El pueblo de Vagues le hace honor a su nombre
Muy cerca de San Antonio de Areco, el ritmo tranquilo se apodera de las pocas calles del lugar; un museo ferroviario, asados y hasta vagones para dormir
1 de junio de 2014
Entre rojos, ocres y verdes de alfombras de hojas de otoño, Vagues crece a ritmo cansino. A 137 km de Capital y a 4 de la ruta provincial 41 (a 9 km de San Antonio de Areco), este pueblo incorporó nuevas propuestas para deleite de los viajeros. A la coqueta Posta de Vagues, hotel de campo con restaurante campero, se sumó recientemente Los Vagones de Areco, bellísimo establecimiento con vagones de trenes reciclados y una pulpería-quincho para pasar el día. Y la vieja estación se reconvirtió en Centro de Interpretación Ferroviaria, reabierta en julio de 2012.
La estación Vagues, inaugurada el 16 de julio de 1894 y cerrada con las privatizaciones en 1992, fue restaurada para que hoy se vea impecable. Las salas explican la historia del ferrocarril a través de un video, en las voces de ex trabajadores ferroviarios, con láminas y objetos antiguos como la balanza o el reloj de la estación. Allí también funcionan talleres culturales municipales como el de reparación de juguetes y mecanismos antiguos a cargo de Cristian Idiarte, que también restaura las piezas ferroviarias.
"Vagues era una estación de empalme entre la línea original Luján-Pergamino y la línea Victoria-Pergamino. Hoy es testimonio de la historia del ferrocarril", dice Idiarte. Uno de los carteles cuenta la historia de los hermanos franceses Eustace y Roger Conder, quienes llegaron al país a diseñar la estación de Retiro y ésta, entre otras.
La vía muerta revive: el bucólico paisaje se puebla, algunos fines de semana, de paisanos, guitarreada, baile y destreza criolla. Este tipo de iniciativas invita a descubrir la historia, protegerla y reflexionar sobre nuestro patrimonio extinto.
Del pueblo de cuatro cuadras y 90 habitantes, donde se encuentra el Hogar San Camilo para discapacitados graves y la capilla que celebra misa los domingos, a las 10.30, parten caminos de tierra que conducen a estancias privadas y al colegio Francesco Faadibruno.
La historia cuenta que en 1730 se afincaron en este paraje varias familias, entre ellas la de José Bagues. Encargado de la guardia de Luján para el control de mercadería, don José poseía gran cantidad de vacas, caballos y mulas. Hoy el pueblo lleva por nombre su apellido con V; distante a 10 km de San Antonio de Areco, los deportistas utilizan su camino de acceso para entrenar en bicicleta o a pie. Y otros arequenses ni lo conocen, de puro distraídos.
Con gastronomía típica de la zona, el restaurante La Posta de Vagues está abierto para todo público. La especialidad son los cortes vacunos y porcinos cocinados con leña al asador y a la cruz, así como los embutidos caseros (chorizos, morcillas, salame, jamón crudo, bondiola). Por la tarde se ofrece cafetería, pastelitos, tortas, servicio de bar y picadas hasta última hora. El hotel de 9 habitaciones en galería no recibe menores de 10 años.
Por su parte, en los flamantes Vagones de Areco la propuesta consiste en hospedarse en vagones de trenes acondicionados con muebles de época con vista al campo. Cada uno cuenta, en la parte posterior, con una suerte de andén privado con antiguos sillones de hierro para otear el horizonte.
El lugar posee un galpón repleto de antigüedades increíbles -la ambientación supera ampliamente la Esquina de Merti, para aquellos que la conocen, del mismo dueño-. Allí se realizan eventos para un máximo de 70 personas. Desde el quincho con parrilla y horno de panadería se produce el pan casero, las medialunas y el chipá para la media tarde. Según el cupo de gente ofrecen asados a la cruz, parrilla y, en el caso de pocos huéspedes y días lluviosos, asado en las chimeneas del hogar, hasta 10 personas.
En el predio se pueden realizar caminatas hasta el arroyo o paseos en volanta con el gordo Salazar, que no es un gaucho, sino el viejo percherón que resiste un máximo de 6 paseantes.
Al caer la tarde, las bandadas de pájaros se acercan a beber agua de la antigua fuente enlozada frente a los vagones. Es un lugar para sorprenderse con las maravillosas antigüedades y vistas al campo, disfrutar de la buena comida y descansar.
A lo lejos se escuchan relinchos de caballos, el ladrido de los perros, el croar de ranas y sapos que no son príncipes, y algún gallo despistado, y casi nada más. La parsimonia de Vagues aún hace honor a su nombre.
Datos Útiles
Visita
El Centro de Interpretación Ferroviario de Vagues abre sábado y domingo, de 10 a 18, con entrada libre y gratuita. Para grupos escolares, adultos, etcétera, solicitar horarios especiales en la semana al mail: turismo@areco.gob.ar; 02326-453165.Alojamiento
La Posta de Vagues: hotel de campo, parrilla, bar y antigüedades; 02326-451008 o info@lapostadevagues.com.ar. Las reservas sólo se realizan telefónicamente y no se reciben menores de 10 años. Tarifas: habitación doble con desayuno desde $ 900 por persona. Late check-out a las 18.
El restaurante parrilla-bar: está abierto para todo público, no importa la edad, sábado, domingo y feriados al mediodía. Los fines de semana hay música en vivo.
Los Vagones de Areco: el día de campo tiene un costo por persona de $ 1140 más IVA y consta de la clásica bienvenida, empanadas y bebidas, y variadas clases de brusquetas elaboradas en el horno de panadería. A la hora del almuerzo se ofrece un asado con diferentes tipos de cortes de carnes rojas, blancas y vegetales a la parrilla, acompañados con ensaladas de estación. A media tarde, café, té, mate, jugos de frutas junto con la producción de medialunas, panes caseros y chipás.
Tarifa hospedaje: $ 1500 más IVA por persona; pack de 2, $ 2600 más IVA.
El hospedaje incluye lo que se ofrece en el día de campo más el desayuno.