Guillermo Fernández. "Tengo un club de fans en Japón"

—Tienen una relación directa: he viajado más con el tango que de vacaciones.

—Las cinco giras que hice a Japón, que duraron entre dos y tres meses cada una. Recorrí todo el país, de norte a sur y de este a oeste. Incluso las islas que lo rodean.

—Muy bien, porque es un público totalmente diferente a lo que imaginaba. Son muy cálidos, muy cariñosos. Incluso tengo un club de fans en Japón. Tienen todos mis discos, más discos de los que tengo yo, ediciones que ni sabía que existían.

—Me imagino viviendo en España o en Italia. Seguramente por mis raíces, ya que mi vieja era italiana y mi papá español. Cuando voy a Italia o España me siento como en casa.

—Qué difícil… pero creo que Volver, el tango de Gardel, porque tiene mucho que ver con nosotros, con la distancia, con la nostalgia. Como digo en mis actuaciones, parece que la nostalgia es un invento argentino.

—Cuando residía en Estados Unidos, donde viví casi 17 años, un día estaba en Nueva York Eladia Blázquez –de quien era muy amigo–, me mandó un tango recién escrito por ella para una música de Astor Piazzolla. A mí me pegó muy fuerte, y apenas llegué a Buenos Aires lo grabé. Luego se hizo un éxito muy grande porque tenía que ver con todos los porteños: Siempre se vuelve a Buenos Aires.

—Todo lo que tenga que ver con la electrónica. Mi netbook, mi iPad, los cargadores, porque ahí tengo toda la información.

—Corralera, de Anselmo Aieta.

Sabés qué pasa, yo estuve con casi todos los tangueros. Estuve con D’Arienzo, estuve con Piazzolla. Troilo fue mi maestro de repertorio; Sebastián Piana mi maestro de armonía; Roberto Grela mi maestro de guitarra; estuve con Alberto Morán, con Floreal Ruiz, con Tito Lusiardo. Pero con el que me hubiera gustado encontrarme es con Gardel, por supuesto. Gardel tenía una visión única del tango. Gardel es el inventor del tango cantado. Cuando empezó cantaba canciones camperas, y el tango tenía unas letras muy livianas y era parte de los prostíbulos. Entonces Gardel empezó a pensar que había una música que identificaba al hombre de la urbe de ese momento. Estamos hablando del 1910.

—Creo que el tango es uno de los folklores más perfectos del mundo, porque tiene una simbiosis de letra y música tan fuerte que permite que se entienda perfectamente, incluso en países que hablan otro idioma. Durante muchos años hice una ópera de Piazzolla y Ferrer que se llama María de Buenos Aires, recorrí el mundo, la hice en Suecia, en Finlandia, en Rusia, en Alemania, y en cada lugar me daba cuenta de que la gente entendía lo que estaba pasando. Me parece que eso tiene que ver con esa simbiosis tan fuerte entre la letra y la música. Cuando escucho algunos tangos me parece que Troilo y Homero Manzi eran uno solo, que no eran dos.

—Mi día de vacaciones perfecto lo conocí la primera vez que llegué a París. Tenía muchas ganas de conocer la ciudad. Me levanté a las 8 de la mañana, y caminé todo el día, sin parar, hasta que regresé al hotel a las 10 de la noche.ß

Más datos: durante junio y julio, protagoniza Crimen Pasional, una ópera de Astor Piazzolla, de jueves a domingo, a las 19, en el Teatro de la Ribera (Av. Don Pedro de Mendoza 1875).

Más datos: durante junio y julio, protagoniza Crimen Pasional, una ópera de Astor Piazzolla, de jueves a domingo, a las 19, en el Teatro de la Ribera (Av. Don Pedro de Mendoza 1875).