En barco, viajes cinco estrellas por el costo de una
4 de julio de 2010
El avión es más rápido, ¿pero quién tiene apuro? Los barcos son una opción de placer, como los camarotes de un ferrocarril de lujo, donde la calidad va por los mismos rieles que la lentitud.
Con varios agregados. En los barcos, lo mismo que en los trenes, no hay que cargar con las valijas ni hacerse cargo del costo por exceso de equipaje. Uno llega al puerto y se olvida de la valija, aunque no de su alma, hasta que desembarca en casa.
Piense en partir desde un puerto italiano con escalas en Marsella, Barcelona, Cádiz, Casablanca en Marruecos, Arrecife y Santa Cruz de Tenerife en Canarias, para luego navegar en alta mar durante cinco días antes de llegar a las costas de Brasil para bajar a tierra en Recife, San Salvador de Bahía, Buzios, Río de Janeiro y llegar finalmente a Buenos Aires. En total, 21 noches.
En otra época se pensó, y con razón, que era un programa sólo apto para millonarios sin ninguna prisa. Actualmente la única condición imprescindible es tener tiempo porque el costo del pasaje es menor al de un avión.
Le cuento el secreto que los conocedores de la buena vida saben aprovechar. Las empresas navieras más fuertes, cuando termina el verano en Europa traen los transatlánticos para aprovechar la temporada estival en el hemisferio sur. Y tienen que hacer el viaje sí o sí. Entonces proponen un precio bajo.
Hablemos de un camarote para dos personas interno, el más económico, por 1980 dólares base doble. Con el agregado del 2 x 1, ya que paga uno y viajan dos porque el segundo pasajero sólo tiene que hacerse cargo de los impuestos, extras, propinas y bebidas. En una cabina externa, más linda y cara, el precio asciende a unos 2410 dólares.
Si divide esa cantidad por las tres semanas de la travesía es una pichincha en relación con el precio de alojamiento y las comidas en Europa o América. Cinco estrellas por el costo de una.
Hay que averiguar las reservas y poner en la agenda las fechas en los primeros días de noviembre. O en marzo del año que viene si quiere hacerlo en dirección contraria parando en los puertos brasileños para luego tener escalas en los europeos. La clave está en tener tiempo disponible, porque aunque la tarifa es ligeramente superior en la subida al hemisferio norte sigue siendo conveniente en comparación.
Con otra ventaja: las bebidas, que siempre hay que pagar aparte, tienen sus precios en punto de partida, por lo tanto vienen en euros y regresan en dólares. Todavía es diferente pagar una gaseosa 2,59 euros y otra 2,59 dólares.
También, desde Alaska
Es una escapada larga, ideal para adultos jóvenes, con hijos ya criados para disfrutar una luna de miel reservada para los padres, que bien se lo merecen antes del retiro. Los gustos hay que dárselos en vida, decía mi abuela que había llegado como inmigrante en la tercera de un barco porque no había cuarta.
Estos ejemplos los tomé de líneas italianas (Costa y MSC), pero no son las únicas que tienen estas ofertas. Es cuestión de abrir los ojos y estar atentos. Hay otras empresas de Estados Unidos que sin ir a Europa también necesitan ubicar sus barcos de Alaska a América del Sur por el cambio de estación y bajan sus precios con igual propósito. Con ingredientes tan gratos como la fiesta del cruce del ecuador y recibir un bautismo del propio rey Neptuno luego del remojón en la piscina y la batalla de huevos y chocolate.
Uno de estos itinerarios partió de Río y llegó a Nueva York después de pasar por el Caribe parando en todas las islas. El viaje todavía fue más largo (41 días), aunque a muchos les pareció corto.