Según Lionel Alvarez, managing director de Las Ventanas al Paraíso, notable hotel de Los Cabos, México, la última crisis global no fue totalmente negativa para este destino de playa sobre el mar de Cortés. "Hizo que se suspendieran varios proyectos inmobiliarios desproporcionados y obligó a replantear hacia adónde ir con Los Cabos, a pensar en un desarrollo más sustentable", explica el experto franco-mexicano, de paso por Buenos Aires para presentar esta propiedad de características únicas en México (y en buena parte del mundo).
Las Ventanas es justamente un protagonista clave en la evolución de este lugar soñado en el desierto de Baja California Sur; mexicano, sí, pero de algún modo aislado del resto del país y de su circunstancia. El resort, especialmente orientado a parejas en plan romántico (aunque también admite menores), apareció en escena hace 14 años, cuando lo que era un destino para pocos millonarios norteamericanos comenzaba a abrirse a un público más amplio.
De todos modos, hoy Los Cabos tiene una capacidad hotelera de sólo unas 18.000 camas mientras que Cancún, del otro lado, ofrece unas 120.000. Alvarez, que trabajó también en Cancún, prefiere Los Cabos así, tranquilo. Las Ventanas, apenas con 71 suites, sintoniza con ese perfil. "En el hotel ni siquiera hay recepción o conserjería. Todo el trato es personalizado, como cuando llegas a una casa", compara.
Nada de lo que ocurre después, sin embargo, se parece a lo que sucede en un hogar normal. Habitaciones (más de mil dólares la noche) con amplias terrazas, piletas privadas y detalles como telescopios e iPads para las huéspedes; spa holístico, campo de golf de 18 hoyos, yates y Mini Coopers para pasear; una cava con las mejores etiquetas del mundo, piletas (siete a siete temperaturas diferentes) que cambian de tonalidad junto con el cielo, camastros con plasmas para ver películas de noche... ¡en la playa! "Todo para dejarse apapachar ", resume Alvarez, en buen mexicano.
IMPERDIBLES
Conocedor de Los Cabos, siempre con información a mano para huéspedes inquietos, Lionel Alvarez recomienda no perderse:
Una excursión: "Las salidas en cuatriciclo o camioneta Hummer por el desierto. Son paseos cortos, pero intensos, de dos horas entre los cactos. También es aconsejable experimentar la actividad por la que originalmente comenzaron a llegar norteamericanos a Los Cabos: la pesca de alta mar de marlín (similar al pez espada) y atún".
Un lugar para sacar fotos: "La plaza de San José, pueblo cercano al resort Las Ventanas. Es la típica plaza mexicana, con su iglesia, el Ayuntamiento, las tienditas, una fuente y músicos tocando en vivo. A pocos metros, además, hay cuatro o cinco muy buenas galerías de arte autóctono".
Un lugar para ver el atardecer: "La terraza de la villa 102, que mira a la bahía del hotel Las Ventanas. Tiene su propio bar y su propia infinite pool, donde el agua de la piscina se funde visualmente con el mar de Cortés. El sitio perfecto para ver caer el sol mientras se disfruta un tequilita".