El camino de ripio que lleva hasta la tranquera desde la ruta nacional 14, asegura llegar sin problemas -aun con lluvias- hasta la tranquera de El Vigilante, la estancia que tomó el nombre del puesto donde parece haberse hospedado, en los viejos tiempos, un cuidador asalariado en salvaguardia de posesiones mayores.
En tierra entrerriana y zona donde las vertientes llegan al arroyo El Sauce, un curso de agua que corre para alimentar el río Gualeguaychú, las 1270 hectáreas de una estancia que reunía unas 4 mil, cercana a Colonia Elía y dedicada a la explotación agrícola-ganadera, es ahora una posta turística para pasar el día de campo y también hospedarse, si es que se tiene el propósito de ingresar en un verdadero relax o emprender paseos turísticos en dirección a las zonas históricas que preservan en Concepción del Uruguay -a 25 kilómetros- o en sus cercanías. También se puede visitar desde El Vigilante, a El Palmar y Colón, o bien correrse hasta el Palacio San José, el monumento nacional.
Resulta un lugar ideal para una familia numerosa, que no quiera compartir su estada con otros huéspedes, ya que el casco se toma a razón de 80 pesos por persona, con cuatro comidas, si son seis visitantes. Para cuatro huéspedes la tarifa alcanza los 90 pesos y si se bloquea el lugar para dos personas, trepa a los 110.
El día de campo, con almuerzo parrillero y el té de la tarde, cuesta 25 pesos per cápita. Reservan por el (0442) 22135.
El parque es reducido -una hectárea y media-, pero eso que parece una desventaja, acerca la visión del campo mismo, con sus tareas rurales y la posibilidad inmediata de cabalgar por una comarca de tajamares y lomadas, paisaje en el que un afortunado avistaje de la fauna autóctona sorprende a perdices, zorrinos, liebres y comadrejas.
En carruaje, un paseo de siete kilómetros lleva hasta Colonia Elía, la población cercana, y en automóvil se está a 25 kilómetros de Concepción del Uruguay, donde en la plaza Francisco Ramírez es posible dar con la pirámide erigida en memoria del Pronunciamiento de Urquiza, visitar a unos pasos el mausoleo del prócer en la basílica y correrse hasta el célebre colegio nacional, cuna intelectual de personajes ilustres y de dos presidentes argentinos. Los anfitriones y dueños de El Vigilante, Lorenzo Moras y Estela Ferreri, ofrecen comodidades de confort: en el gran comedor y con buena vajilla se agasaja con empanadas, pastas caseras, carnes horneadas y cochinillos. El té encima de a la mesa asistido por scons y una legión de panqueques de dulce de leche.
Si se viaja en ómnibus hasta Concepción del Uruguay, conviene combinar el traslado hasta el casco. En automóvil, desde Buenos Aires, se marcha por la Panamericana (peaje a 1,30 peso), ramal al complejo ferrovial Zárate-Brazo Largo, que cruza hacia Entre Ríos (peaje a 4,80 pesos) por la ruta nacional 12 hasta Ceibas. La carretera continúa como ruta nacional 14, con otro peaje a 102 kilómetros de Ceibas (2,80 pesos), en Colonia Elía, detención obligada poco antes de un camino que se desvía inmediatamente a la derecha, precisamente hacia la referida colonia. Por ese camino de ripio, y a 6 kilómetros, está la entrada a El Vigilante.
Francisco N. Juárez