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El Rey, en Salta, es un viejo verde

Admirable: en medio de lianas y frondosa vegetación es posible fatigar largos y misteriosos senderos y conocer de cerca las bondades de la naturaleza.




SALTA.- Cuando se habla de selva en nuestro país mucha gente inmediatamente se traslada con su imaginación a la provincia de Misiones. Sin embargo, existe una vasta región con esa característica que se extiende, en una extensa franja de Norte a Sur por Salta, Tucumán y el norte de Catamarca, la que se conoce con el nombre de selva de las Yungas o tucumano-boliviana.
En este ambiente se encuentra una de las áreas naturales protegidas de mayor belleza de nuestro país: el Parque Nacional El Rey, en la provincia de Salta.
Con una superficie de 44.000 hectáreas, ocupadas en buena parte por montañas que ascienden a 2000 metros, esta reserva presenta una diversidad de paisajes acompañados por una exuberante vegetación y una abundante fauna.
Las zonas más altas están cubiertas por pastizal debido a los rigores del clima frío y de bajas precipitaciones, factores que cambian notoriamente a medida que se desciende por las laderas de los cerros.
Mientras se pierde altitud un verdadero muestrario de árboles de distinto porte engalanan el paisaje hasta llegar a la zona denominada selva Montana, entre los 600 y 1500 metros.
Allí aparece una masa boscosa en la que no faltan lianas, hierbas de infinitas formas y tamaños, enredaderas que abrazan a los troncos de los árboles como si quisieran esconder pudorosamente sus cortezas. Los claveles del aire de distintas especies que sólo utilizan las ramas y troncos de los árboles como soporte a cambio de embellecerlos con sus coloridas flores.
En esa variedad de especies de árboles se observan el alpino del cerro acompañado principalmente por el aliso. Este se desarrolla próximo a los cursos de agua que descienden por las laderas de las montañas hasta el Horco Molle, que supera los 30 metros con un diámetro de 1 a 1,5 metro en el tronco y cuyas hojas exhalan un agradable aroma.
También aparecen ejemplares de tipa, árbol muy conocido por su abundante presencia en plazas y veredas de nuestras ciudades.

Una historia antigua

Fue precisamente al pie de una gigantesca tipa donde el ejército auxiliar de la campaña del Perú juró la bandera el 13 de febrero de 1813.
El yuchán, o más conocido por palo borracho, es una de las vedettes de esta selva. Con la hermosura de sus troncos abultados, sus grandes flores de pétalos blancos, al igual que la tipa, es un inseparable compañero del hombre.
El chal-chal, que dio nombre al chalchalero, característico pájaro que come su fruto, es sólo uno de los muchos árboles que embriagan la vista del turista.
Existen varios circuitos, en partes sólo peatonales, que pueden recorrerse con cierta facilidad.
El sendero de interpretación, denominado Los Ocultos, se inicia a escasos tres kilómetros de la Intendencia y recorre una parte de selva. Desde allí se puede iniciar el contacto con este ambiente, teniendo la posibilidad de observar alguna corzuela o un pecarí de collar, ambas especies de presencia conspicua en el parque.
La pava del monte de inmediato llama la atención por su gran tamaño; hermosos pájaros como el tangará común con su vientre amarillo intenso y su cabeza y dorso violáceo oscuro, o el tangará siete colores, con cabeza y nuca celestes.
También sobrevuelan por allí cuatro especies de picaflores, ocho de carpinteros y el tucán común, emblema del parque, que no pasará inadvertido por su presencia en grupos muy bullangueros.

Camino a la cima

El sendero Pozo Verde consta de 12 kilómetros, tres de los cuales pueden ser recorridos sin dificultad en vehículo durante todo el año y los nueve kilómetros restantes sólo en invierno.
Este camino conduce a la cima del cerro El Chañar, permitiendo observar a lo largo de este recorrido la variación del paisaje a medida que ascendemos.
Otras alternativas son el sendero peatonal Chorro de los Loros, de 10 kilómetros de extensión, que parte de la Intendencia y recorre la selva de transición (espacio de monte ubicado entre los 700 y 1000 metros aproximadamente).
La pequeña laguna Los Patitos, ubicada al costado del camino de acceso, es un sitio ideal para ver y fotografiar aves acuáticas. El río Popayán, colector de las aguas de innumerables arroyos que bajan de las montañas, ofrece un paisaje atrayente al discurrir sus aguas cristalinas entre rocas arrastradas por la corriente a su paso por las laderas y con sus márgenes cubiertas de frondosa vegetación.
En todos estos itinerarios se puede tener la suerte de ver ejemplares de nuestra fauna, que si bien no son comunes de observar, su presencia está confirmada en el área del parque.
Entre éstos, cabe mencionar al pato de los torrentes, ave especializada en nadar hábilmente por los rápidos de las montañas; el tamandúa u oso melero, que se alimenta de abejas y hormigas; el aguará popé u osito lavador, que tiene la extraña costumbre de lavar los alimentos en los cursos de agua antes de ingerirlos; el inmenso tapir, el monocaí y el puma.
En cuanto al legendario yaguareté se conoce una cita confiable que señala su presencia en 1955. Desde aquel entonces no se tienen registros en el área, aunque muy probablemente queden algunos ejemplares en otras partes de la selva de las Yungas.

Hacia el parque

Al Parque Nacional El Rey, distante aproximadamente a 195 kilómetros de Salta, se accede por la ruta nacional 9 por la ciudad de Rosario de la Frontera, y continúa superpuesta con la ruta nacional 34.
En el paraje Lumbrera, a 69 km de Rosario de la Frontera, el rumbo es el Nordeste por la ruta provincial 5, por la que debemos transitar 59 Km hasta que aparece la ruta consolidada N° 20, en Paso de la Cruz. Aquí, hacia el Norte, se recorren 46 km y puede llegar a la Intendencia del parque.
Gabriel Omar Rodríguez

Un lugar que no es exclusivo

Exploradores: quienes disfrutan del placer de hacer turismo, investigando los secretos de la naturaleza, tienen en las yungas una meta ideal.
Durante la temporada invernal y hasta la primavera se extiende la época más apropiada para recorrer las selvas y bosques de las yungas del Noroeste.
En este frondoso espacio, lo habitual es que las fuertes lluvias se registren en el verano y también las altas temperaturas frenando el acceso a viajeros y expedicionarios.
Es la cita obligada para los que desean desentrañar este fascinante mundo, uno de los de mayor diversidad de especies de flora y fauna de la Argentina.
Algunas zonas continúan casi inexploradas debido a la muralla que significan las escarpadas laderas cubiertas de vegetación de la cordillera Oriental, las sierras Subandinas y parte de las sierras Pampeanas.

Al campamento

Entre los Parques Nacionales que protegen este patrimonio natural figura el El Rey, de 44.162 hectáreas y ubicado en el centro de Salta, al noroeste de la capital provincial.
El parque resguarda la vegetaciónque se dispone en pisos, donde se mezclan ejemplares de la flora chaqueña, hasta la casi inexpugnable selva nublada, el bosque montano superior, los prados de altura y su fauna asociada.
Para conocer este magnífico conglomerado natural se ha organizado un programa de aventura tomando como base el camping del río Popayán, que cuenta con servicios básicos, duchas y fogones.
Emplazado en un sitio que permite el acceso a senderos que trepan por las sierras, es ideal también para realizar vida de campamento en pleno contacto con los múltiples sonidos de la yunga.

Salir a explorar

Para ingresar al singular ambiente de la yunga, se han establecido caminatas por distintos senderos; uno lleva por la espesa e imponente cortina vegetal hacia Pozo Verde. Otro itinerario conduce a la cascada Los Lobitos, agradable lugar donde el agua desciende desde las grietas rocosas a una pileta natural que induce a bañarse aún en invierno debido a que en el día la temperatura alcanza a 18 o 20° y a veces más.
Por la noche hace frío y entonces es ideal para reunirse en torno de los fogones del campamento.
En las caminatas no es difícil ver algún mono caí, los ágiles coatíes o el grácil desplazamiento de una corzuela; a otras especies de la fauna se las presiente o hay huellas y rastros, como el caso del gato yaguaroundí, el tapir y el oso hormiguero.
Para los observadores de aves, existen numerosas oportunidades de avistarlas.
Las chuñas de patas rojas se acercan incluso amistosamente al campamento; en los árboles es fácil distinguir la silueta del tucán grande, emblema del parque, descubrir tangaras y surucuás de hermoso plumaje y percibir el aleteo de las charatas.
La laguna Los Patitos es un excelente mirador, ideal para utilizar los prismáticos.

Información

  • Casa de la Provincia de Salta
Tel: 326-1314
  • Administración de Parques Nacionales
Tel: 311-1943/312-0257
  • Delegación Noroeste de la Administración de Parques Nacionales
Tel: (087) 31025

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