciudad, El Cairo tiene una oferta hotelera de lo más variada. Si se busca dormir sobre el Nilo, el hotel Semiramis Intercontinental ofrece habitaciones dobles desde 200 dólares la noche, con desayuno incluido ( www.intercontinental.com )
Dónde comer
- Existen centenares de lugares donde disfrutar todo tipo de comidas: desde la tradicional egipcia hasta asiática, italiana y más. Todos los hoteles poseen buenos restaurantes y dan asesoramiento sobre los mejores lugares